?Por qu¨¦ tuvo que intervenir Zapatero?
El presidente del Parlamento vasco, Juan Mar¨ªa Atutxa, ha comunicado al Tribunal Supremo la "imposibilidad" de cumplir la orden de disoluci¨®n del grupo Sozialista Abertzaleak (SA). Sin embargo, Atutxa no ten¨ªa que disolver ning¨²n grupo. Eso ya lo hab¨ªa hecho el propio Tribunal. Lo que se le ped¨ªa era que comunicase a los diputados de SA que por orden del Supremo quedaba disuelto su grupo, aunque cada uno de ellos conservar¨ªa el acta de diputado. Y s¨®lo tras esa comunicaci¨®n, con la que pod¨ªa darse por cumplido el tr¨¢mite de ejecutar la sentencia, habr¨ªa llegado el momento de plantear, de acuerdo con el reglamento interno (incluidas las previsiones sobre eventuales lagunas en su articulado), la cuesti¨®n de la adscripci¨®n de esos diputados al Grupo Mixto. Ya sin plazos perentorios.
Pero Atutxa no s¨®lo ha desobedecido la orden del Supremo sino que lo ha hecho de manera que el grupo disuelto participe en cuanto tal, a trav¨¦s de la Junta de Portavoces, en la votaci¨®n sobre si la C¨¢mara acata o no la resoluci¨®n judicial. Es absurdo desde cualquier planteamiento jur¨ªdico, y tambi¨¦n desde la l¨®gica democr¨¢tica, pero coherente con la estrategia actual del nacionalismo. Es ya evidente que Ibarretxe y los suyos no van a esperar a contar con mayor¨ªa para plantear su proyecto soberanista; lo est¨¢n aplicando ya, en todo lo que pueden o les dejan. La negativa a acatar una sentencia con la que est¨¢n en desacuerdo por razones pol¨ªticas corresponde a la misma l¨®gica rupturista en nombre de la cual su Gobierno ha decidido unilateralmente, seg¨²n se ha conocido estos d¨ªas, dejar de pagar una parte del Cupo; y en nombre de la cual se proponen dar valor a los votos nulos a fin de acomodar a la disuelta Batasuna en determinados ayuntamientos que se constituyen el pr¨®ximo s¨¢bado.
Que eso se haga desde una instituci¨®n que se supone aspira a que los ciudadanos cumplan las leyes -y paguen los impuestos- resulta ins¨®lito y aparentemente suicida. Pero de momento no les va mal; como al que se tira desde el sexto piso y al pasar por el cuarto dice: "Por ahora voy bien". Por ahora, la estrategia de desaf¨ªo soberanista est¨¢ permitiendo al nacionalismo instalado ganar siempre: o ceden los dem¨¢s, por responsabilidad, para evitar un conflicto, y entonces el resultado se considerar¨¢ terreno conquistado; o no ceden, y eso permite avanzar un pelda?o m¨¢s en la estrategia de ruptura con el Estado.
Es la gravedad de ese desaf¨ªo lo que explica el gesto de autoridad de Zapatero respecto a la Diputaci¨®n de ?lava. El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno dijo que su partido ser¨ªa "un muro" frente al plan soberanista de Ibarretxe. Los resultados del 25-M situaron la parte m¨¢s visible de ese muro en la provincia de ?lava, donde las fuerzas constitucionalistas conforman, si act¨²an juntas, una clara mayor¨ªa. Ponerla en riesgo por el empe?o de Javier Rojo en ser diputado general era ofrecer un flanco demasiado f¨¢cil a los ataques del PP contra la falta de claridad y autoridad pol¨ªtica de Zapatero.
La propuesta de Rojo (Ayuntamiento para el PP y Diputaci¨®n para el PSOE) habr¨ªa tenido sentido en el marco de un acuerdo general entre socialistas y populares vascos que ofreciera a los votantes alaveses del PP el incentivo de ver reforzada la alternativa constitucionalista al nacionalismo: un objetivo que sin duda hacen suyo, al igual que buena parte de los votantes socialistas. Pero la actual direcci¨®n del PSE no est¨¢ segura de seguir deseando ese reforzamiento. Tampoco de no desearlo. Por eso no estableci¨® una pol¨ªtica de alianzas com¨²n para todo el territorio vasco, sino un criterio de manos libres que acreditase la bandera tras la que hab¨ªan desplazado al anterior secretario general bajo la acusaci¨®n de seguidismo respecto al PP: ni con unos, ni con otros. Pero no tener una pol¨ªtica clara de alianzas equivale a no tener pol¨ªtica.
Por eso, con la que est¨¢ cayendo en Euskadi, y aunque no supiera la que le esperaba un d¨ªa despu¨¦s en la Asamblea de Madrid, Zapatero ten¨ªa buenas razones el lunes para intervenir directamente en el l¨ªo en que se hab¨ªan metido los socialistas vascos a cuenta de la Diputaci¨®n de ?lava.
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