Batasuna carga de tensi¨®n los ayuntamientos

Numerosos incidentes de diversa ¨ªndole se produjeron ayer durante la constituci¨®n de los ayuntamientos vascos, donde la izquierda radical ilegalizada no tendr¨¢ ning¨²n representante por primera vez en la democracia tras mantener una apreciable representaci¨®n durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Ante la inminencia de este desalojo legal, los simpatizantes de las distintas plataformas abertzales mantuvieron encierros, provocaron agresiones y lanzaron insultos y amenazas que llegaron a provocar la suspensi¨®n temporal de algunos plenos y hasta la constituci¨®n de varios de ellos en el palacio de la Diputaci¨®n foral de Guip¨²zcoa, en San Sebasti¨¢n.

Estas protestas y provocaciones no impidieron aplicar la legalidad por la cual, a partir de ayer, Batasuna pierde las 43 alcald¨ªas que gobernaba, una importante cuota de poder pol¨ªtico que ahora gestionar¨¢n los partidos democr¨¢ticos. De los 88 ayuntamientos de Guip¨²zcoa, s¨®lo cinco localidades muy peque?as -de menos de un centenar de habitantes- quedaron sin constituirse por incomparecencia de los electos (de PNV-EA) y ser¨¢n sustituidos por gestoras municipales que impulsar¨¢ la Diputaci¨®n.

Los primeros encierros se produjeron el viernes por la tarde en los ayuntamientos gobernados por Batasuna. En San Sebasti¨¢n, un grupo de ex concejales pasaron la noche en el despacho del grupo radical, hasta que por la ma?ana se sumaron a la concentraci¨®n de protesta mientras se celebraba el pleno. La Ertzaintza detuvo por desacato a cuatro personas, entre ellas al parlamentario Joseba ?lvarez y dos ex concejales.

Los incidentes se reprodujeron en municipios dominados por Batasuna. En Oiartzun, tras haber elegido alcalde en una tumultuosa sesi¨®n a Mart¨ªn Beramendi, de EA, con apoyo del PNV e IU-Aralar, un simpatizante radical agredi¨® a otro de Aralar en el interior de la casa consistorial, lo que origin¨® un enfrentamiento que se pudo parar antes de que adquiriera otras proporciones.

Fue muy peculiar la proclamaci¨®n del portavoz del PNV, Joseba Egibar, como alcalde de Lizartza. El dirigente nacionalista acudi¨® sin ninguna protecci¨®n policial a una sesi¨®n que dur¨® escasos minutos y a la que s¨®lo pudo acceder, al impedirse la entrada a los dem¨¢s periodistas, el diario af¨ªn a Batasuna Gara. A la salida, una treintena de personas, entre ellas el dirigente radical Joseba Permach, acompa?aron por las calles hasta su coche a un impasible Egibar, a quien lanzaron insultos y gritos como "ladr¨®n", "espa?ol", "vete a Salamanca".

No fue tan violento, pero s¨ª muy tenso, el pleno en Andoain, localidad marcada por los asesinatos por ETA de Joseba Pagazaurtundua y Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle y cuya alcald¨ªa recuper¨® el PSE-EE con el apoyo del PP. El primer edil, Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Gabarain, no ocultaba la satisfacci¨®n por el retorno al sill¨®n y orgulloso levant¨® el bast¨®n de mando pese a los insultos de "ladr¨®n", "fascista" o "pucherazo" que le dirigieron los radicales.

Por razones de seguridad, y ante el riesgo de verse implicados en graves altercados de orden p¨²blico, los concejales electos de Hernani, Ibarra, Pasaia y Usurbil decidieron celebrar la sesi¨®n constitutiva de estas corporaciones en la sede de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, en San Sebasti¨¢n. Esta medida excepcional permiti¨® que los concejales de estas localidades tomaran posesi¨®n de sus cargos y eligieran alcalde con absoluta normalidad, pero fuera de sus ayuntamientos. La situaci¨®n m¨¢s problem¨¢tica se produjo en Pasaia por la incomparecencia en la instituci¨®n foral del secretario municipal, Joseba Belaustegi, pese a que los portavoces de todos los partidos pol¨ªticos trataron de comunicarle mediante un escrito que el pleno iba a celebrarse una hora despu¨¦s en la Diputaci¨®n. El secretario, ante la presencia en el Ayuntamiento de Pasaia del alcalde en funciones, Juan Carlos Alduntzin, de la ilegalizada Batasuna, levant¨® acta de la inasistencia de los nuevos corporativos.

Un secretario forzoso

Ante este hecho, el diputado foral de Presidencia, Joaqu¨ªn Villa, firm¨® una orden para habilitar, forzosamente y en comisi¨®n de servicios, al secretario del Ayuntamiento de Ibarra, quien finalmente, con casi dos horas de retraso y a puerta cerrada, dio fe de la proclamaci¨®n de la socialista Izaskun G¨®mez como alcaldesa de Pasaia gracias a los votos del PP y la abstenci¨®n de IU. Los ediles aseguraron que la celebraci¨®n del pleno en el Ayuntamiento de Pasaia pon¨ªa "en peligro" su integridad f¨ªsica, dado que en la entrada al edificio consistorial se concentraron "un gran n¨²mero" de simpatizantes de la izquierda abertzale con "carteles y pancartas amenazantes", explic¨® una concejal socialista.

Otro tanto ocurri¨® con las corporaciones de Hernani, Usurbil e Ibarra, municipios gobernados tambi¨¦n con mayor¨ªa absoluta por Batasuna durante la pasada legislatura. Jos¨¦ Antonio Rekondo, de EA, recuper¨® la alcald¨ªa de Hernani tras soportar una persecuci¨®n continua por parte de los violentos mientras estuvo en este cargo, entre 1995 y 1999. Tras su investidura declar¨® que el ambiente en su pueblo estaba "repleto de tensi¨®n y cargado de amenazas" contra los electos y, por lo tanto, no exist¨ªan "garant¨ªas m¨ªnimas de seguridad" para celebrar el pleno en el Ayuntamiento.

La jornada de elecci¨®n de alcaldes estuvo salpicada de otros incidentes en Vizcaya y, en menor medida, en ?lava. En Sestao, los extremistas trataron de sacar un esca?o del sal¨®n plenario, lo que oblig¨® a la Guardia Municipal a utilizar gases lacrim¨®genos. Los radicales lanzaron piedras contra ediles del PP y del PSE en Getxo, ocuparon varios esca?os en Ondarroa, e insultaron a todos los grupos pol¨ªticos de Elorrio.

En Miraballes, el pleno se tuvo que trasladar al ¨¢tico ante la presencia de una treintena de simpatizantes de Batasuna, mientras que en Santurtzi, seguidores radicales y de EA-PNV increparon a los ediles constitucionalistas, que se vieron forzados a salir escoltados.

En Llodio (?lava), en medio de un ambiente muy crispado, los corporativos tomaron posesi¨®n en un despacho consistorial ante la imposibilidad de acceder al sal¨®n de plenos. En Amurrio fueron insultados los representantes populares y en Alegr¨ªa, los cargos del PP y el PSE se ausentaron porque un miembro de una plataforma ilegalizada se neg¨® a abandonar un esca?o.