?Todav¨ªa no tienen un refugio at¨®mico?
Como no echaban nada bueno por la tele he ido a pedir presupuesto para hacerme un refugio at¨®mico. El anuncio ven¨ªa en el peri¨®dico esta semana: "Refugios at¨®micos. Unifamiliares, colectivos, institucionales. Resisten las bombas at¨®micas, bacteriol¨®gicas, qu¨ªmicas o convencionales. Poseemos m¨¢s de 25 a?os de experiencia. www.refugio-atomico.com". Cualquier d¨ªa habr¨¢ una fuga nuclear y todo ser¨¢n prisas. Luego no quiero ser de las que digan: "?Ay!, si no hubiese dejado lo del refugio at¨®mico para otro d¨ªa...". Como presidenta de mi escalera, ya he convocado una reuni¨®n para hablar del precio con los dem¨¢s propietarios.
No quiero enga?arles. En un principio, el refugio que he ido a mirar era para m¨ª sola. No ten¨ªa ningunas ganas de salvar la vida de mis vecinos, y menos la de sus mascotas. Pero el due?o de la empresa, don Antonio Alcahud, dice que, viviendo en un bloque, la ¨²nica posibilidad es construirlo en la ¨²ltima planta del parking, as¨ª que necesito el consentimiento de todos los propietarios para perforar. El refugio m¨¢s peque?o mide 25 metros y nos sale por 30.000 euros. S¨¦ que todav¨ªa estamos pagando las obras del ascensor como para meternos ahora en lo del b¨²nker. Pero es lo que dice don Alcahud: "Una explosi¨®n tipo Hiroshima, a 100 metros, te la resiste". Y no es s¨®lo que pueda estallar una bomba at¨®mica. Puede haber un terremoto. Puede haber una inundaci¨®n. O un tornado. O un reactor que falla en Vandell¨°s. Cuenta tambi¨¦n que muchas personas guardan los objetos de valor y obras de arte en sus b¨²nkeres. As¨ª que, en caso de guerra, la vecina del tercero podr¨ªa preservar para la humanidad el mueble zapatero que tiene en el balc¨®n. "En tiempos de paz, los refugios se utilizan como bodega, despensa, gimnasio...", me anima. Pero yo creo que, con la escasez de vivienda que hay, podemos alquilarlo. Total, los pisos de hoy en d¨ªa ya no tienen ventanas. La gente, mientras tenga un techo, no se va a fijar en si las puertas son de embero o de hormig¨®n armado.
Anuncio en el peri¨®dico: p¨®ngase usted un refugio nuclear en casa. Los hay de diversos tama?os y colores, y son multiuso
Una ventaja es que en el refugio -eso explica don Alcahud- puede haber zona de fumadores. Ser¨¢ un alivio para el vecino del sobre¨¢tico. Si hay una guerra nuclear, podr¨¢ seguir tirando al suelo las colillas del tabaco de racionamiento, como acostumbra. En cuanto al interiorismo, el se?or Alcahud, ingeniero nuclear, me aconseja que pintemos las paredes de marfil. "Es sedante, es c¨¢lido y refleja la luz. Y se trata de mantener un ambiente psicol¨®gico. Para m¨ª, el rojo y el azul est¨¢n prohibidos, por excitantes. Y el blanco recuerda un hospital. La puerta de hormig¨®n se suele pintar de un anaranjado amarillento". (Supongo que la vecina del ¨¢tico, siempre tan r¨²stica, querr¨¢ que la pongamos de piedra vista). Don Alcahud me asegura que tiene un refugio, pero no me lo deja ver por si se divulga d¨®nde est¨¢. Tampoco quiere ense?arme el de alguno de sus clientes, que luego viene un conflicto b¨¦lico y los aliados lo primero que hacen es confisc¨¢rtelo. Hace bien. Eso nos obliga a comprar sobre plano, pero el plano es de ensue?o. Me gusta el de 100 metros completamente di¨¢fanos. La entrada tiene una puerta doble, a trav¨¦s de la cual pasas al cuarto de aseo, esclusa y zona de descontaminaci¨®n. Es por si sales a la calle a buscar la propaganda del enemigo y vuelves con radiactividad. En ese caso, te descontaminas durante 20 minutos mientras te entretienes leyendo las octavillas. Despu¨¦s, puedes pasar al sal¨®n comedor. La cocina es mixta: de butano y el¨¦ctrica. Espero, por nuestro bien, que el bombardeo no borre todo rastro de vida del planeta. Ser¨ªa horrible que no quedase ning¨²n butanero. Pero no seamos alarmistas e imaginemos que queda uno. Si la moneda de curso legal ya no es vigente, siempre podremos sustituir la propina que ¨ªbamos a darle por unas bocanadas de aire puro.
"Si logra convencer a sus vecinos, ser¨¢ maravilloso", murmura don Alcahud. "Aunque, si la gente no se pone de acuerdo para pintar una escalera, para construir un refugio colectivo, menos". Mi fe se tambalea. Es verdad que los de siempre no van a querer pagar. Pero haremos como con el ascensor. Todo el mundo tendr¨¢ copia de la llave menos ellos, y cuando haya una explosi¨®n ser¨¢ tarde. Adivin¨¢ndome el pensamiento, don Alcahud me recuerda que ellos el m¨ªnimo de plazas para refugio at¨®mico que construyen son 25. Se ve que lo hacen para que, en caso de fuga nuclear, el propietario del refugio pueda practicar la solidaridad con sus allegados o pelotas. "Hicimos uno en el hotel Beatriz, de Talavera de la Reina, que ten¨ªa que ser s¨®lo para los due?os y su familia. Al final, les convencimos. Lo ampliaron para que cupieran tambi¨¦n los hu¨¦spedes y los trabajadores". ?Qu¨¦ detalle tan bonito dejar entrar a los subordinados! Seguro que te lo agradecen de mil formas. Se deben de pasar el rato sacando el polvo del tanque de 15.000 litros de agua o haci¨¦ndote favores sexuales, por si les expulsas. Adem¨¢s, hay otra ventaja. Resulta que, si falla la corriente y los sistemas alternativos previstos para la ventilaci¨®n, hay que filtrar el aire a mano, con una manivela. Me van comprendiendo, ?verdad? Ese moroso que no ha querido o podido pagar y que ahora desea salvar la vida se va a tener que ganar el ox¨ªgeno a base de darle al manubrio.
El refugio se usa ante la explosi¨®n de una bomba at¨®mica, un terremoto o un tornado. En tiempos de paz, como bodega o gimnasio.
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