Abu Mazen llama al fin de la Intifada
Israel acepta acabar con las colonias ilegales en la cumbre de ?qaba, que reactiva el proceso de paz
Un soplo de optimismo lleg¨® ayer desde ?qaba, el puerto jordano del mar Rojo, a todo Oriente Pr¨®ximo, despu¨¦s de que israel¨ªes y palestinos se comprometieran a reanudar las negociaciones de paz. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el art¨ªfice del encuentro, acogi¨® con entusiasmo el acuerdo alcanzado por las dos partes tras tres horas de negociaci¨®n, y asegur¨® que la paz en esta zona constituye desde ahora "la m¨¢s alta prioridad" para su pa¨ªs. El primer ministro palestino, Abu Mazen, ha anunciado que har¨¢ todo lo posible para acabar con la Intifada armada, mientras que su hom¨®logo israel¨ª, Ariel Sharon, asegura que ordenar¨¢ la inmediata destrucci¨®n de los enclaves -embriones de asentamientos- ilegales y no autorizados.
"Dejadme ser claro: no hay soluci¨®n militar para nuestro conflicto. Repetimos: denunciamos el terrorismo y la violencia en todas sus formas contra los israel¨ªes y renunciamos a ella. Estos m¨¦todos est¨¢n en contradicci¨®n con nuestras tradiciones religiosas y morales y son un obst¨¢culo peligroso para la creaci¨®n de un Estado independiente y soberano. Pero adem¨¢s est¨¢n en contradicci¨®n con el tipo de Estado que queremos construir, cimentado sobre los derechos del hombre y el respecto de la ley", afirm¨® ayer sin rodeos el primer ministro palestino, Abu Mazen, en el jard¨ªn del palacio Real de ?qaba.
Estas palabras, pronunciadas delante del presidente de Estados Unidos, George W. Bush; el jefe del Gobierno de Israel, Ariel Sharon, y el rey Abdal¨¢ II de Jordania, suponen el compromiso m¨¢s firme de la Autoridad Nacional Palestina para poner fin a una Intifada que dura m¨¢s de 32 meses y en la que han perdido la vida 3.500 personas, entre palestinos e israel¨ªes.
La declaraci¨®n de Abu Mazen representa adem¨¢s un compromiso claro de la nueva c¨²pula palestina (Yasir Arafat no estuvo presente) para caminar por la senda de la paz de acuerdo con las instrucciones de la llamada Hoja de Ruta, y alcanzar as¨ª, en un plazo m¨¢ximo de tres a?os, en el a?o 2005, un Estado independiente.
"Vamos a utilizar todos nuestros esfuerzos y todos nuestros recursos para poner fin a la militarizaci¨®n de la Intifada. Y tendremos ¨¦xito. La Intifada armada debe acabar. Debemos utilizar medios pac¨ªficos para acabar con la ocupaci¨®n, el sufrimiento de los palestinos y de los israel¨ªes y para establecer nuestro propio Estado. Insistimos sobre nuestra determinaci¨®n para alcanzar los objetivos y compromisos adoptados ante nuestro pueblo y la comunidad internacional: un Estado de derecho, una sola autoridad pol¨ªtica y las armas en las manos de aquellas personas encargadas de hacer respetar la ley y de mantener el orden", dijo Abu Mazen.
Desarme de los radicales
El compromiso p¨²blico de Abu Mazen es el m¨¢s claro en lo que se refiere a la decisi¨®n de su Gobierno de acabar con la actuaci¨®n de las milicias radicales palestinas, que son la punta de lanza de la Intifada, advirti¨¦ndoles de que su desarme es inminente.
Por su parte, el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, situado en el p¨®dium a la izquierda del presidente Bush, y con el mar Rojo a sus espaldas, fue menos rotundo que Abu Mazen. Anunci¨® tambi¨¦n su compromiso de trabajar por la paz, aunque recalc¨® que s¨®lo lo har¨ªa despu¨¦s de combatir y erradicar el terrorismo. Una vez acabada la violencia palestina emprender¨ªa a continuaci¨®n el camino se?alado por la Hoja de Ruta junto a los dem¨¢s pa¨ªses ¨¢rabes vecinos. S¨®lo en la recta final de su alocuci¨®n, el ex general Sharon fue m¨¢s concreto en sus compromisos. Dijo que su Gobierno emprender¨¢ de inmediato la lucha contra los enclaves (asentamientos) ilegales en Cisjordania. "En lo que concierne los puntos de poblaci¨®n no autorizados, reitero que Israel es una sociedad que se rige por el Derecho, y en consecuencia, empezaremos inmediatamente a desmantelar los puntos de poblaci¨®n no autorizados", afirm¨® sin a?adir m¨¢s precisiones. Sharon es consciente de que esto supone un primer paso hacia el cumplimiento de los preceptos de la Hoja de Ruta y una declaraci¨®n de guerra a la comunidad colona israel¨ª, la m¨¢s radical y agresiva del pa¨ªs, compuesta por cerca de 250.000 personas permanentemente armadas y con una importante representaci¨®n en el Parlamento y en el Gobierno.
La promesa de Sharon, la primera en la lista de los "dolorosos compromisos" que ha venido anunciando en los ¨²ltimos meses para conseguir la paz, suponen sobre el papel la destrucci¨®n de 116 asentamientos levantados ilegalmente, es decir, sin permiso oficial de las autoridades israel¨ªes. Aunque la mayor¨ªa de estas colonias, exactamente 86, est¨¢n deshabitadas, son el embri¨®n de nuevos asentamientos que podr¨ªan sumarse a los 160 legalmente construidos en los 35 ¨²ltimos a?os en los territorios de Cisjordania y la franja de Gaza.
El presidente Bush, traje oscuro y aspecto cansado, acogi¨® los compromisos de unos y otros con entusiasmo. En su discurso, con el que concluy¨® el acto, el presidente estadounidense no ocult¨® su optimismo al propugnar que Tierra Santa fuera compartida por los dos pueblos, por los dos Estados. "Todos hoy est¨¢n de acuerdo con un fin, que Tierra Santa debe ser compartida entre un Estado de Palestina y un Estado de Israel, en paz el uno con el otro y con todos los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo", dijo un Bush emocionado, consciente de que su frase iba a ser escuchada por millones de personas, a las que trata de convencer de que la guerra en Irak no representa una guerra al mundo isl¨¢mico, sino un paso m¨¢s en la soluci¨®n del problema regional.
Tras los discursos, los cuatro dirigentes bajaron del podio y caminaron de manera teatral hacia el palacio Real de ?qaba. La primera piedra de la nueva ruta para la paz estaba colocada en el camino.
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