La Iglesia impide que Lidia comulgue con pan de ma¨ªz
Un p¨¢rroco obliga a una ni?a celiaca a recibir la primera comuni¨®n s¨®lo con vino, ya que la menor no puede comer trigo
Lidia, una ni?a de nueve a?os, se dispon¨ªa el pasado domingo 1 de junio a disfrutar del d¨ªa de su primera comuni¨®n. Estaba entusiasmada, rodeada de amigos y familiares, vestida de blanco y sabi¨¦ndose la protagonista de la jornada. En la parroquia Nuestra Se?ora del Tr¨¢nsito, situada en la carretera de Canillas, todo estaba preparado para que ella y otros ni?os cumplieran con un ritual clave en la vida de un cat¨®lico. Para que nada fallara, su padre, Arturo Garc¨ªa, incluso hab¨ªa logrado hacerse con una hostia fabricada con ma¨ªz.
Lidia es celiaca, una enfermedad que impide a quienes la padecen ingerir gluten. Esta prote¨ªna, presente en el trigo, el centeno, la avena y la cebada (pero no en el arroz o el ma¨ªz), da?a las vellosidades del intestino delgado y puede producirles trastornos graves e irreversibles. Los planes de Arturo Garc¨ªa eran que el p¨¢rroco diera la comuni¨®n a la ni?a con la hostia de ma¨ªz, en lugar de la de trigo. Pero, para sorpresa y enfado del padre y disgusto de la ni?a, el cura se neg¨®.
El arzobispado dice que usar otro cereal en misa es un "acto de idolatr¨ªa, dar culto de Dios a algo que no lo es"
"Me dijo que la Conferencia Episcopal lo impide. Que la Eucarist¨ªa se da s¨®lo con pan de trigo y vino de uva y que ser¨ªa contrario a la Iglesia dar la comuni¨®n con la hostia de ma¨ªz", se queja el progenitor.
El p¨¢rroco, con el que este peri¨®dico no logr¨® ayer hablar, respet¨® escrupulosamente las ¨®rdenes del Arzobispado de Madrid, seg¨²n una nota distribuida a todas las iglesias de la regi¨®n el pasado febrero. El comunicado de la Comisi¨®n Episcopal de Liturgia informa a todos los p¨¢rrocos sobre esta enfermedad y les pide una "comprensi¨®n amorosa" para los 4.000 madrile?os que la padecen, 2.000 de ellos ni?os. Pero la nota es taxativa y se?ala que, en estos casos, "se facilite al celiaco la comuni¨®n s¨®lo bajo la especie del vino". Es decir, que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica impide cualquier otra alternativa al trigo (como hostias de ma¨ªz o arroz) y para el vino (mosto, por ejemplo).
"O sea, que mi hija de nueve a?os tiene que beber vino todas las semanas si quiere ser una buena cat¨®lica", se queja Garc¨ªa. ?l no consigui¨® convencer al p¨¢rroco de que consagrara las hostias de ma¨ªz que le hab¨ªa proporcionado la Asociaci¨®n de Celiacos de Madrid. "Me dijeron que la Iglesia no estaba para atender estos problemas personales", a?ade con amargura.
Como el padre no logr¨® convencer al p¨¢rroco, Lidia ide¨® una soluci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica para celebrar la primera comuni¨®n como los dem¨¢s ni?os. "Me dijo que me acercara a ellos cuando el cura les fuera a dar la comuni¨®n y que yo le diera la hostia de ma¨ªz. La pobre llevaba un disgusto...", recuerda el padre. Pero al final el padre renunci¨® a la propuesta.
Manuela M¨¢rquez, presidenta de la Asociaci¨®n de Celiacos de Madrid, mostr¨® ayer su "respeto" por la actitud de la Iglesia. "Es una cuesti¨®n teol¨®gica y de fe. Llevamos m¨¢s de un a?o negociando con el Arzobispado la situaci¨®n de los celiacos y la nota de febrero ha sido un importante avance hacia nuestro reconocimiento", explic¨® M¨¢rquez.
El padre de Lidia, sin embargo, no lo ve as¨ª. "Ha sido precisamente la nota de febrero la que llev¨® al p¨¢rroco a negarse a darle a mi hija la hostia de ma¨ªz. ?l admiti¨® que hasta febrero los curas no sab¨ªan muy bien qu¨¦ hacer, porque esta enfermedad era desconocida, y que muchas veces daban la comuni¨®n con hostias de ma¨ªz. Pero, desde que recibieron esta nota, los curas ya tienen muy claro lo que deben hacer. La nota pide mucha comprensi¨®n, pero no piensa en las incomodidades y disgustos que esto causa a los ni?os celiacos", protesta Alfonso Garc¨ªa.
Seg¨²n fuentes del Arzobispado de Madrid, la hostia de trigo simboliza en la Eucarist¨ªa al cuerpo de Cristo, y calificaron de "fraude" la comuni¨®n con ma¨ªz. "Ser¨ªa un acto de idolatr¨ªa dar el culto de Dios a algo que en realidad no lo es", a?adieron estas fuentes.
Del cuerpo y la sangre de Cristo -el pan y el vino- Lidia s¨®lo pudo tomar el vino el d¨ªa de su primera comuni¨®n. Y las diferencias con el p¨¢rroco no le han dejado buen sabor de boca, lo que podr¨ªa alejar a esta joven creyente de la casa de Dios.
"Aqu¨ª en Madrid o en el pueblo, a ella le gustaba siempre ir a misa. Pero desde la primera comuni¨®n no ha querido volver", explica su padre. "No s¨¦ qu¨¦ har¨¢ en el futuro. Que decida ella, porque yo no la voy a obligar a nada. Pero me parece que tanto formalismo no casa con los otros mensajes que tanto repite la Iglesia", concluye.
El pan de la ?ltima Cena
El canon 924 del C¨®digo de Derecho Can¨®nico no deja lugar a dudas sobre c¨®mo debe ofrecerse la comuni¨®n. "Con pan y vino, al cual se ha de mezclar un poco de agua. El pan ha de ser exclusivamente de trigo y hecho recientemente, de manera que no haya ning¨²n peligro de corrupci¨®n. El vino debe ser natural, del fruto de la vid, y no corrompido".
La Conferencia Episcopal se basa en este canon al dar instrucciones a los p¨¢rrocos espa?oles de c¨®mo tratar a los celiacos. Su incumplimiento constituir¨ªa un "fraude" e "idolatr¨ªa", seg¨²n el arzobispado de Madrid.
El te¨®logo Juan Jos¨¦ Tamayo y el profesor em¨¦rito de Teolog¨ªa Pastoral Casiano Florist¨¢n, sin embargo, a?aden matices a esta "rigidez". Los dos insisten en que en los pa¨ªses centroamericanos, donde el trigo es escaso y el ma¨ªz constituye la base de la alimentaci¨®n de la poblaci¨®n, han visto dar la comuni¨®n con hostias de ma¨ªz. Y lo mismo ocurre en Asia, donde el cereal disponible es el arroz.
"?Qu¨¦ otra cosa van a dar?", se interroga Tamayo. "El pan de trigo es un s¨ªmbolo que tiene un significado en su contexto. Pero este significado no puede imponerse siempre, ante un ni?o al que le perjudica el trigo, ante una comunidad que no dispone de este cereal", explica.
"Tampoco podemos estar seguros de que Jes¨²s diera pan de trigo en la ?ltima Cena", explica Florist¨¢n. "Es probable que utilizara pan de centeno, que era el pan de los pobres en Oriente Pr¨®ximo hace 2.000 a?os", a?ade.
Tamayo lamenta "el fundamentalismo lit¨²rgico" que adivina en una posici¨®n de la Iglesia que "impone lo formal por encima de la realidad y del significado profundo de la fe".
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