Una victoria p¨®stuma
Christopher Hitchens ha descrito ya la herencia m¨¢s crucial de Orwell con estas palabras: "Es la importancia p¨®stuma de Orwell como representante de la veracidad, la objetividad y la verificaci¨®n lo que contin¨²a manteniendo sus ideas en juego". Lo que Hitchens luego llama, apuntal¨¢ndolo con p¨¢rrafos muy lacerantes contra Claude Simon y Las Ge¨®rgicas, la victoria p¨®stuma sobre el posmodernismo. Esta victoria, y un poderoso acopio de aciertos est¨¦ticos y morales, hace de Orwell un ensayista extraordinario. S¨ª, tal vez el mayor del siglo, como con seca autoridad dijera Robert Hughes. Tan gran ensayista, a?adir¨ªa yo, que sus novelas no resisten la grandeza.
Ejemplos. Su mejor libro, Homenaje a Catalu?a (editado ¨ªntegramente en castellano y catal¨¢n s¨®lo desde hace semanas, es decir, 65 a?os despu¨¦s de haberse escrito: ¨¦sa es la cortes¨ªa, tr¨¢tese de Cervantes o de Orwell, que Catalu?a dispensa a los escritores que la han situado en el mundo), su mejor libro, digo, es un cruce total y apasionante entre el ensayo, el libro de viajes, la autobiograf¨ªa y el reportaje. Nunca su genio prof¨¦tico brill¨® como en el c¨¦lebre La pol¨ªtica y la lengua inglesa. A diferencia de 1984, donde las profec¨ªas apocal¨ªpticas sobre el Newspeak, la Nueva Lengua, se cimentan en la rom¨¢ntica concepci¨®n de que el pensamiento es el lenguaje y que controlado ¨¦ste controlado el otro, La pol¨ªtica y la lengua inglesa desenmascara el uso pol¨ªtico y medi¨¢tico de la mentira en unos t¨¦rminos que el presente verifica con exactitud a¨²n menor que la del futuro. Pocas veces en una breve rese?a literaria, como la que Orwell escribi¨® en marzo de 1940 a prop¨®sito de la publicaci¨®n ¨ªntegra, en ingl¨¦s, de Mein Kampf, explotar¨¢ la inteligencia y se desencadenar¨¢ otra vez la profec¨ªa hasta nuestro mism¨ªsimo tiempo vascoprovincial: "Mientras que el socialismo, y aun el capitalismo, le han dicho al pueblo: 'Te ofrezco que lo pases bien', Hitler le dice al suyo 'Te ofrezco lucha, peligro y muerte', y el resultado es que la naci¨®n se arroja a sus pies". A¨²n otro ejemplo: durante toda su vida Orwell examin¨® con desasosiego el cruce entre la experiencia est¨¦tica y el prop¨®sito pol¨ªtico. Hay que advertir r¨¢pidamente que ¨¦l daba a pol¨ªtico un sentido de b¨²squeda de la verdad dif¨ªcilmente compatible con el envenenamiento masivo que ha sufrido la palabra. Y advirti¨¦ndolo, su art¨ªculo ?Por qu¨¦ escribo? resulta ser una de las m¨¢s claras y profundas (?y menos empalagosas!) meditaciones sobre el oficio de escritor que uno haya le¨ªdo nunca. No es superfluo a?adir que la escritura ensay¨ªstica de Orwell est¨¢ a la altura de sus prop¨®sitos. No hay all¨ª lo que tem¨ªa, y ¨¦l mismo ve¨ªa en algunos otros lugares de su obra, "[cuando] escrib¨ª libros sin vida, me traicion¨¦ en pasajes p¨²rpura, en frases sin sentido, en adjetivos decorativos y en tonter¨ªas".
La obra ensay¨ªstica de Orwell es una recopilaci¨®n candente de su siglo. Su volumen y su calidad parecen impropios de un hombre que s¨®lo vivi¨® 46 a?os y que pas¨® algunos de ellos en condiciones escasamente propicias para la escritura. Los ensayos fueron recogidos, primero, en la edici¨®n establecida en cuatro vol¨²menes por Sonia Orwell y Ian Angus (completada en 1968) y posteriormente en la cicl¨®pea edici¨®n de las obras completas de Orwell a cargo de Peter Davidson de 1998. No hay traducci¨®n espa?ola completa, ni siquiera aproximada, de este imprescindible recuento. La editorial Destino public¨® hace a?os (con grandes dificultades a¨²n se encuentran ejemplares), dos vol¨²menes titulados A mi manera (1976: t¨ªtulo de la legendaria columna de Tribune) y Una buena taza de t¨¦. Y su breve Diario de guerra (1984). Menos da una piedra. Pero la elecci¨®n no inclu¨ªa, por ejemplo, un ensayo clave como el citado La pol¨ªtica y la lengua inglesa (in¨¦dito en Espa?a) ni gran parte de sus art¨ªculos o de su caudaloso epistolario. Tambi¨¦n hace un par de a?os Octaedro edit¨® un redundante librito de escritos literarios y pol¨ªticos. Es vistoso subrayar que ni siquiera en la ocasi¨®n del centenario ha habido editor espa?ol capaz de poner en limpio, y en lengua propia, uno de los trabajos m¨¢s hermosos y beligerantes de la literatura moderna.
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