Tres directivos de Uni¨®n Naval, acusados de las 18 muertes del 'Proof Spirit'
El juez se?ala que se carg¨® gas¨®leo en el buque en construcci¨®n sin avisar a los obreros
Los responsables de la muerte de 18 trabajadores en el buque en construcci¨®n Proof Spirit, el 3 de julio de 1997 en los astilleros del puerto de Valencia, cuando se produjo una explosi¨®n mientras era cargado de combustible, se sentar¨¢n en breve en el banquillo de los acusados. El juez dict¨® ayer el auto de conclusi¨®n de las diligencias, paso previo para abrir juicio oral. Tres directivos de Uni¨®n Naval de Levante son inculpados de homicidio por imprudencia y lesiones.
Ram¨®n Garz¨® Tarazona, responsable de seguridad de Uni¨®n Naval de Levante; Jes¨²s Mar¨ªa Ortuoste Soraluce, director de contratas de la citada compa?¨ªa; y Jos¨¦ Molla Escrich, ayudante del anterior, se sentar¨¢n en breve ante el tribunal.
El Proof Spirit se convirti¨® en una trampa mortal al mediod¨ªa del 3 de julio de 1997. Seg¨²n consta en el auto del juez, a las 12.00 se estaba realizando una operaci¨®n de carga de gas¨®leo en el buque desde un cami¨®n de la empresa Hijos de Ram¨®n Bono Guarner, SA. Mientras el combustible recorr¨ªa los conductos del interior del barco se registraron unas fugas. Se produjo una deflagraci¨®n en la sala de m¨¢quinas, donde estaban trabajando varios operarios en el acabado de ese recinto. Las herramientas que utilizaban (radiales y aparatos de soldadura b¨¢sicamente) produjeron la concentraci¨®n de puntos de calor. Murieron 18 trabajadores atrapados por las llamas. Otros diez resultaron con heridas.
Consta en el auto que el circuito por el que transit¨® el combustible hab¨ªa sido probado d¨ªas antes, ante la presencia del representante del armador y de la sociedad de clasificaci¨®n. La prueba en cuesti¨®n se hizo con agua y el resultado fue ¨®ptimo. Pero entre ese examen y la carga del combustible que origin¨® el siniestro, se coloc¨® un injerto con la finalidad de permitir el tr¨¢nsito del gas¨®leo a los motores auxiliares y a la depuradora. Antes de que el cami¨®n descargara el combustible, el injerto se retir¨®, ya que se consider¨® que no era necesario. En el punto donde se hab¨ªa hecho el empalme se coloc¨® una brida ciega. Fue una decisi¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Ortuoste. Pero nadie comprob¨® que las conducciones permanecieran impermeables. Y fue precisamente ah¨ª, en las juntas de las bridas -una en la escalera de acceso a la sala de m¨¢quinas y otra inmediatamente antes de uno de los tanques principales de buque-, donde se produjeron las fugas que se incendiaron y carbonizaron el interior del buque.
La carga de combustible, recoge el auto, se realizo "sin avisar a los operarios que se encontraban trabajando en el interior del buque, y sin que se interrumpieran las labores que se estaban desarrollando en su interior". El relato del juez describe la ratonera de fuego en que se convirti¨® el coraz¨®n del barco: "La sala de m¨¢quinas donde se produce la deflagraci¨®n ¨²nicamente ten¨ªa como rutas de escape las dos escaleras normales del buque, ya que dado su avanzado estado de construcci¨®n se hab¨ªan cerrado las aperturas que hab¨ªa en el costado del mismo, produci¨¦ndose un cuello de botella en las v¨ªas de salida, donde se concentr¨® el calor y el humo que provocaron el fallecimiento".
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