El Titanic 'se hunde' en Cuatro Caminos

El Titanic zozobra en Madrid. Su hermosa sala de baile acaba de ser demolida. Una gran oquedad as¨ª lo indica, tras un incesante martilleo de piqueta que ha durado cinco meses. Pero no se trata del buque de lujo que, con sus 268 metros de eslora, se hundiera sepultando 1.507 de sus pasajeros en aguas del Atl¨¢ntico el 13 de abril de 1912, tras chocar contra una monta?a de hielo. No. La versi¨®n madrile?a del Titanic es una gran mole de diez casas conocida bajo el mismo nombre e inspirada en el poderoso perfil de aquel nav¨ªo. A 35 metros de altura, los ¨¢ticos de sus diez casas de once plantas imitan a las chimeneas del trasatl¨¢ntico y la manzana toda comparte con aquel enorme paquebote su majestuoso porte, desplegado a lo largo de una l¨ªnea de cornisa de m¨¢s de 200 metros, sobre la avenida de la Reina Victoria, desde el portal 2 al 20, junto a la glorieta de Cuatro Caminos y apenas a un suspiro del paso elevado que la cruza.

La derruida sala de baile de este otro Titanic madrile?o se encontraba en el centro de la manzana. Ten¨ªa 32 metros en su fachada y contuvo el teatro Roncero y, durante setenta a?os, el Cine Metropolitano, transformado hace una d¨¦cada en sala de bodas y banquetes, Lord Winston. Este ¨¢mbito de espect¨¢culo, que lleg¨® a tener 1.500 localidades y varios escenarios entre s¨®tano y terraza, es el que acaba de desaparecer frente al iceberg de la piqueta, siempre voraz en Madrid. Un hotel ser¨¢ edificado sobre su lar.

Desde hace a?os, su anunciado derribo fue impugnado por el Colegio Oficial de Arquitectos, que consideraba cualquier modificaci¨®n de la estructura o la morfolog¨ªa del Titanic una agresi¨®n contra la historia de la arquitectura madrile?a: esta manzana fue durante el segundo tercio del siglo XX emblema del Madrid avanzado.

El edificio Titanic fue construido entre 1919 y 1923. Surgi¨® del equipo formado por los arquitectos Casto Fern¨¢ndez Shaw y Juli¨¢n Otamendi, el donostiarra que ideara tambi¨¦n la Torre de Madrid, con sus 142 metros de altura y sus 34 plantas, desde 1960 uno de los rascacielos decanos de Espa?a. Con su hermano Joaqu¨ªn, coautor con el gallego Antonio Palacios del edificio de Correos, en Cibeles, Juli¨¢n Otamendi pertenec¨ªa a la familia vasca que rigi¨® el trazado y la construcci¨®n del metro madrile?o. Pero aquel proyecto no s¨®lo inclu¨ªa el tendido del subterr¨¢neo, sino tambi¨¦n la completud arquitect¨®nica de todo su entorno, que llevaba aparejada la edificaci¨®n de casas, chal¨¦s, instalaciones sociales y tambi¨¦n deportivas, como el propio Estadio Metropolitano, antigua sede del Atl¨¦tico de Madrid Club de F¨²tbol, y numerosas casitas al modo de caser¨ªos vascos, donde hoy se asienta buena parte de las cl¨ªnicas y maternidades de Madrid. Juli¨¢n Otamendi cre¨® la Compa?¨ªa Metropolitana, trocada al poco en inmobiliaria, que construyera el edificio de Los S¨®tanos, en plena Gran V¨ªa, as¨ª como el Teatro Lope de Vega. Casto Fern¨¢ndez Shaw, alumno de Antonio Palacios, hab¨ªa ideado el Cine Coliseum, uno de los m¨¢s suntuosos de la ciudad.

Con el Titanic, los dos arquitectos encararon un nuevo tipo de h¨¢bitat urbano, compa?ero de la expansi¨®n del metro, caracterizado por un canon dividido en peana, cuerpo y remate que imitaba a los primeros rascacielos estadounidenses, de estilo ecl¨¦ctico y enhiesto porte. En ¨¦l vivir¨ªan profesionales acomodados y de sensibilidad cosmopolita. Entre otras particularidades, el Titanic pose¨ªa calles interiores, en sustituci¨®n de los patios de vecindad. Junto a una de ellas se construy¨® en 1929 el cine ahora derribado.

En su construcci¨®n influy¨® sobremanera el mito del gran buque hundido, naufragio que llev¨® a una generaci¨®n de arquitectos espa?oles a evocar su grandiosa presencia. El madrile?o Titanic goz¨® de protecci¨®n urban¨ªstica de Nivel 1, la m¨¢s alta, hasta que tal calificaci¨®n monumental desapareci¨® en el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de 1997. Ahora cuentan ¨²nicamente con protecci¨®n estructural las casas 2 y 4 de la avenida Reina Victoria y la 14, con protecci¨®n parcial.

Con la demolici¨®n del Cine Metropolitano, Madrid pierde un buque imaginado, desde el que miles de personas so?aron que cruzaban oce¨¢nos, aunque sin el riesgo de abismarse en las heladas aguas del Atl¨¢ntico.