Responsabilidad
En las historias que cuentan los maestros y profesores est¨¢ contenida la vida entera. Historias que tratan del respeto o la desverg¨¹enza, de las mentiras, los escaqueos, el morro o la honradez. Me contaba una profesora que llam¨® a unos padres porque su chico llegaba tarde a clase media hora. Un d¨ªa tras otro. La reuni¨®n tuvo lugar en la Jefatura de Estudios, y el chaval, sentado entre su padre y la profesora, miraba hacia el suelo, en la actitud de quien espera un chaparr¨®n. Pero, asombrosamente, no fue ¨¦l el destinatario de la bronca; el padre le dijo a la profesora que admit¨ªa que el chico llegaba tarde, pero que ella no estaba autorizada para llamarle la atenci¨®n, porque, seg¨²n hab¨ªa sabido por compa?eros de su hijo, ella tambi¨¦n se retrasaba unos diez minutos todos los d¨ªas: ?no era entonces de alguna forma responsable por no predicar con el ejemplo? Este asunto consigui¨® desviar la atencion de aquello que debiera haber preocupado al padre: la falta de voluntad del hijo para cumplir las normas. Al final de la reuni¨®n el chaval miraba desafiante a su profesora. La pregunta es: ?le estaba haciendo un favor su padre defendi¨¦ndole a capa y espada?
De igual forma somos muchos los que no acabamos de entender esa voluntad por librar de responsabilidades al partido socialista en lo sucedido en la Comunidad de Madrid. ?A qui¨¦n est¨¢n beneficiando todos esos defensores que desesperadamente desv¨ªan las responsabilidades hacia constructores, especuladores o miembros de otro partido? ?A qui¨¦n benefician aquellos que dicen que ahora no es el momento de abordar asuntos internos? Ya sabemos que en la pol¨ªtica, y m¨¢s a¨²n en la auton¨®mica, todos los pol¨ªticos tienen ofrecimientos econ¨®micos de empresarios que quieren hacer de su capa un sayo, que est¨¢n dispuestos a pagar bajo cuerda y que ¨¦stas han sido actividades frecuentes. Pero cuando votamos a un partido lo hacemos con la intenci¨®n (o la inocencia) de que ese partido haya sabido depurar a aquellos que son propensos a semejantes pr¨¢cticas. Por mucho que se intente cargar las tintas sobre las espaldas de la extra?a pareja y de su entramado especulativo, aquellos que confiamos en esa lista nos preguntamos: si todos conoc¨ªan a los pecadores, ?por qu¨¦ nadie los expuls¨®?, ?y por qu¨¦ parece inadecuado que ¨¦sta sea la primera pregunta que surja de esta crisis?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
