Las tres econom¨ªas de las Azores
Desde antiguo sabemos que los paralelismos entre personas o pa¨ªses tienen sus limitaciones y que, por reacci¨®n, acaban sirviendo m¨¢s para destacar las diferencias que las similitudes entre lo que se compara. Pero, establecida esta cautela, la observaci¨®n de los paralelismos entre las tres econom¨ªas de los pa¨ªses que se reunieron en las Azores -Estados Unidos, Reino Unido y Espa?a- puede ayudarnos a entender mejor hacia d¨®nde va nuestra econom¨ªa.
En efecto, en los ¨²ltimos nueve a?os las tres econom¨ªas han vivido una expansi¨®n de caracter¨ªsticas similares que se inici¨® con la llegada de Clinton a la presidencia de Estados Unidos y durante los ¨²ltimos a?os del Gobierno socialista en Espa?a y del conservador en Gran Breta?a. En primer lugar, el crecimiento medio de estas econom¨ªas ha sido superior al de otras econom¨ªas desarrolladas. En segundo lugar, sus crecimientos han estado acompa?ados por tres desequilibrios bastante relacionados entre ellos: a) el d¨¦ficit exterior. Los tres pa¨ªses tienen d¨¦ficit corriente, mientras la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE tienen super¨¢vit. b) el fuerte aumento del endeudamiento de las familias, y c) el aumento espectacular en los precios de las viviendas.
Tambi¨¦n hay paralelismos en las causas del crecimiento, algunos positivos y otros preocupantes respecto al futuro. En cuanto a los paralelismos positivos, las tres econom¨ªas recogieron la herencia de grandes reformas estructurales, ya que los tres pa¨ªses, aunque conservan grandes diferencias de flexibilidad entre sus mercados laborales, de bienes y de servicios, ten¨ªan en com¨²n haber avanzado en liberalizaci¨®n y desregulaci¨®n bajo los Gobiernos centristas y socialistas de Espa?a, bajo el Gobierno conservador en Gran Breta?a y bajo todas las administraciones de Estados Unidos desde el presidente Carter. Sin embargo, hay otra caracter¨ªstica com¨²n y menos positiva del crecimiento de las tres econom¨ªas, y es la del exceso de demanda interna que explica la acumulaci¨®n de desequilibrios en los tres pa¨ªses.
Lo interesante es que, desde hace m¨¢s o menos un a?o, las econom¨ªas norteamericana y brit¨¢nica han empezado a ajustarse a trav¨¦s de la ca¨ªda del d¨®lar y de la libra, mientras que la espa?ola se ha separado de la senda com¨²n con esas econom¨ªas y camina en sentido inverso, con una revaluaci¨®n de su moneda, el euro. ?Cu¨¢l ser¨¢ la consecuencia de la ruptura de este paralelismo? Norteamericanos y brit¨¢nicos van a empezar a sufrir el aumento de los precios de importaci¨®n, teniendo que pagar m¨¢s caro lo que compren, y ver¨¢n encarecerse sus viajes al exterior. El aumento en el malestar de sus consumidores ser¨¢ notable, pero en cambio mejorar¨¢ la competitividad de sus empresas y en alg¨²n momento podr¨¢n corregir los problemas de desempleo. En Espa?a suceder¨¢ al rev¨¦s, la sensaci¨®n de alegr¨ªa entre los consumidores aumentar¨¢, los espa?oles viajar¨¢n m¨¢s que nunca y se encontrar¨¢n con que su inflaci¨®n se reduce sin tener que apretarse el cintur¨®n. Durante un tiempo -?uno o dos a?os?- la alegr¨ªa continuar¨¢, pero el problema es que Espa?a acumular¨¢ m¨¢s desequilibrios para el futuro, con lo que su aterrizaje ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil que el que han iniciado ya las otras dos econom¨ªas de las Azores.
Probablemente, si Espa?a estuviera fuera del euro, nuestra peseta estar¨ªa depreci¨¢ndose ahora como el d¨®lar y la libra. Pero, dentro del euro, todo cambia y, de momento, las sensaciones placenteras del exceso de demanda pueden extenderse en el tiempo, porque el euro nos permite vivir m¨¢s tiempo con desequilibrios sin tener que parar la fiesta. En realidad, nadie sabe todav¨ªa c¨®mo ser¨¢ el aterrizaje dentro del euro, porque todav¨ªa no hemos empezado a ajustar nuestros desequilibrios. Lo m¨¢s probable es que los ajustes dentro del euro, en vez de ser cortos y dram¨¢ticos como lo fueron en el pasado, ser¨¢n menos intensos pero m¨¢s duraderos. Habr¨¢ menos dramas, pero tardaremos m¨¢s tiempo en recuperarnos. Lo que est¨¢ claro es que, despu¨¦s de la reciente bajada de tipos de inter¨¦s y la revaluaci¨®n del euro, el ajuste de los desequilibrios de la econom¨ªa espa?ola no comenzar¨¢ antes de las elecciones de 2004, que se celebrar¨¢n bajo una sensaci¨®n de bienestar econ¨®mico y euforia entre los importadores a¨²n mayor que la actual.
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