El poder de los votos
El PSOE ha ganado con claridad las elecciones municipales en Andaluc¨ªa. No cabe duda, pese a los intentos desesperados de algunos partidos por hacer blanco lo negro. Los socialistas hemos obtenido m¨¢s votos, m¨¢s concejales y m¨¢s alcald¨ªas que ning¨²n otro partido en estos comicios y hemos dejado a la segunda fuerza pol¨ªtica, el PP, a 7,5 puntos de distancia, un punto m¨¢s que en 1999. Adem¨¢s, el incremento de votos de los socialistas, 80.000 sufragios m¨¢s que hace cuatro a?os, confirma y refuerza una tendencia de incremento incuestionable en el apoyo electoral y en el respaldo de la ciudadan¨ªa andaluza.
Aunque en pol¨ªtica se suelen ofrecer argumentos a la carta en funci¨®n de la l¨®gica partidista y se aplica una ¨®ptica interesada a la hora de analizar una misma realidad, el dato aritm¨¦tico de qui¨¦n es el vencedor no ofrece ning¨²n margen para la duda. Ganar significa conseguir m¨¢s ediles en los ayuntamientos -el PSOE dobla al PP en el n¨²mero de concejales-, conseguir m¨¢s alcald¨ªas -a partir del 14 de junio el PSOE tendr¨¢ 238 alcaldes m¨¢s que los populares- y m¨¢s votos -290.000 votos m¨¢s que el PP-. En consecuencia, cualquier an¨¢lisis que se realice despreciando la obviedad de los datos es pura prestidigitaci¨®n pol¨ªtica, una simple operaci¨®n cosm¨¦tica para enga?ar a la opini¨®n p¨²blica.
Desde 1995 el PSOE no ha dejado de crecer. Esta conclusi¨®n no se obtiene de una interpretaci¨®n rebuscada de los resultados electorales, se extrae directamente de una lectura directa y comparada de los votos en las tres ¨²ltimas municipales celebradas en Andaluc¨ªa. En estos ocho a?os, las candidaturas socialistas han ido incrementando la brecha sobre el PP. Un dato suficiente para calibrar sin equ¨ªvocos la pujanza del PSOE y el claro estancamiento de los populares.
Parece rid¨ªculo querer ganar la liga habiendo quedado segundo. Sin embargo, este planteamiento es a¨²n m¨¢s aberrante si, una vez finalizada la competici¨®n, los resultados arrojan la certeza de incrementar no s¨®lo el n¨²mero de puntos en la cuenta del vencedor, sino de haber ensanchado tambi¨¦n de forma considerable la ventaja sobre el inmediato perseguidor. Los datos son as¨ª de determinantes. El PP, desde el 25-M, est¨¢ m¨¢s atr¨¢s y a mayor distancia del PSOE, que se confirma, de esta manera, como un partido en alza, como la indiscutible primera fuerza pol¨ªtica andaluza.
Y esta situaci¨®n no es ni gratuita ni peregrina. Responde a la decisi¨®n de los ciudadanos, a la sinton¨ªa de los socialistas con sus preocupaciones, a la elaboraci¨®n de programas que conectan con sus problemas inmediatos d¨¢ndoles respuestas, a la indiscutible percepci¨®n de cercan¨ªa que genera el PSOE, a la cohesi¨®n de un partido que ofrece un proyecto solvente y de futuro para nuestra tierra, a la necesidad de incentivar la participaci¨®n ciudadana para multiplicar la calidad democr¨¢tica de nuestras instituciones.
Mientras tanto, el PP se ha obstinado en apartar el debate municipal de su discurso y convertir la campa?a en un plebiscito sobre la pol¨ªtica de un Aznar que, durante sus a?os de gobierno y sin recibir ninguna repobraci¨®n desde los dirigentes del PP andaluz, se ha destacado por una descarada y furibunda estrategia de acoso a Andaluc¨ªa. Y la verdad es que le ha salido el tiro por la culata, porque han perdido las elecciones, porque el PSOE ha sido, despu¨¦s de diez a?os, la fuerza m¨¢s votada en el conjunto de la naci¨®n y porque en Andaluc¨ªa los ciudadanos han entendido que son los socialistas quienes defienden mejor sus intereses frente a la persistente pol¨ªtica de agravios de los populares con nuestra tierra.
As¨ª, las elecciones han servido para que el PSOE reciba de nuevo la confianza de la mayor¨ªa de los andaluces, tanto en los pueblos como en las ciudades de nuestra comunidad. Y hago est¨¢ afirmaci¨®n porque me parece tremendamente significativa. En democracia, no se pueden establecer diferenciales entre los ciudadanos, no se pueden crear categor¨ªas seg¨²n el lugar donde han decidido desarrollar sus vidas, no puede catalogarse un voto de primera y segunda fila en funci¨®n de su lugar de procedencia. Es un error imperdonable que el PP tenga esta destartalada perspectiva. En el PSOE hemos trabajado siempre por el equilibrio entre todos los territorios y por la igualdad de oportunidades de todas las personas, vivan donde vivan. Y esa premisa sigue formando parte, en un lugar destacado, de nuestros principios, nuestras ideas y nuestra gesti¨®n en las instituciones donde gobernamos.
El PSOE ha vuelto a ser en Andaluc¨ªa, como en todas las anteriores desde 1979, la fuerza ganadora. Como los socialistas sabemos el valor de cada voto, somos a¨²n m¨¢s conscientes del valor que tiene haber recibido m¨¢s votos que nadie y ¨¦se es, precisamente, nuestro principal compromiso.
Luis Pizarro Medina es seecretario de Organizaci¨®n del PSOE de Andaluc¨ªa
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