El Reina Sof¨ªa incorpora cinco obras de Dal¨ª en una nueva sala dedicada a Bu?uel
El museo se abre al cine con el pase continuo de 'Un perro andaluz' y 'La edad de oro'
El Museo Nacional Reina Sof¨ªa, de Madrid (Santa Isabel, 52), incorpor¨® ayer a su colecci¨®n permanente cinco obras de Salvador Dal¨ª (Figueres, 1904-1989), que han sido compradas por cuatro millones de euros por el grupo ACS como daci¨®n por pago de impuestos. Los cuadros, que pertenecieron a Federico Garc¨ªa Lorca hasta su muerte, figuran en la nueva sala Luis Bu?uel y su entorno, donde se exponen, adem¨¢s, piezas de Alberti, Celaya, Moreno Villa, Man Ray y documentos del grupo de amigos de la Residencia de Estudiantes en el primer tercio del siglo XX.
Un testigo de la Edad de Plata de la cultura espa?ola, Jos¨¦ Bello, que acaba de cumplir 99 a?os, amigo de Dal¨ª, Lorca y Bu?uel en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, asisti¨® ayer a la presentaci¨®n de las cinco obras de Dal¨ª que forman parte de la colecci¨®n permanente del Museo Nacional Reina Sof¨ªa. En el acto participaron la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Pilar del Castillo; el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca; el presidente del patronato del museo, Juan Manuel Urgoiti; el director del museo, Juan Manuel Bonet, y el presidente de ACS, Florentino P¨¦rez, tambi¨¦n coleccionista de arte. ACS tiene una colecci¨®n de m¨¢s de un centenar de artistas espa?oles.
Los cinco cuadros de Dal¨ª pertenecieron a Federico Garc¨ªa Lorca. El m¨¢s importante, el ¨®leo sobre lienzo Sif¨®n y botella de ron, de 1924, fue regalado por Dal¨ª al poeta, quien lo tuvo colgado en su habitaci¨®n de la Residencia de Estudiantes. Los otros cuatro son dos ¨®leos sobre cartulina del a?o 1925, titulados Desnudo y Desnudo en el agua, y dos tintas sobre papel, de 1927, San Sebasti¨¢n y Composici¨®n surrealista.
Los ¨®leos sobre cartulina y los dos dibujos estaban en manos de familiares del poeta, mientras que Sif¨®n y botella de ron, que marca la ¨¦poca cubista del pintor, hab¨ªa sido donado a la Fundaci¨®n Garc¨ªa Lorca, con sede en la Residencia de Estudiantes, que conserva cerca de 40 dibujos. El cuadro, que se ha visto en varias exposiciones de Dal¨ª, ha sido comprado por 2,3 millones de euros. El presidente de la fundaci¨®n, Manuel Fern¨¢ndez Montesinos, declar¨® ayer que hab¨ªan accedido a la petici¨®n de compra para que se pudiera ver en la sala por los visitantes del museo. "Siempre hemos sido conscientes de que nuestro legado era p¨²blico". Los familiares han dejado en dep¨®sito cuatro dibujos de Lorca que se muestran en la misma sala 12 de la colecci¨®n permanente, en la segunda planta del museo, junto con un retrato de Bu?uel por Dal¨ª; dos guaches de Alberti, de 1920; un cuadro de Moreno Villa, cuatro dibujos de Gabriel Celaya, fotos de Man Ray, Denise Bellon, Nicol¨¢s de Lekuona y Alfonso, adem¨¢s de dos vitrinas con documentos en torno a artistas y escritores relacionados con Bu?uel, Dal¨ª y Lorca, procedentes del Archivo Bu?uel, la Filmoteca Espa?ola y la biblioteca del museo. En otro espacio de la misma sala se proyectan de forma continua las pel¨ªculas Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930), de Luis Bu?uel.
Las met¨¢foras de Al?s
El museo expone, en la tercera planta y hasta el 18 de agosto, la obra pict¨®rica del artista belga Francis Al?s (1959), residente en M¨¦xico desde 1987. Bajo el t¨ªtulo de El profeta y la mosca, el artista, conocido por sus paseos y acciones, re¨²ne medio centenar de pinturas, 150 dibujos y un v¨ªdeo a partir de dibujos animados. Las salas reproducen los colores de su estudio en M¨¦xico y el montaje se presenta como un gabinete de cuadros, una de sus ¨²ltimas series, junto con El profeta, y los dibujos extendidos por las mesas con taburetes para su contemplaci¨®n. La mayor sala, a oscuras, contiene un peque?o cuadro, un hombre castigado contra la pared.
Para el comisario, Enrique Juncosa, sus obras son m¨¢s met¨¢foras que simb¨®licas. Seg¨²n el artista, sus pinturas se basan "en la realidad y la irrealidad de la cultura mexicana". El cat¨¢logo, publicado por Turner Libros, tiene un ensayo de Catherine Lampert.
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