Los ataques contra soldados de EE UU en Irak se multiplican
El jefe militar de la coalici¨®n dice que "la guerra no ha terminado"
Seis soldados estadounidenses han muerto y nueve han resultado heridos en ataques y emboscadas en los ¨²ltimos d¨ªas en Irak. Estos actos de violencia contra las tropas de ocupaci¨®n fueron considerados ayer por el general David McKiernan, m¨¢ximo responsable de los efectivos de la coalici¨®n, como "acciones de combate, no ataques criminales". "La guerra no ha terminado", agreg¨® McKiernan en una conferencia de prensa en Bagdad.
"Se ha reducido el n¨²mero de las operaciones militares, pero los choques que hemos tenido esta semana son combates", dijo el general de tres estrellas a los periodistas.
El ¨²ltimo ataque tuvo lugar ayer mismo, cuando un soldado muri¨® en una emboscada "mientras viajaba por una de las rutas principales de suministros", seg¨²n el comunicado del Estado Mayor, que no precisaba el lugar donde se produjo. Desde que el 1 de mayo George W. Bush dio por terminadas las operaciones de combate en Irak, 20 soldados han muerto en accidentes o por fuego enemigo.
Las medidas tomadas en el terreno de la seguridad por el administrador provisional de Irak, Paul Bremer, desde que reemplaz¨® al ex general Jay Garner han mostrado su eficacia. El aumento de patrullas, que ya no se llevan a cabo s¨®lo en veh¨ªculos, sino tambi¨¦n a pie, los refuerzos de polic¨ªas militares o la contrataci¨®n de expertos han aumentado la confianza de los bagdad¨ªes. Cada vez hay m¨¢s tiendas abiertas en la capital, incluso de noche, en los barrios residenciales. Pero los ataques de los ¨²ltimos d¨ªas no tienen nada que ver con el crimen com¨²n que se hab¨ªa abatido sobre la capital desde la toma de la ciudad: son actos de guerrilla que pueden suponer un problema muy grave para las fuerzas de la coalici¨®n si se intensifican.
El general McKiernan no intent¨® quitar hierro a los incidentes, aunque se?al¨® que la mayor¨ªa se hab¨ªan producido en una zona muy localizada, sobre todo entre Ramadi y Faluga, dos ciudades al oeste de Bagdad, y asegur¨® que se "utilizar¨¢n todos los medios militares necesarios para acabar con las bolsas de resistencia". "Estamos contemplando todas las opciones, incluso el env¨ªo de m¨¢s efectivos", agreg¨® el general, que no quiso dar m¨¢s precisiones sobre el tipo de operaciones previstas. En los alrededores de estas localidades, la presencia norteamericana se ha multiplicado y varios helic¨®pteros de combate sobrevuelan la zona de forma constante.
En cuanto a los presuntos autores de los ataques, el general se mostr¨® muy vago. Se?al¨® que "estaban siendo investigados", para agregar que se trataba de "personas fieles al antiguo r¨¦gimen". Entre la poblaci¨®n iraqu¨ª, las cosas se ven de forma muy diferente. Ramadi y Faluga son dos zonas tribales, muy conservadoras y de mayor¨ªa sun¨ª. Seg¨²n los estadounidenses, all¨ª se han refugiado fedayines, tropas irregulares de Sadam Husein, y miembros del partido Baaz, que llevan a cabo acciones de guerrilla. "Se trata de ataques coordinados de elementos baazistas, pero s¨®lo a nivel local", dijo McKiernan.
Muchos iraqu¨ªes, en cambio, aseguran que en Ramadi y Faluga hubo enfrentamientos de los l¨ªderes tribales con soldados iraqu¨ªes en tiempos de Sadam, y ahora se est¨¢n reproduciendo con las tropas de la coalici¨®n. De hecho, en Faluga se produjeron grav¨ªsimos choques entre soldados de EE UU y manifestantes a principios de abril, que se saldaron con la muerte de 18 civiles. Siete estadounidenses resultaron heridos cuando su cuartel fue atacado con granadas.
En todo caso, no son las ¨²nicas ciudades con problemas: en la madrugada del jueves, en la localidad de Hit, al oeste de Bagdad, se produjeron violentos disturbios que acabaron con cinco heridos. En la capital, el mi¨¦rcoles, un soldado muri¨® cuando el veh¨ªculo militar en el que patrullaba pis¨® una mina "en un acto hostil".
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