Giscard cierra el proyecto de Constituci¨®n que consagra el poder de Alemania
Espa?a mantiene sus reservas a la f¨®rmula de votaci¨®n y espera recuperar lo pactado en Niza
El presidente de la Convenci¨®n, el ex presidente franc¨¦s Val¨¦ry Giscard d'Estaing, dio ayer de hecho por concluido el trabajo de esa asamblea, que inici¨® sus trabajos en marzo del a?o pasado para elaborar un proyecto de Constituci¨®n para Europa. Giscard entreg¨® ayer a los 105 integrantes del foro el texto final del proyecto que, seg¨²n ¨¦l, es ya "la base de un consenso". La Carta Magna Europea consagra el poder de Alemania sobre todo el resto de socios, consagra la alianza franco-alemana y aumenta el peso de los pa¨ªses grandes frente a los peque?os y de los Gobiernos sobre la Comisi¨®n Europea.
"Estamos en una situaci¨®n que nos permite confiar en cumplir nuestro mandato de forma completa y satisfactoria", dijo por la tarde Giscard al abrir la pen¨²ltima sesi¨®n plenaria de la Convenci¨®n. Los Gobiernos de los cuatro grandes pa¨ªses (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) ya han hecho saber su respaldo global al proyecto, aunque con matices. Alemania (82 millones de habitantes, el m¨¢s poblado) es el m¨¢s beneficiado en el proceso una vez que el texto indica que el peso de cada pa¨ªs en el Parlamento Europeo y en el Consejo estar¨¢ en relaci¨®n directa con la poblaci¨®n. Consigue as¨ª Berl¨ªn, por vez primera, distanciarse enormemente del resto a la hora de votar decisiones y acuerdos, aunque el sistema no entrar¨¢ en vigor hasta 2009 o 2012.
El t¨¢ndem franco-alem¨¢n, de otro lado, ha logrado buena parte de sus aspiraciones en temas tan sensibles como la pol¨ªtica exterior y defensa, al dejar abierta la posibilidad de crear un n¨²cleo duro a trav¨¦s de las llamadas "cooperaciones estructuradas" con pa¨ªses que deseen ir m¨¢s lejos. Y el Reino Unido ha conseguido tambi¨¦n su objetivo de frenar en esos terrenos a los m¨¢s europe¨ªstas y en eliminar del texto toda referencia "federal". Tanto en pol¨ªtica exterior como en fiscalidad, se mantiene el derecho al veto, como exig¨ªa Londres.
Los pa¨ªses peque?os y los candidatos tambi¨¦n aceptan, con menos alegr¨ªa, el proyecto, una vez que se les ha garantizado un turno equitativo e igualitario para contar con comisarios en la Comisi¨®n Europea, la ¨²nica instituci¨®n en la que pueden plantar cara a los Gobiernos m¨¢s potentes que dominar¨¢n las dem¨¢s instituciones.
Espa?a, como comentaron ayer la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y los representantes del PP en la Convenci¨®n, valora el proyecto, pero mantiene su rechazo a la f¨®rmula de voto en el Consejo (mayor¨ªa de Estados que representen al 60% de la poblaci¨®n). El Ejecutivo espa?ol, en minor¨ªa total pese a la permanente alianza que ha mantenido con el Reino Unido, ha optado por debatir de nuevo el contencioso en la conferencia intergubernamental (CIG) en la que a partir de octubre los Gobiernos tendr¨¢n que aprobar un texto por unanimidad.
Un ariete contra Espa?a
Espa?a prefiere mantener el sistema de voto de Niza, por el que los espa?oles pueden bloquear con facilidad acuerdos de los grandes, y concretamente al imparable eje franco-alem¨¢n. Giscard ha sido el m¨¢ximo ariete contra Espa?a en este terreno, hasta el punto de que lleg¨® a espetar al diputado del PP Gabriel Cisneros: "No se puede constitucionalizar un trapicheo", en referencia a Niza, tan criticado por todos cuando se aprob¨® en diciembre de 2000.
La Comisi¨®n, que pierde peso ante los Gobiernos y rechaza que haya un presidente estable del Consejo Europeo, fue ayer la m¨¢s cr¨ªtica. Para el portavoz de su presidente, Romano Prodi, pasar de una Comisi¨®n de un comisario por pa¨ªs a otra de 15 con otros comisarios delegados ser¨¢ tener "un colegio de castrados". El Ejecutivo comunitario, como el Parlamento, exigen que desaparezca el derecho al veto en todas las materias salvo en defensa.
Entre las novedades m¨¢s importantes que incluye el proyecto destacan, adem¨¢s de la figura de ese presidente estable (exigida por los grandes, incluido Espa?a), la existencia futura de un ministro europeo de Exteriores; la Cl¨¢usula de Solidaridad por la que el terrorismo pasa por vez primera a ser un asunto de la pol¨ªtica exterior com¨²n, el respeto a las fronteras interiores (a petici¨®n de Espa?a), el abandono del derecho al veto en otras 36 materias (en las que colegislar¨¢ el Parlamento, que es otro de los ganadores), la incorporaci¨®n al proyecto de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE o el derecho de los Parlamentos nacionales a parar iniciativas legales. Las regiones, mencionadas tambi¨¦n por vez primera en un texto de este nivel, quedan relegadas a un muy segundo plano, aunque se reconoce al Comit¨¦ de Regiones su derecho a presentar recursos ante el Tribunal de la UE.
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