"No podemos seguir viviendo con miedo"
El actor y director estadounidense Tim Robbins (44 a?os), marido de la actriz Susan Sarandon, ha sido uno de los artistas que m¨¢s se ha destacado por poner todo su saber cinematogr¨¢fico y su prestigio a favor de la paz y la libertad. Hace unas semanas, promovi¨® un manifiesto dirigido al presidente de su pa¨ªs, George Bush, en protesta por la invasi¨®n de Irak. Ayer, el Festival de Cannes se convirti¨® en un foro de disidencia, con su presencia militante en el exclusivo hotel Du Cap de la Riviera francesa. Robbins ha presentado Mystic River, el thriller psicol¨®gico dirigido por Clint Eastwood, que protagoniza junto a Sean Penn y Kevin Bacon.
Actor y director incisivo y perseverante (Pena de muerte, Cadena perpetua), que creci¨® en el Greenwich Village de Nueva York rodeado de pol¨ªticos y artistas de teatro -fuertes influencias en su talento multifac¨¦tico-, hab¨ªa estado en La Croisette en dos ocasiones anteriores: en 1992, cuando obtuvo el premio al mejor actor con su interpretaci¨®n en El juego de Hollywood, la comedia ¨¢cida de Robert Altman sobre el mundo del cine; y en 1999, con Abajo el tel¨®n, su tercera pel¨ªcula como director, una historia de fondo pol¨ªtico muy subversivo a favor de la libertad de expresi¨®n ambientada en Nueva York.
"Echo de menos el teatro. El escenario es una fuente maravillosa de emociones"
"Mi vida no tendr¨ªa sentido si no utilizara mi fama para denunciar las injusticias"
"?Lista negra? Quiero pensar que no. De hecho, a algunos les va ahora mejor que antes"
Muchas veces, desde hace ya mucho tiempo, este palad¨ªn de la causa pacifista ha dejado clara sus posiciones pol¨ªticas de izquierda en todo tipo de foros: en abril, fue censurado durante la transmisi¨®n en directo del programa Today Show, de la cadena NBC, mientras hablaba de la libertad de expresi¨®n en su pa¨ªs. La pantalla se oscureci¨® abruptamente sin explicaci¨®n alguna, mientras Robbins comentaba: "Nosotros estamos luchando ahora por la libertad del pueblo iraqu¨ª, de modo que pueda expresarse libremente, pero al mismo tiempo le estamos diciendo a nuestros propios ciudadanos que tienen que callar".
Otro episodio similar se dio cuando Dale Petrovsky, presidente del Sal¨®n de la Fama del b¨¦isbol, cancel¨® la proyecci¨®n de la pel¨ªcula Los b¨²falos de Durham, que Susan Sarandon y Tim Robbins protagonizaron hace 15 a?os. En una carta dirigida a Petrovsky, Robbins escribi¨®: "Como estadounidense que cree que el debate vigoroso es necesario para la supervivencia de una democracia, rechazo su sugerencia de que uno debe guardar silencio en tiempos de guerra".
Las presiones de la Casa Blanca contra los rostros de Hollywood que se han sumado a las protestas contra su pol¨ªtica belicista han sido evidentes. "?Una lista negra? Podr¨ªa existir, pero prefiero creer lo contrario", dice Robbins. "Todos seguimos trabajando en lo nuestro. Y algunos cr¨ªticos, curiosamente, est¨¢n mejor ahora que antes. Las Dixie Chicks han vendido muchos discos de country. Los DVD de Michael Moore y su Bowling for Columbine se han vendido m¨¢s que El Pianista despu¨¦s de los oscars. Pero no podemos seguir viviendo con este miedo", a?ade Robbins con su invariable parsimonia, cobijada bajo su look informal, cabellos muy cortos cuidadosamente despeinados y la oscuridad de sus gafas de sol.
Pregunta. As¨ª que no cree que la censura sea la causa del desempleo actual de muchos profesionales del gremio.
Respuesta. Es muy f¨¢cil escudarse en eso, pero no es as¨ª. No te dan empleo por mil razones diferentes: tu color de pelo, tu tono de voz, tu estatura o ausencia de qu¨ªmica con los dem¨¢s.
P. Despu¨¦s de todas sus acciones antib¨¦licas, ?tuvo el apoyo de mucha gente?
R. Recib¨ª muchas cartas y llamadas de ciudadanos de Nueva York para agradecerme la iniciativa y unirse a ella. Familiares de v¨ªctimas del conflicto de Vietnam me aseguraron que mi discurso fue correcto, y que estaba en todo mi derecho de hacerlo. Mi vida no tendr¨ªa sentido si no utilizara mi celebridad para transmitir mensajes que, de otra forma, no llegar¨ªan a la gente. Soy una especie de portavoz de todos los que no pueden expresar sus temores y su dolor. Si no actuara as¨ª, de acuerdo a mi conciencia para denunciar las injusticias que me rodean, no podr¨ªa mirarme al espejo.
P. ?C¨®mo vive este compromiso pol¨ªtico con su pareja desde hace tantos a?os?
R. Susan piensa exactamente igual que yo, por eso estamos tan unidos y nos llevamos tan bien. La fama es un arma potente y debe ser usada con cuidado.
P. ?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ la guerra de Irak?
R. La verdad es que a¨²n me pregunto por qu¨¦ el Gobierno de mi pa¨ªs apresur¨® el ataque a Irak. Creo que se trat¨® m¨¢s de una cuesti¨®n de profunda inseguridad y no de fortaleza, pues Bush contaba con el fuerte respaldo del Congreso, la Corte Suprema, los medios de comunicaci¨®n.
P. ?Cree que el presidente Bush tendr¨¢ posibilidades de ser reelegido al final de su mandato?
R. No ser¨ªa de mi agrado, obviamente. Pero la oposici¨®n deber¨ªa fortalecerse m¨¢s, aunque hemos perdido mucho terreno.
P. En su faceta de director, ?ha pensado realizar alg¨²n proyecto sobre este episodio belico?
R. No. Por el momento he decidido dedicarme s¨®lo a la actuaci¨®n. Me gusta la direcci¨®n de teatro. La cinematogr¨¢fica te absorbe mucha energ¨ªa. Prefiero concentrarme en el arte de la interpretaci¨®n y tener el privilegio de elegir los mejores papeles, por convicci¨®n y no porque tenga que ganarme la vida. Claro que si realmente existe la misteriosa lista negra de la que habl¨¢bamos, quiz¨¢s tenga que volver a dirigir . Actualmente estoy rodando Code 46, a las ¨®rdenes de Michael Winterbottom, una historia de amor situada en el futuro, junto a Samanta Morgan. Esto me ha llevado a lugares muy ex¨®ticos: China, Dubai, India.
P. No hay duda de que atraviesa un buen momento profesional.
R. S¨ª en cuanto al cine, pero echo de menos el teatro. El escenario teatral es una fuente maravillosa de emociones que te ofrece una oportunidad cada noche de corregir tus errores y ejercitar tus m¨²sculos creativos. En el cine eres s¨®lo eso, lo que dejas plasmado. Hace unos meses, Susan y yo interpretamos la obra teatral The Guys, que rememora los sentimientos de un bombero ante la muerte de sus colegas en el pasado 11 de septiembre. La gente lloraba. Y eso es lo maravilloso de este arte, su poder de evocaci¨®n y de conmoci¨®n. Una constante de la naturaleza humana a lo largo de la historia es que hay gente que ama la libertad, el arte y sus posibilidades, y otros que desconf¨ªan de ello. Pero la persona que crea tiene un poder mucho m¨¢s fuerte que el que destruye, porque una obra de teatro, una pintura o una pel¨ªcula, hechos con talento sobreviven m¨¢s que las personas que intentan acabar con ellos.
P. Volviendo al ¨¢mbito cinematogr¨¢fico, usted aparece muy diferente interpretando a Dave, su personaje en Mystic River. ?C¨®mo fue la transformaci¨®n?
R. Compr¨¦ el disfraz en una tienda . Dave soporta una terrible carga f¨ªsica y emocional. Simplemente existe, pues es un ser destinado a una supervivencia gris, deprimente. Ha sido v¨ªctima de un abuso cuando era ni?o y tiene que convivir con eso en silencio. Una terrible pesadilla que sigue controlando su vida. ?ste es precisamente un buen ejemplo de lo que no se debe hacer. Los padres y sus amigos cometieron un grave error al pretender vivir como si nada hubiese sucedido. Los problemas hay que enfrentarlos, discutirlos. Es el ¨²nico modo de parar esta tipo de delitos. Dave quiz¨¢s debi¨® renunciar a su vida en aquel barrio e iniciar algo nuevo en otro rinc¨®n del mundo, sin complicaciones. Pero no lo hizo y las faltas que comete marcan la fatalidad de su destino. No fue agradable retornar a esos rincones oscuros de la memoria a lo largo de la filmaci¨®n, pero Clint fue muy eficiente y un gran apoyo.
P. ?C¨®mo fue trabajar a las ¨®rdenes de una leyenda como Clint Eastwood? ?Le supuso un esfuerzo mayor que en otras ocasiones?
R. La preparaci¨®n fue fundamental. Clint sabe lo que hace y su equipo de t¨¦cnicos es muy profesional. No hab¨ªa tiempo que perder, ¨¦l toma lo que necesita de cada uno y le hace sentirse seguro y confiado. Las tomas las hac¨ªa con rapidez, y m¨¢ximo un par de ellas, lo que requiri¨® mayor concentraci¨®n de nuestra parte, pero tambi¨¦n engendr¨® m¨¢s entusiasmo. ?l es el ingrediente clave de este filme, por encima de todo. Tiene mucho talento y sobre todo es muy respetado. Nunca nos someti¨® a malas experiencias. No hay nada m¨¢s relajado que un hombre que te infunde vigor y confianza, haci¨¦ndote sentir como si ¨¦sta fuera tu primera vez en un rodaje.
P. ?Cree que est¨¢ bien que cada uno se tome la justicia con su mano?
R. No. Eso es muy peligroso. Es una p¨¦sima idea bajo cualquier circunstancia.
P. Pero Mystic River parece demostrar lo contrario. Prevalece una sensaci¨®n ambigua sobre la moralidad.
R. Eso le otorga mayor dramatismo a la historia. Si el personaje de Sean Penn hubiese sido arrestado, habr¨ªa perdido sentido toda la trama. A pesar de su impunidad, es una persona infeliz. Se revuelca en su dolor repitiendo constantemente: "S¨¦ que he contribuido a tu muerte (refiri¨¦ndose a su hija asesinada), pero no s¨¦ de qu¨¦ modo". No quisiera estar en sus pantalones.
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