Otra vez todos contentos
Todas las formaciones pol¨ªticas manifiestan su satisfacci¨®n ante los resultados obtenidos el pasado domingo. Hasta Arnaldo Otegi se enorgullece -en otro pa¨ªs ser¨ªa surrealismo puro- de su resultado de votos nulos, a la vez que despacha alg¨²n reproche al mism¨ªsimo Arzalluz. Todos encuentran en los resultados motivos para felicitarse. Pero una cosa son los resultados y sus diferentes maneras de explicarlos ante los medios de comunicaci¨®n y otra las frustraciones, muy amplias y generalizadas, ante las expectativas creadas.
Era el momento de los vuelcos electorales y no ha sido as¨ª. Hasta el Partido Popular, despu¨¦s de tanto chapapote pol¨ªtico y cultural, acaba siendo la fuerza m¨¢s votada en Galicia. Era la ocasi¨®n, la gran ocasi¨®n, para que los nacionalistas desplazaran a Od¨®n Elorza de San Sebasti¨¢n con la ayuda del electorado procedente de Batasuna y no ha sido as¨ª. O de desalojar a Alfonso Alonso de Vitoria y dar un vuelco a la situaci¨®n en Alava, obst¨¢culo monumental al plan Ibarretxe, y no han podido hacerlo.
El PNV es el ¨²nico que no sufre el desgaste de gobierno porque en realidad no gobierna
Una cosa es la explicaci¨®n que se haga de los resultados y otra las frustraciones por las expectativas creadas
En general, los partidos constitucionalistas han aguantado el envite de la comuni¨®n nacionalista, cada vez m¨¢s conformada e hija de la deriva plasmada en el Acuerdo de Lizarra. Bien por el PSE en ?lava y en Guip¨²zcoa, d¨¦bil en Vizcaya, donde s¨®lo el pacto con el PP puede apuntalarle tras su descenso electoral en Santurtzi y Portugalete, cediendo al nacionalismo, porque ¨¦ste ha ganado en buena lid democr¨¢tica n¨²cleos de tanta solera obrera como Sestao y Gallarta. Tampoco les ha ido bien a los socialistas en Bilbao, como tampoco al popular Antonio Basagoiti, que no va poder forjar la alternativa en la Invicta Villa, hoy en manos de los sucesores de la aldeaner¨ªa por muy culto que parezca I?aki Azkuna.
Pero los nacionalistas no pueden sentirse satisfechos. Siendo alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa Gorordo hab¨ªa en Bilbao cuatro formaciones nacionalistas que acaparaban veinte esca?os -el PNV 11, HB 4, EE 3 y EA 2- frente a s¨®lo nueve no nacionalistas - el PSE 7 y AP 2-. El nacionalismo, sume lo que sume, va bajando irremisiblemente.
En general, en el ¨¢mbito de Espa?a, se nota el desgaste del que gobierna, salvo excepciones. En Catalu?a baja el PSC, que descubre que los m¨¢ximos beneficiarios del maragallismo son sus partidos socios de su izquierda. Cede esca?os Paco V¨¢zquez en A Coru?a, y ciudades con gobierno socialista en Andaluc¨ªa son arrebatadas por el PP, incluso la Comunidad de Baleares. El ¨²nico que no cede de una manera visible es el PNV, pero los que me leen saben que el partido de Arzalluz no puede asumir desgaste de gobierno porque en realidad no gobierna: reivindica, contesta, exclama, arenga, alucina, es decir, conduce a un pueblo.
En Espa?a se complica la alternativa del PSOE porque va a aparecer como feudatario de IU si quiere materializar el acceso a muchas alcald¨ªas o a la Comunidad de Madrid, lo que te?ir¨ªa la alternativa de Rodr¨ªguez Zapatero de ciertos colores del frente popular. Es una alianza leg¨ªtima, pero s¨®lo seduce a los que somos nost¨¢lgicos de mil derrotas. Otro tanto le ocurre a Pasqual Maragall respecto a sus minoritarios socios en Catalu?a. Minoritarios, pero cada vez m¨¢s importantes y necesarios si desea arrebatar el poder a los nacionalistas democr¨¢ticos de CiU (que estos s¨ª son c¨ªvicos y democr¨¢ticos y no nos escandalizamos porque les quiera arrebatar el poder).
Estas circunstancias tender¨¢n a profundizar el enfrentamiento pol¨ªtico, lo veremos en las siguientes elecciones, y el desprecio y el ultraje que recibiera el verde Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce del bolchevismo (ll¨¢mase as¨ª a una facci¨®n de la socialdemocracia rusa porque constitu¨ªa la mayoritaria, frente a los mencheviques eran los minoritarios) cultural, progre y madrile?o, si se repite y repite, volver¨¢ a formar parte de la tradici¨®n de la izquierda en la toma del palacio de la Moncloa.
Y aqu¨ª, donde nos la jugamos, donde las elecciones no deciden nada, nos apuntan, sin embargo, lo que va a pasar en un futuro inmediato. El PNV seguir¨¢ proponiendo el plan Ibarretxe, necesita recoger todo el voto radical para representar a toda la comunidad nacionalista, el Pueblo Vasco, y as¨ª ganar poder y esperar, con la fe de Arzalluz, a vend¨¦rselo a un Zapatero triunfante (si gana), pero que no se lo va a aceptar por muy generoso que se sienta en las euforias del triunfo. Pero adem¨¢s tendr¨¢ que saltar -para eso suele servir la violencia- por encima de la realidad, saltar sobre ?lava, sobre San Sebasti¨¢n y una serie de localidades de importancia demogr¨¢fica. La bipolarizaci¨®n va ser la estrategia nacionalista.
Los socialistas vascos, necesitados de apoyos en los ayuntamientos de la Margen Izquierda, tendr¨¢n que cerrar filas con el PP, y el discurso del PSOE se va a convertir en m¨¢s di¨¢fano en lo que se refiere a alianzas. Habr¨¢ tensi¨®n en Espa?a y aqu¨ª, en Euskadi, bipolarizaci¨®n. S¨®lo cabe esperar que la actuaci¨®n del PSE y del PP en ?lava suavice la tensi¨®n entre ambas fuerzas y devuelva a la pol¨ªtica algo que se echa de menos: responsabilidad.
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