Madrid y el PSOE
No hay salidas buenas a la crisis provocada por la deserci¨®n de dos diputados socialistas electos para la Asamblea de Madrid; todas las avanzadas por unos u otros presentan inconvenientes. Se trata, por tanto, de encontrar aquella que afecte menos a la credibilidad de las instituciones y de los partidos.
Desde luego, la menos mala ser¨ªa en teor¨ªa que los dos Judas devolvieran su esca?o. Su argumentaci¨®n de que se estaba traicionando al electorado socialista al pactar con IU es inveros¨ªmil. Desde hace a?os, todas las cuentas se hac¨ªan sabiendo que el PP necesitar¨ªa para gobernar mayor¨ªa absoluta, porque los partidos de izquierda se unir¨ªan si sumaban m¨¢s esca?os. Por tanto, tiene raz¨®n Simancas al reivindicar como primera salida la reconstrucci¨®n de lo que fue el veredicto de las urnas, que dieron la posibilidad de gobernar, por muy escaso margen, a PSOE e IU.
Es muy forzado, y bastante interesado, el argumento del PP seg¨²n el cual, si se trata de un asunto de corrupci¨®n, tambi¨¦n la renuncia de los desertores a su acta quedar¨ªa marcada por la sospecha de que la han devuelto a cambio de algo. Extender la sospecha a quien intenta recuperar lo que le han robado llevar¨ªa a conclusiones absurdas. Pero no menos artificioso (y pat¨¦tico, por el tono) resulta el emplazamiento socialista a que el PP exija p¨²blicamente la devoluci¨®n, bajo apercibimiento de denunciar su complicidad si no lo hacen. Lamentablemente, la devoluci¨®n de las actas no depende de qui¨¦n se lo pida. Y no es desplazando la responsabilidad hacia el PP como el PSOE de Madrid conseguir¨¢ recobrar la credibilidad. Tampoco excluyendo otra salida diferente a la de la recuperaci¨®n de los esca?os. Porque esa recuperaci¨®n es improbable.
Una segunda posibilidad te¨®rica ser¨ªa que los desertores apoyaran de todas formas la investidura de Simancas, y que el PP no hiciera cuesti¨®n de ello, reconociendo que el 25-M produjo una mayor¨ªa de izquierdas. Sin embargo, la presencia de esos dos diputados en el Grupo Mixto en una situaci¨®n de mayor¨ªa por un solo voto les dar¨ªa un poder a¨²n mayor que el exhibido en la elecci¨®n del martes pasado: el de chantajear en cada votaci¨®n al Gobierno de la Comunidad. Lo mismo ocurrir¨ªa si el Gobierno fuera del PP. Por eso, los candidatos de ambos partidos han descartado someterse a investidura en esas condiciones.
S¨®lo queda, por tanto, la soluci¨®n de ir a unas elecciones anticipadas. Es una salida que plantea problemas muy serios. El mayor, que crea un precedente que podr¨ªa incentivar operaciones mafiosas de este tipo cada vez que los resultados de unas elecciones disgustaran a sectores con capacidad para comprar voluntades. Unas nuevas elecciones provocadas por las maquinaciones de dos diputados socialistas llevar¨ªan probablemente a unos resultados diferentes a los del 25-M. Los causantes de la crisis (y quienes eventualmente les incitaron, si esa hip¨®tesis se confirma) habr¨ªan alcanzado su objetivo de modificar el veredicto de las urnas. Otro peligro ser¨ªa el de la deslegitimaci¨®n relativa de los resultados si en las nuevas elecciones se registrase una participaci¨®n mucho menor; lo cual parece bastante probable de no mediar alguna iniciativa conjunta de los grandes partidos capaz de devolver a los electores la confianza en la pol¨ªtica.
Son objeciones fundadas, pero si los expulsados se niegan a devolver sus actas, habr¨¢ que afrontarlas como mejor se pueda. Es evidente que la responsabilidad pol¨ªtica por lo ocurrido corresponde al partido socialista, que mantuvo en sus listas a personas que seguramente ya eran entonces tan poco dignas de confianza como ahora aseguran sus dirigentes m¨¢s irritados. La recuperaci¨®n del cr¨¦dito del PSOE en Madrid pasa seguramente por alguna dimisi¨®n, aunque no sea precisamente el vicepresidente del Gobierno Mariano Rajoy, en su funci¨®n de portavoz del Consejo de Ministros, la persona m¨¢s indicada para exigirlo. Y por un congreso en cuanto sea posible.
Madrid iba a ser para el PSOE el escaparate de una forma diferente de gobernar. De momento tendr¨¢ que conformarse con que lo sea de una forma diferente de abordar las crisis; interna y de credibilidad pol¨ªtica. Si es cierto que hab¨ªa una trama de intereses inmobiliarios tras los expulsados, los socialistas tendr¨¢n que identificar a quienes formaban parte de ella, y desmontarla. Es vital que, cualquiera que sea el signo del Gobierno, la pol¨ªtica de recalificaciones de terrenos y dem¨¢s cuestiones relacionadas con el urbanismo, la vivienda y las obras p¨²blicas, se aborden con la m¨¢xima transparencia. Al respecto, el PP deber¨ªa preguntarse por qu¨¦ los supuestos especuladores capaces de comprar voluntades socialistas prefer¨ªan que, al menos en esas materias, siguiera gobernando la derecha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- VI Legislatura CAM
- Asamblea Madrid
- Caso Tamayazo
- Opini¨®n
- Eduardo Tamayo
- Cohecho
- Gobierno Comunidad Madrid
- Transfuguismo
- PP Madrid
- Parlamentos auton¨®micos
- PSOE
- PP
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Corrupci¨®n
- Gobierno auton¨®mico
- Parlamento
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Conflictos pol¨ªticos
- Partidos pol¨ªticos
- Madrid
- Comunidades aut¨®nomas
- Comunidad de Madrid
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Delitos
- Espa?a