Capitalismo de ficci¨®n: el 'caso Terra'
En el capitalismo de ficci¨®n, surgido en los a?os noventa del siglo XX, la representaci¨®n sustituye a la realidad, y lo real se convalida por la realidad del espect¨¢culo. El capitalismo de ficci¨®n, que sustituye el capitalismo de producci¨®n y de consumo del pasado, trata con la realidad para desprenderla de la peste de lo real. Esta nueva fase del sistema, teorizada por Vicente Verd¨² en su ¨²ltimo libro (El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficci¨®n) tiene una manifestaci¨®n muy oportuna con el caso Terra. La historia es la siguiente: apenas tres a?os y medio despu¨¦s del explosivo lanzamiento a Bolsa de Terra, la compa?¨ªa de Internet ha tenido que ser rescatada por Telef¨®nica, su accionista de referencia, anunciando la intenci¨®n de comprar el 100% del capital. La oferta de Telef¨®nica a los cientos de miles de accionistas de Terra -muchos de los cuales se acercaron a los mercados de valores por primera vez con esta compa?¨ªa, confiados en la espectacularidad de las declaraciones de sus directivos- ha sido de 5,25 euros por acci¨®n, la mitad del valor con el que Terra sali¨® a Bolsa y una cantidad ¨ªnfima del valor m¨¢ximo al que lleg¨® a cotizar (157,65 euros por acci¨®n) en febrero de 2000, tan s¨®lo tres meses despu¨¦s. As¨ª, Terra se convierte en el paradigma espa?ol de la m¨¢xima volatilidad de las empresas de la nueva econom¨ªa: con ella, unos pocos se hicieron de oro y ganaron much¨ªsimo dinero en poco tiempo (entre ellos muchos de los consejeros y gestores de la compa?¨ªa), y unos muchos van a perder una parte importante de sus ahorros.
Recordemos algunos datos significativos del capitalismo de ficci¨®n aplicado a Terra. Nunca ha tenido beneficios, y en el ¨²ltimo ejercicio perdi¨® m¨¢s de 2.000 millones de euros, ?cuatro veces m¨¢s que sus ingresos!; en el momento ¨¢lgido de su cotizaci¨®n -38.000 millones de euros- val¨ªa m¨¢s que entidades como Repsol YPF, el SCH o el BBVA y sin embargo sus ingresos no llegaban a los 300 millones de euros. ?C¨®mo no pensar que Terra fue una empresa concebida casi en exclusiva para reba?ar las plusval¨ªas de la burbuja tecnol¨®gica?
Los analistas m¨¢s ortodoxos relacionados con la operaci¨®n echan la culpa al mercado, por lo que los accionistas perjudicados no pueden quejarse. Pero los mercados muchas veces se crean de modo artificial. El dise?o de la salida a Bolsa de Terra fue de la consultora McKinsey, y el banco de negocios Goldman Sachs la sac¨® al mercado. Los discursos y las fotograf¨ªas del presidente del grupo Telef¨®nica, Juan Villalonga, y del consejero delegado de Terra, Juan Perea, ?no sirvieron para calentar ese mercado? Repasemos el desarrollo de las juntas de accionistas y de las declaraciones a los medios, incluidas las de su actual presidente Joaqu¨ªn Agut: ?no estimularon el apetito de los inversores? Las expectativas crean los mercados y la informaci¨®n de los accionistas se la dan los gestores y los organismos corporativos de las empresas. Ahora, Telef¨®nica quiere comprar Terra por un poco m¨¢s de dinero del que hay en la caja de la sociedad.
Las teor¨ªas de la creaci¨®n de valor de las empresas basada en las grandes adquisiciones (por ejemplo, el portal Lycos por valor de 12.500 millones de d¨®lares), en el crecimiento por el crecimiento, o en la segregaci¨®n de partes del grupo para sacarlas a Bolsa y a continuaci¨®n vaciarlas de contenido (Telef¨®nica se ha quedado con el negocio de las l¨ªneas de ADSL, potencialmente una fuente importante de ingresos de Terra), han perdido todo sentido. Los sistemas cl¨¢sicos de valoraci¨®n de la empresa, la existencia de planes de negocios conocidos, el dividendo, la vuelta a lo fundamental toman toda la importancia despu¨¦s de pelotazos y crisis tan sangrantes como la de Terra. El caso Terra no es s¨®lo el ejemplo espa?ol por excelencia de la burbuja tecnol¨®gica y el desastre de las empresas puntocom. Lo es tambi¨¦n de una forma de gestionar y gobernar las sociedades y del desamparo de los accionistas, especialmente de los minoritarios. ?Qui¨¦n nos asegura que lo sucedido con Terra no va a pasar a continuaci¨®n con otras marcas de Telef¨®nica?
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