El reparto del poder se retrasa por graves discrepancias

Europa tropieza de nuevo con la misma piedra, el reparto del poder, como ya ocurri¨® en las negociaciones del Tratado de Amsterdam (1997) y Niza (2000). El peso de cada Estado al votar en el Consejo de la Uni¨®n, la fuerza de los gobiernos ante la Comisi¨®n o las rencillas entre Estados grandes y peque?os han aconsejado al Pres¨ªdium de la Convenci¨®n aparcar el cap¨ªtulo institucional de la Constituci¨®n para debatirlo de nuevo esta semana. La designaci¨®n de un presidente de la UE por cinco a?os o dos a?os y medio prorrogables en lugar del turno semestral actual, como quieren los grandes, es el punto m¨¢s conflictivo, por el rechazo frontal de los peque?os, los candidatos y la Comisi¨®n Europea.

Se trata del mismo grupo que se opone, de entrada, a que el Consejo Europeo (las cumbres o reuniones de l¨ªderes) se convierta en una instituci¨®n m¨¢s de la Uni¨®n, junto a la Comisi¨®n o el Parlamento. O a que la Comisi¨®n, como tambi¨¦n propone el borrador del Pres¨ªdium, est¨¦ integrada por 15 comisarios, m¨¢s otros comisarios delegados sin cartera, en lugar de un comisario por pa¨ªs, como ha venido ocurriendo.

Por el contrario, son algunos de los grandes, en este caso Reino Unido y Espa?a, los que se oponen a que el ministro de Exteriores pueda presidir el Consejo de Asuntos Exteriores. Como se niegan tambi¨¦n a crear un espec¨ªfico Consejo Legislativo, que a modo de segunda c¨¢mara, al estilo federal, se encargue de colegislar con la Euroc¨¢mara, que es en todo este proceso la instituci¨®n que m¨¢s poder gana.

En cuanto a las decisiones, el texto indica que se tomar¨¢n por una mayor¨ªa de Estados que represente al menos al 60% de la poblaci¨®n de la UE. La f¨®rmula beneficia a los pa¨ªses grandes, echa por tierra las arduas y complejas negociaciones del Tratado de Niza y subleva a Estados medio-grandes como Espa?a y Polonia.