Prueba, acierto y fallo
Han terminado las elecciones aunque no el plazo para comprobar la verdadera trascendencia del nuevo mapa pol¨ªtico de Andaluc¨ªa. El escenario tras el 14 de junio har¨¢ salir de la ceguera, a algunos, y de la cortedad de ciertos an¨¢lisis provisionales, a otros. La campa?a ha terminado y ya no pueden influir en los ciudadanos como acostumbran a trav¨¦s de esas encuestas o tertulias que s¨®lo una democracia madura alguna vez podr¨¢ erradicar.
Creo que estas elecciones hay que analizarlas en tres territorios distintos y as¨ª obtendremos una respuesta aproximada a lo que pas¨® el 25-M. Propongo el de las intenciones, las motivaciones y el de los resultados. El primero y el segundo son subjetivos, mientras que el ¨²ltimo es objetivo.
Nunca prescindir de un caudillo ha sido m¨¢s rentable e higi¨¦nico para la democracia
En el primer caso, los contendientes han querido testarse, salvarse o consolidarse. Testarse porque tanto PSOE como PP han querido probarse en sus respectivas pol¨ªticas extramunicipales, o examinarse, con la vista puesta en la Moncloa. Ellos, intencionadamente ajenos al debate municipal se han pasado factura. Y en este sentido debo decir dos cosas: una, que han faltado el respeto, uno y otro, a los electores; otra, que ha ganado el PP. Ha ganado porque ha reaccionado bien frente a sus propios errores y ni la guerra, el Prestige o el decretazo les ha pasado la cuenta. Los datos as¨ª lo demuestran, el PSOE ha perdido en siete capitales de provincia y en much¨ªsimas ciudades medias, en donde su hegemon¨ªa, en casos superior a 20 a?os, se ha esfumado, muy frecuentemente debido al ascenso del PA. En el mismo sentido, el propio presidente se ha apresurado a declarar que no habr¨¢ elecciones anticipadas, sin que nadie pol¨ªticamente se lo pida, en respuesta, quiz¨¢, a un runr¨²n insistente de los preclaros comentaristas de palacio que aplazaban la decisi¨®n presidencial al final de los triunfales comicios municipales.
Salvarse. Efectivamente, IU quer¨ªa salvarse, moribunda y asistida boca a boca por la estulticia guerrera de Aznar. Ha conseguido su objetivo y capitalizado los nuevos inputs electorales, j¨®venes, pero es un globo que se desinflar¨¢ y mientras tanto le doler¨¢ la cabeza al PSOE, cuyos mejores analistas aconsejan un distanciamiento, no salir en la misma foto y buscar un sitio m¨¢s al centro, en el siglo XXI, que no es precisamente donde est¨¢ IU. Estos se?alan esa foto en el ¨¢lbum reciente como la causa de que los ciudadanos no comprendan un Zapatero, Rodr¨ªguez, moderado pero en algaradas, algo as¨ª como lo que se dec¨ªa de Fraga, respecto a la funci¨®n reproductora y cierta prenda ¨ªntima de vestir femenina.
Consolidarse. Me toca. Hablo ahora de los m¨ªos. El PA ten¨ªa dos objetivos: consolidar sus posiciones y comprobar el acierto de su decisi¨®n de prescindir de Pacheco. El primer objetivo se ha cumplido, el andalucismo, se ver¨¢ el 14 de junio, est¨¢ m¨¢s y mejor repartido territorialmente y ha incrementado su poder pol¨ªtico. No obstante, hemos fallado en las capitales. Fundamentalmente, nuestro ¨¦xito se empa?a por el resultado de Sevilla. Es verdad que la batalla bipolar ha ocultado otros debates en ciudades, como Sevilla, por ejemplo, teniendo al mejor candidato, Jos¨¦ N¨²?ez, pero tambi¨¦n lo es que la memoria ciudadana es irreductible y no hemos sido capaces de contagiar a los sevillanos con el mensaje de las ideas nuevas que el Partido Andalucista hoy representa. Para los andalucistas, adem¨¢s, hab¨ªa otras elecciones: ?qu¨¦ pasar¨ªa con Pacheco? Los resultados lo han puesto en su sitio y han avalado la acertada decisi¨®n de Antonio Ortega. El proyecto personalista jerezano no existe en Andaluc¨ªa, pero lo ten¨ªamos que certificar en unas elecciones democr¨¢ticas. Los caudillos son menos que las siglas de los partidos que representan proyecto colectivos liderados por ¨®rganos democr¨¢ticos; ¨¦sta es la gran lecci¨®n que estas elecciones nos proporcionan a todos.
Las motivaciones. S¨®lo una breve reflexi¨®n. Ha habido un profundo cambio en los h¨¢bitos electorales, los nuevos electores han acudido masivamente, incrementando el nivel de participaci¨®n, espoleados por nuevas preocupaciones colectivas que enriquecen la democracia. De todo ello hay que tomar debida cuenta y no defraudar esa savia fresca. En el PA aceptamos el reto no de forma coyuntural sino como expresi¨®n de nuevas formas de democracia participativa y abierta. Ser¨ªa una gran irresponsabilidad no mimar este r¨ªo de vida que anuncia un nuevo vigor democr¨¢tico para el siglo XXI.
Y, por ¨²ltimo, los resultados. A la luz de las previsiones ha habido un gran derrotado: el PSOE. Si tenemos en cuenta los n¨²meros, s¨®lo ha habido un partido que ha crecido en ediles: de 544 a 696, el Partido Andalucista. Algunos dir¨¢n que hemos perdido 12.000 votos con relaci¨®n a 1999, pero nunca prescindir de un caudillo ha sido m¨¢s rentable ni m¨¢s higi¨¦nico para la democracia ni nos ha puesto en mejor disposici¨®n de acometer nuestro compromiso de aportar ideas nuevas para Andaluc¨ªa.
Javier Aroca Alonso es secretario de Comunicaci¨®n del PA y viceconsejero de Turismo.
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