No m¨¢s metadona

No soy un delincuente, s¨®lo soy un enfermo que lucha por sobrevivir. Hoy es mi quinto d¨ªa de s¨ªndrome de abstinencia de metadona. He estado incluido en el plan de la metadona, he bajado las dosis, y en el momento que he considerado oportuno, he solicitado en el CAD la medicaci¨®n de apoyo que necesito (ansiol¨ªticos, analg¨¦sicos...) para soportar el s¨ªndrome de abstinencia, superior al de la hero¨ªna.

Me han ofrecido m¨¢s metadona, a pesar de que saben que llevo cinco d¨ªas de abstinencia, a pesar de que la metadona es una c¨¢rcel qu¨ªmica, que ya utilizaba el ejercito alem¨¢n con sus tropas, y que es mera efervescencia, a pesar de que saben que me gano la vida en la calle con una c¨¢mara de fotografiar.

He suplicado a la trabajadora social, al m¨¦dico y a la psic¨®loga -con espantosos dolores de espalda, piernas, est¨®mago, v¨¦rtigos y temblores- y me han ofrecido que firmara un alta voluntaria, o ?m¨¢s metadona! Les he dicho que estaban haciendo las cosas mal, y que a un individuo que quiere salir de la prisi¨®n qu¨ªmica, lo que hay que hacer es ayudarle, y que no es ¨¦tico obligarme a comprar trankimazin en el mercado negro, y peregrinar por cuarenta farmacias por una caja de deprancol.

Aunque reviente, no voy a consumir metadona, aunque me obliguen a peregrinar por cien farmacias, aunque me muera. El dolor es un revulsivo que me va a hacer tirar hacia delante y hacerme m¨¢s fuerte para amortiguar la mezquindad de las cosas mal hechas.