El peso de Ronaldo
Los goles del brasile?o han valido 10 puntos de los 28 logrados fuera del Bernab¨¦u, nueve m¨¢s que en toda la temporada pasada
Los 11 goles que ha marcado Ronaldo fuera del Bernab¨¦u han valido diez de los 28 puntos conseguidos por el Madrid como visitante, en Liga. Los dos tantos del brasile?o en Valencia, el s¨¢bado, ratificaron su peso en el equipo. A falta de tres jornadas para el final del campeonato, el Madrid suma como visitante nueve goles y nueve puntos m¨¢s que en toda la Liga pasada.
"Ronaldo marcar¨¢ la diferencia en campo contrario, con espacios por delante", dec¨ªa Salgado hace siete meses. Era la opini¨®n generalizada en el vestuario madridista y en estos d¨ªas se materializa con una regularidad que ha llevado al equipo a las puertas del t¨ªtulo. Ronaldo es m¨¢s efectivo fuera del Bernab¨¦u (11 goles ) que ante el propio p¨²blico (8). Ha marcado en Vitoria (3 goles), en Vallecas (1), en Mallorca (2), en Vigo (1), en Bilbao (1), en Anoeta (1), y, el s¨¢bado pasado, en Mestalla (2). Sus tantos han sido indispensables para ganar 10 de los 28 puntos logrados fuera de casa.
Ronaldo suma ya 19 goles en Liga, todav¨ªa a seis de distancia de su promesa de principio de temporada: "Espero marcar 25 goles en Liga". Esa cifra, eso s¨ª, ya la ha alcanzado si a los 19 de la Liga se junta el marcado en la Copa Intercontinental, en Tokio, y los cinco de la Liga de Campeones, uno en el Bernab¨¦u y cuatro fuera, incluyendo un gol decisivo en Mosc¨² y el hat trick de Old Trafford que vali¨® el pase a la semifinal.
Ronaldo, que ayer cumpli¨® diez a?os en el f¨²tbol profesional -debut¨® en el Cruzeiro, con 16 anos- dijo que espera seguir jugando "hasta que deje de ser feliz haci¨¦ndolo". El delantero sigue su curso con talante hedonista. Dicen quienes conviven con ¨¦l en el vestuario que nunca se sabe cu¨¢ndo est¨¢ en forma y cu¨¢ndo no. Si ha rebasado su peso o si est¨¢ fino, si anda motivado o pasa de todo, si ha dormido la ¨²ltima noche o si se ha acostado al amanecer. De lo que no deja lugar a dudas es de su amabilidad. En el trabajo tiene una sonrisa hasta para el horno secador de botas.
Ronaldo lleva la presi¨®n y el marchamo de estrella medi¨¢tica como un traje a medida. En el campo ha aprendido a jugar ahorrando energ¨ªa. Marca goles sintetizando movimientos, aprovechando fallos, sin rozarse con los defensas ni verse obligado a desbordar continuamente. El s¨¢bado en Mestalla se aprovech¨® de dos errores de Djukic, que lo habilitaron al tirar el fuera de juego. Dispar¨® cuatro veces en todo el partido: dos balones fuera y dos a gol.
Ronaldo se siente seguro de s¨ª mismo al punto de que no le importa llevar una vida poco ajustada a lo que se supone en un atleta de ¨¦lite. Como en Romario, trasnochar es parte de su naturaleza, de su car¨¢cter afable. Le gusta estar rodeado de amigos. Le gusta la vida social. Le gusta divertirse, comer bien y omitir preocupaciones. Esto lo saben en las oficinas del club, pero los intentos por reconducirlo a cauces austeros han sido en balde. Los ejecutivos se resignan en tanto el brasile?o siga siendo un negocio, como dicen. Y los t¨¦cnicos y los m¨¦dicos tambi¨¦n dan un paso al costado. Han llegado a la conclusi¨®n de que nada podr¨¢ doblegar a un jugador partidario de respetar su libre albedr¨ªo hasta las ¨²ltimas consecuencias.
Ronaldo ha seguido su camino indiferente a rumores, consejos y advertencias. Vali¨¦ndose de sus tremendas condiciones f¨ªsicas para desequilibrar por velocidad y sumando puntos a favor de su equipo fuera de casa. Sin ganarse todav¨ªa el benepl¨¢cito un¨¢nime de un Bernab¨¦u reacio a los futbolistas que no dan la impresi¨®n de agonizar. Sin firmar aut¨®grafos cuando una multitud de ni?os se lo pide a gritos, cada vez que sale del entrenamiento.
"?Est¨¢s gordo!", le imprecaba un chaval hace una semana, indignado al ver que se sub¨ªa al Porsche y se marchaba sin firmarle. Y Ronaldo sonre¨ªa mientras se aferraba con la derecha el volante del todoterreno, suave como la seda, y saludaba con la izquierda a la turba.
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