ETA en Sang¨¹esa
Los polic¨ªas nacionales Bonifacio Mart¨ªn y Juli¨¢n Envit fueron asesinados ayer, y su compa?ero Ram¨®n Rodr¨ªguez, gravemente mutilado, en un atentado de ETA en Sang¨¹esa (Navarra) en el que otras tres personas resultaron heridas. Los terroristas ejecutaron as¨ª la amenaza que conten¨ªa uno de sus ¨²ltimos comunicados, en el que daban cuenta de que en un debate interno reciente hab¨ªan decidido rechazar la propuesta de abandonar la violencia. El argumento era que a los vascos no se les ha permitido expresar su voluntad, lo que convierte en leg¨ªtima e inevitable la lucha armada.
Sin embargo, lo ¨²nico seguro es que la inmensa mayor¨ªa de los vascos, nacionalistas o no, y no digamos de los navarros, rechaza el empleo de la violencia y quiere que ETA desaparezca. As¨ª lo han reiterado los electores, incluyendo los de Sang¨¹esa, uno de los pocos municipios en que compareci¨® una agrupaci¨®n de electores pr¨®xima a Batasuna. Obtuvo 240 votos, casi los mismos que Euskal Herritarrok en 1999; los partidos constitucionalistas que ETA ha declarado objetivo militar, UPN y PSOE, tuvieron cerca de 2.000, el 69%.
En las ¨²ltimas semanas se ha venido produciendo un recrudecimiento de los actos de intimidaci¨®n de las bandas de acoso, y es probable que el incomprensible robo de 300 pistolas de un cami¨®n alem¨¢n, a su paso por la regi¨®n francesa de Las Landas, sea tambi¨¦n obra de ETA. Seguramente, no tardar¨¢n en aparecer voces que digan que esta ofensiva prueba la inutilidad de la ilegalizaci¨®n del brazo pol¨ªtico; que ni es leg¨ªtimo asesinar a polic¨ªas que renuevan el DNI por los pueblos, ni lo es prohibir ideas. Pero no son ideas lo que han prohibido los jueces -hay m¨¢s partidos independentistas que nunca-, sino la vinculaci¨®n con una banda terrorista. Las razones de Batasuna para mantener esa dependencia son cada vez m¨¢s pueriles. Ayer mismo, uno de sus parlamentarios dijo en la C¨¢mara vasca que no hay "violencia mayor que negar la existencia de Euskal Herria".
Portavoces de todo el arco democr¨¢tico reiteraron ayer que la prioridad debe ser acabar con el terrorismo. Ese objetivo pasa por deslegitimar las falacias en cuyo nombre mata ETA. Es una responsabilidad que corresponde sobre todo a quienes dicen compartir sus fines, aunque no sus m¨¦todos. Pero tal responsabilidad es incompatible con mensajes como el de que la prohibici¨®n de las candidaturas herederas de Batasuna supone "la muerte civil de decenas de miles de vascos"; evitando mencionar, como si fuera un detalle sin importancia, que el motivo de la prohibici¨®n ha sido la pertenencia a un entramado que, entre otras cosas, se dedica a asesinar a sus rivales pol¨ªticos, y que los muertos reales caen siempre del mismo lado: el de quienes defienden la legalidad democr¨¢tica.
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