El administrador de Irak disuelve el Ej¨¦rcito y los aparatos de seguridad de Sadam
Bremer expropia los bienes de estos organismos y destituye a todos sus empleados
El administrador civil estadounidense para Irak, Paul Bremer, orden¨® ayer la disoluci¨®n del Ej¨¦rcito iraqu¨ª, de los aparatos de seguridad del antiguo r¨¦gimen, as¨ª como de instituciones controladas por los hijos de Sadam, como el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Iraqu¨ª, adem¨¢s de los ministerios de Defensa y de Informaci¨®n. Este nuevo decreto de Bremer, que fue le¨ªdo por la radio que los estadounidenses utilizan para enviar mensajes a la poblaci¨®n, se produce dentro de una ofensiva general contra la estructura de poder en la que se apoy¨® Sadam.
La administraci¨®n civil estadounidense en Irak prohibi¨® primero a los cargos del antiguo partido ¨²nico, el Baaz, trabajar en la nueva organizaci¨®n administrativa del pa¨ªs y esta semana ha exigido a 200.000 funcionarios que se presenten ante las autoridades de ocupaci¨®n para registrarse.
"La Autoridad civil provisional tiene previsto fundar, en un futuro pr¨®ximo, nuevos organismos iraqu¨ªes de seguridad, como primer paso para el establecimiento de una nueva fuerza de defensa del Irak libre, que estar¨¢ bajo control civil. Estas acciones forman parte de una vigorosa campa?a con la que se quiere demostrar al pueblo iraqu¨ª que el r¨¦gimen de Sadam Husein ha desaparecido definitivamente y nunca m¨¢s regresar¨¢", se?ala la orden firmada por Bremer.
"La orden anula el servicio militar obligatorio, expropia las propiedades de las Fuerzas Armadas, que pasan a manos de la Administraci¨®n civil, y destituye a todos sus empleados", agrega el texto, similar en su contundencia al que prohib¨ªa a los miembros del Baaz formar parte de cualquier estructura del Estado.
La orden de Bremer afecta, en realidad, a un Ej¨¦rcito que ya no existe, aunque lleg¨® a ser uno de los m¨¢s poderosos de Oriente Pr¨®ximo en el periodo anterior a la guerra del Golfo de 1991. Antes de la invasi¨®n de Estados Unidos y el Reino Unido, que comenz¨® el 20 de marzo, contaba con unos 360.000 soldados, la inmensa mayor¨ªa, salvo las unidades de ¨¦lite como la Guardia Republicana, mal armados, atemorizados ante sus propios oficiales y comisarios pol¨ªticos, desmotivados y apenas alimentados. M¨¦dicos espa?oles del hospital de campa?a del campo de prisioneros de Um Qasr, en el sur del pa¨ªs, relataron que asistieron a soldados con enfermedades como tuberculosis o diabetes.
La mayor¨ªa de sus cuarteles son ahora monta?as de escombros y su armamento est¨¢ destrozado: las carreteras iraqu¨ªes est¨¢n llenas de todo tipo de material militar, desde carros de combate hasta lanzamisiles, veh¨ªculos de transporte de tropas o piezas de artiller¨ªa, calcinados por los helic¨®pteros Apache estadounidenses. Un espect¨¢culo similar puede contemplarse en Bagdad, donde hay misiles abandonados en varias calles.
Reclamos salariales
Esta semana, unos 300 soldados y oficiales del Ej¨¦rcito iraqu¨ª se hab¨ªan manifestado para reclamar sus salarios e incluso hab¨ªan amenazado con utilizar sus armas para ser pagados. Quiz¨¢s esa fue la gota que colm¨® el vaso. El comunicado de Bremer, que no aclara cu¨¢ndo comenzar¨¢ a construirse el nuevo Ej¨¦rcito iraqu¨ª, se?ala que antes de la disoluci¨®n del Ej¨¦rcito se pagar¨¢ un mes de salario.
La polic¨ªa, en cambio, s¨ª ha sido autorizada a volver a trabajar, aunque todos los agentes han sido investigados antes de ocupar sus puestos. Hasta ahora, unos 4.000 polic¨ªas han regresado y muchos de ellos han recibido armas, incluso fusiles de asalto AK-47.
La nueva orden del administrador provisional se produce un d¨ªa despu¨¦s del levantamiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del embargo contra Irak, una noticia que ha sido recibida con alegr¨ªa pero tambi¨¦n con escepticismo por la poblaci¨®n. "El fin del embargo es muy importante; pero lo esencial es la seguridad, la vuelta de la electricidad y del agua", se?alaba ayer Saif Abdelaziz, de 63 a?os, due?o de una tienda de pinturas en la capital. Como ¨¦l, otros comerciantes consultados se?alaron que lo que necesitan para que los negocios vuelvan a funcionar es, por encima de todo, la seguridad en las calles de la capital.
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