"La poes¨ªa es un intento de aclaraci¨®n del mundo ¨ªntimo"
Rafael Ballesteros (M¨¢laga, 1938), parece dispuesto a devolverle a su poes¨ªa los a?os que le quit¨® para dedicarse a la pol¨ªtica. Presidente de la Comisi¨®n de Educaci¨®n y Cultura del Congreso de los Diputados entre 1982 y 1996, afirma que conservar¨¢ "toda la vida" el carn¨¦ del PSOE, pero que "por fin" puede dedicarle todo su tiempo a la escritura. Acaba de publicar un nuevo libro de poemas, Los dominios de la emoci¨®n (Pretextos).
Pregunta. ?Por qu¨¦ caminos discurre su relaci¨®n con la poes¨ªa?
R. Lo que yo intento es conocer lo m¨¢s profundo de m¨ª. De alguna manera la poes¨ªa es un intento de aclaraci¨®n del mundo m¨¢s ¨ªntimo, de lo que m¨¢s te hace ser t¨². Esa es una interacci¨®n. La otra, naturalmente, es qu¨¦ virtualidad real tienen las relaciones con los dem¨¢s, entre ellas la relaci¨®n amorosa, el roce con el otro humano. Qu¨¦ buscas, qu¨¦ das, qu¨¦ encuentras. Ese es otro problema que est¨¢ en la poes¨ªa.
"No tengo duda de que para la cultura es mejor la izquierda que la derecha"
"Lo importante del escritor es sentirse creador, y escribir es un acto de soledad"
P. ?C¨®mo ha desarrollado esa idea en este libro?
R. El libro tiene cuatro partes. La primera se centra en la propia indagaci¨®n. La segunda explora la relaci¨®n amorosa y las relaciones humanas. La tercera creo que tiene una preocupaci¨®n muy directa por temas pol¨ªticos, y la otra parte del libro y de mi poes¨ªa en general trata de constatar la muerte de seres queridos, el no existir, hasta qu¨¦ punto hay un dolor inexplicable, c¨®mo ese vac¨ªo entra en tu vida, c¨®mo aunque sea un vac¨ªo lo llenas de sentido.
P. Es un libro ambicioso entonces.
R. Es ambicioso en el sentido de que uno siempre pone la m¨¢xima ambici¨®n en un libro. Uno sabe que la poes¨ªa es un territorio de exigencia muy grande, donde se pone todo lo que se tiene al servicio de la palabra y de la expresi¨®n. Exige un conocimiento y un uso de la lengua extremo, y por tanto cada libro intenta ser la plasmaci¨®n de ese esfuerzo. Lo que ocurre es que todo eso tiene que estar iluminado no s¨®lo por la humanidad, la intensidad y la emoci¨®n, sino por la coherencia de la creaci¨®n, con un uso extremo de la belleza y la m¨²sica del lenguaje.
P. ?Le resulta c¨®modo moverse en ese registro?
R. Yo siempre me he encontrado como creo que se siente todo escritor, sea bueno o malo: diciendo siempre una parte de lo que quieres decir. Muchas veces cuando uno est¨¢ escribiendo dice: "si pudiera expresar todo lo que quiero expresar...", y uno tiene la sensaci¨®n siempre de que est¨¢ expresando s¨®lo un tanto por ciento.
P. Ha hablado de las ausencias. ?C¨®mo ha vivido la p¨¦rdida de Rafael P¨¦rez Estrada?
R. Es una ausencia tan tremenda que s¨®lo se puede expresar cuando se convierte ya en algo asentado. Con Rafael se perdi¨® un grand¨ªsimo escritor. Cuando pase el tiempo se podr¨¢ conectar m¨¢s f¨¢cilmente con su mundo imaginativo, generoso, f¨¦rtil. Y a nivel personal se perdi¨® no s¨®lo un amigo muy ¨ªntimo, sino un ejemplo vital de un escritor que no ten¨ªa tiempo sino para la escritura, el rigor y el esfuerzo. Lo grandioso de Rafael era convertir el esfuerzo tremendo en una alegr¨ªa. Uno que lo conoc¨ªa sab¨ªa qu¨¦ le hab¨ªa costado un texto, y sin embargo cuando estaba terminado era espont¨¢neo, luminoso, imaginativo, vivo. Y otra cosa que significa Rafael es ese sentido de lo provinciano. Quiz¨¢ su gran ense?anza es que no hace falta la grandiosidad para ser un escritor, porque lo importante del escritor es sentirse creador, y el acto de escribir es un acto de soledad.
P. En todo caso, en M¨¢laga hay un ambiente literario muy f¨¦rtil, ya desde la Generaci¨®n del 27.
R. Hombre, podemos encontrarnos por la calle con Jos¨¦ Antonio Mu?oz Rojas, con Pablo Garc¨ªa Baena, con Antonio Soler, con Alfonso Canales, con Campos Reina, con Romero Esteo, que son escritores de aut¨¦ntico peso. Eso da cauces a gente que tiene esa inquietud pero que a veces no sabe por qu¨¦ camino expresarla. Aparte, M¨¢laga es una ciudad especialmente abierta, asimiladora de muchos mundos. Ya en 1920 era una ciudad abierta donde ven¨ªan Lorca, Aleixandre o Dal¨ª y se sent¨ªan c¨®modos y escuchados. Eso sigue en la ciudad y se ha incrementado porque ahora recibimos un mill¨®n de iniciativas y sensibilidades distintas a lo largo del a?o. Y tambi¨¦n la aparici¨®n de la Universidad ha contribuido a que los escritores malague?os sean reconocidos, porque hace que la obra literaria caiga en un ¨¢mbito m¨¢s receptivo, aunque la relaci¨®n entre la sociedad malague?a y la Universidad tendr¨ªa que ser m¨¢s fluida.
P. Otra caracter¨ªstica de los creadores malague?os es que mantienen una idiosincrasia propia. ?Cree que la institucionalizaci¨®n de la cultura puede da?arla?
R. Si las instituciones producen plataformas de libre circulaci¨®n del arte no existe el menor problema; no hay institucionalizaci¨®n de la cultura y es algo magn¨ªfico. Si las instituciones hacen plataformas para mediatizar, influir, tergiversar, manipular, entoces s¨ª.
P. Uno de los logros del PP es haber creado un equipamiento cultural en M¨¢laga. ?C¨®mo lo valora?
R. Es l¨®gico que una instituci¨®n, est¨¦ en manos de la derecha o de la izquierda, tenga la percepci¨®n de que hoy la cultura es un germen muy fuerte de actividad, una identificaci¨®n de M¨¢laga en el exterior y una actividad que produce evidentes beneficios sociales y econ¨®micos. Yo no tengo la menor duda que para la cultura es mucho mejor las instituciones en manos de la izquierda que de la derecha, pero tengo que decir que las instituciones malague?as en manos de uno o de otro se han dado cuenta por lo menos de la importancia de la cultura. Nadie puede negar que sea importante en M¨¢laga tener un museo de arte contempor¨¢neo, un sitio donde se pueda escuchar m¨²sica, un buen conservatorio, un centro de exposiciones digno, un buen teatro.
P. Quiz¨¢ es en el plano de la literatura donde menos esfuerzo se est¨¢ haciendo para fomentar el conocimiento entre los malague?os de sus escritores.
R. Yo creo que hay medios para que los escritores malague?os puedan publicar y leer sus poemas. Otra cosa es que un poeta malague?o joven tenga la resonancia real que podr¨ªa tener en funci¨®n de su val¨ªa. Eso tambi¨¦n es una lucha de las instituciones, y de la prensa, y de la televisi¨®n. Tener la posibilidad de que su voz sea escuchada en otro sitio es importante para un escritor, y muchas veces hay cosas muy bien escritas, muy bien editadas, pero que no tienen ninguna repercusi¨®n fuera de la ciudad. Eso es malo, sobre todo porque la obra de arte es un di¨¢logo. Mi poes¨ªa sin muchos lectores se vac¨ªa de contenido. Cuando tiene muchos lectores es cuando est¨¢ viva, porque tiene muchas sensibilidades encontr¨¢ndose con ella. Un poema metido en el caj¨®n no es poema todav¨ªa, y si se queda en el ¨¢mbito de la provincia es una poes¨ªa pobre.
P. Pero en todo caso esa aspiraci¨®n de llegar a muchos no termina de cumplirse.
R. El que escribe siempre se est¨¢ preguntando qu¨¦ sentir¨¢ el lector al leer lo que uno ha escrito. Yo me pregunto qu¨¦ sentir¨ªa un norteamericano de hoy leyendo mi poes¨ªa. El mundo es tan grande, hay tantas lenguas, tantas sensibilidades, que uno se pregunta con cu¨¢l de ellas conectar¨ªa mejor, pero eso est¨¢ vedado. El mundo de la cultura oriental, de la inglesa, de la italiana, est¨¢ vedado para nuestra poes¨ªa, simplemente porque en la traducci¨®n se pierde gran parte de su esencia.
P. ?A?ora la pol¨ªtica?
R. Yo sigo sinti¨¦ndome socialista y orgulloso de serlo, pero ahora mi actividad fundamental es la literatura, y lo he conseguido con mucho esfuerzo y despu¨¦s de muchos a?os. Me he pasado ocho a?os de mi vida deseando escribir y sin poder hacerlo, y eso es algo muy doloroso. Ahora puedo dedicarle todo el tiempo a la escritura, y eso me llena, pero me siento socialista y deseoso de que se produzca el cambio que representa en este momento el PSOE con respecto al PP.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.