Diez a?os despu¨¦s de la ley de bibliotecas de Catalu?a
Hace ya diez a?os que Catalu?a dispone de su propia ley de bibliotecas, un periodo de tiempo que nos ofrece una suficiente perspectiva para valorar c¨®mo ha cambiado la situaci¨®n del sistema bibliotecario p¨²blico en este pa¨ªs, pero especialmente en lo concerniente a la provincia de Barcelona. Un balance que, en cualquier caso, pone de relieve que no todas las instituciones han hecho sus deberes en esta materia.
La red de bibliotecas es una de las plasmaciones m¨¢s emblem¨¢ticas del trabajo de cooperaci¨®n local que lleva a cabo la Diputaci¨®n de Barcelona. Hace ahora 13 a?os (1990), en un acto celebrado en el Palau de la M¨²sica, la Diputaci¨®n lanz¨® una declaraci¨®n p¨²blica de apoyo al desarrollo de las bibliotecas municipales. Quisimos as¨ª formular un planteamiento decidido con vistas a fortalecer el sistema p¨²blico de lectura, haciendo para ello un llamamiento al resto de las administraciones. La Ley del Sistema Bibliotecario de Catalu?a, aprobada por el Parlament en 1993, fue un reconocimiento expl¨ªcito de la situaci¨®n que hab¨ªamos planteado tres a?os atr¨¢s en la mencionada declaraci¨®n y dejaba bien a las claras qu¨¦ era lo que ten¨ªa que hacer cada instituci¨®n.
Desde 1987 se ha duplicado el n¨²mero de bibliotecas de la red y los lectores habituales alcanzan los 11 millones
A la hora de evaluar el trabajo de estos a?os, es preciso afirmar sin ambages que la Administraci¨®n local, en la provincia de Barcelona, ha hecho bien sus deberes, y me atrever¨ªa a remachar que los ha realizado de forma brillante. Los resultados de la suma de esfuerzos (ayuntamientos y Diputaci¨®n) han sido espectaculares: desde 1987 se ha duplicado el n¨²mero de centros de la red, pasando de 91 a 174; el 93 % de la poblaci¨®n est¨¢ atendida por esta red bibliotecaria; m¨¢s de 900.000 personas, es decir, el 20% de la poblaci¨®n de la provincia, tienen carnet y son usuarios habituales; desde 1987 se ha multiplicado por cinco el n¨²mero de usuarios, que ya superan los 11 millones anuales; hemos completado un programa de nueve bibliobuses que atienden a 94 municipios y a 130.000 personas; desde el pasado a?o, todas las bibliotecas de la red est¨¢n informatizadas y ofrecen m¨¢s de 2.000 puntos de acceso inform¨¢tico; casi un mill¨®n de personas acceden a Internet a trav¨¦s de estos puntos cada a?o.
Toda esta tarea se ha llevado a cabo a pesar de que el Gobierno de la Generalitat no ha sacado todo el provecho de la ley de bibliotecas de Catalu?a ni ha dedicado los suficientes recursos a cumplirla. De entrada, el decreto que desarrollaba aspectos fundamentales de la ley se vio aplazado hasta 1999. Este decreto llegaba tarde, pero reconoc¨ªa las competencias de las diputaciones en lo concerniente al apoyo a las redes bibliotecarias locales.
Ha habido otros incumplimientos e insuficiencias por parte de la Generalitat. El programa de ayudas anuales para crear nuevos equipamientos, un programa exigido por la ley de 1993, solamente ha sido convocado en tres ocasiones en 10 a?os. Est¨¢ claro, pues, que el principal esfuerzo financiero ha reca¨ªdo, en el caso de la provincia de Barcelona, en los ayuntamientos y en la Diputaci¨®n. Y hay todav¨ªa m¨¢s. El Consejo de Bibliotecas se ten¨ªa que reunir como m¨ªnimo una vez cada seis meses. Pues bien, desde 1997, ha sido convocado solamente en una ocasi¨®n, y ello ha ocurrido en fechas muy recientes. Finalmente, el mapa de lectura p¨²blica, que ten¨ªa que estar listo en marzo de 1994, a¨²n no ha sido presentado al Parlament. Es evidente, pues, que no todas las administraciones han hecho su trabajo.
Pero hablemos de futuro. De la misma manera que la declaraci¨®n de 1990 supuso una visi¨®n estrat¨¦gica que ha arrojado excelentes resultados, ahora la Diputaci¨®n de Barcelona quiere avanzarse de nuevo marc¨¢ndose nuevos retos. En primer lugar, y con el objetivo de cubrir todo el territorio, tenemos que avanzar hasta llegar a completar la previsi¨®n de 250 bibliotecas para toda la provincia de Barcelona. Nos quedan 80, que podr¨ªan construirse en los pr¨®ximos dos mandatos. Hacia el a?o 2011, la red de bibliotecas tendr¨ªa que estar ya completa. Una parte importante de los nuevos centros tiene que llenar los huecos existentes en municipios de entre 3.000 y 5.000 habitantes que a¨²n no disponen de ella, a pesar de que la actual ley no lo exige.
Hemos hecho un notable esfuerzo para que todas las capitales de comarca y, en general, las ciudades de m¨¢s de 5.000 habitantes tengan su biblioteca. En estos momentos s¨®lo est¨¢n sin centro propio 10 de estas ciudades, y en cuatro de ellas los futuros centros est¨¢n ya en fase de proyecto. De forma paralela, nos proponemos potenciar redes bibliotecarias en las grandes ciudades. Es importante que haya segundas bibliotecas o bibliotecas de apoyo en los barrios y estructurar as¨ª redes locales.
Los ayuntamientos y la Diputaci¨®n de Barcelona hemos actuado con un enorme sentido de la responsabilidad y hemos cumplido de forma escrupulosa las competencias que nos reconoc¨ªa y encomendaba la ley de bibliotecas, para poner al alcance de las personas un sistema p¨²blico de lectura que es referencia en toda Espa?a.
Manuel Royes es presidente de la Diputaci¨®n de Barcelona.
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