Por el lado salvaje del ladrillo
Indeseables de la patra?a los hay en todos los sitios y m¨¢s de un escandalizado por los sucesos de Madrid podr¨ªa contarnos c¨®mo consigui¨® la regal¨ªa que con tan escasos m¨¦ritos le sirve la n¨®mina
Ladrillos cocidos
Para saber c¨®mo se las gasta la derecha de este territorio no es imprescindible recurrir a la memoria de la guerra civil que arm¨® para impedir un reparto m¨¢s equitativo de la miseria. Basta con atender a las biograf¨ªas pol¨ªticas de tipos como Jose Mar¨ªa Aznar o Eduardo Zaplana, bastante menos ejemplares de lo que sus hagi¨®grafos intentan hacernos creer. Al l¨ªmite, el asunto es bastante simple, y siempre estar¨¢ relacionado con la codicia perenne de la derecha. ?Luis Rold¨¢n? Un grotesco infiltrado de derechas en las filas del socialismo, porque es de derechas su latrocinio y sus fotos con calzoncillos de lunares a lo Winston Churchill. Tonter¨ªas. ?D¨®nde situar la seriedad? En ese terreno donde lo que queda de la izquierda debe resituar su apoyo a los desfavorecidos y a los emergentes en t¨¦rminos distintos a los de Ana Botella o -salvando una distancia insalvable- nuestro gran articulista Rafael Blasco Castany, o Casab¨¢n. No desde el voto recibido, sino desde algo parecido a la coherencia pol¨ªtica.
Una severa advertencia
A fin de cuentas, ?qu¨¦ ganan los populeros y sus ladrilleros propios propiciando la fuga vergonzosa de dos diputados socialistas de la Comunidad de Madrid en el tr¨¢nsito previo a una votaci¨®n decisiva? La ruina pol¨ªtica y de cualquier otra clase de esa pareja de desmejorados y la convocatoria de unas nuevas elecciones auton¨®micas que tampoco tienen asegurado ganar. ?Entonces? La jugada, de una habilidad que s¨®lo el gran dinero pod¨ªa articular, apunta directamente contra Rodr¨ªguez Zapatero y su famosa moderaci¨®n tranquila, y viene a decir que o vence en las generales del a?o pr¨®ximo por mayor¨ªa absoluta o m¨¢s le conviene ir acostumbr¨¢ndose al suplicio de las desafecciones sobrevenidas en la sesi¨®n de investidura. Porque esta gentecita est¨¢ dispuesta a conservar como sea el poder que perder¨ªa en las urnas.
El discurso tranquilo
Parece un argumento de Shakespeare. En el mismo momento en que Rodr¨ªguez Zapatero pasea su oposici¨®n tranquila ante quien quiere escucharle, acaso para que no se vuelvan contra su liderazgo las culpas de un partido de las que no ser¨ªa directamente responsable, los intranquilos le est¨¢n preparando la gran jugada bajo especie de dos diputados socialistas que obran en conciencia contra su partido a fin de que el l¨ªder firme pero tranquilo no gane jam¨¢s unas legislativas con la solvencia que le permitir¨ªa ejercer su tranquilidad desde los Presupuestos Generales. La observaci¨®n intranquila es que la pandilla que ahora ocupa el poder democr¨¢tico jam¨¢s lo dejar¨¢ si puede evitarlo de la manera que sea, y que el socialismo debe estar atento no tanto a las flatulencias de partido como a la intranquilidad profunda de la calle si quiere dise?ar un programa real para una alternativa duradera y con posibles.
A fin de cuentas
Tampoco hace tanto tiempo que Pepe Gand¨ªa Casimiro y los Viceantonio Vergara se dedicaban desde las p¨¢ginas de una turbia cartelera local a sugerir con sus maneras m¨¢s educadas -y sin molestarse siquiera en firmar sus advertencias- a los dirigentes locales del socialismo de entonces la conveniencia de atender a sus indicaciones subvencionadoras so pena de publicar lo que nadie quer¨ªa ver impreso en negro sobre blanco. La avilantez es una de las propensiones mejor repartidas de este mundo, pero esa desaz¨®n no es excusa para exigir a los representantes socialistas una conducta intachable, sobre todo cuando la de sus oponentes populeros -Zaplana, sin ir m¨¢s lejos, aunque tampoco pasar¨ªa nada por ir mucho m¨¢s all¨¢- es m¨¢s bien un rosario de borrones tachados en una especie de palimpsesto repleto de huellas grabadas dif¨ªciles de eliminar. Si nadie puede predicar con el ejemplo, ser¨¢ que no hay ejemplo alguno que predicar. Por ahora.
Una cosa m¨¢s
Como que no es veros¨ªmil que los diputados desafectos del pesoe en la votaci¨®n de la Asamblea de Madrid abrigasen alguna predilecci¨®n inconfesa por la se?ora o se?orita Concha Dancausa a fin de que saliera elegida presidenta, sin que esa extravagancia diera algo m¨¢s que pie de p¨¢gina para suponer que se dispon¨ªan tambi¨¦n a negar su voto a Simancas a favor de un gobierno madrile?o de los grandes constructores populacheros, hay que decir que su disposici¨®n a apoyar ahora a su candidato natural como presidente de la Comunidad de Madrid no quiere decir, ni m¨¢s ni menos, que alg¨²n lumbrera de asesor¨ªa populera ha advertido que o bien su partido ha llegado demasiado lejos en sus argucias encubiertas o bien que era el momento de dictar un quiebro a lo Beckham en el centro del ¨¢rea para ver qui¨¦n es capaz de despejar el pelotazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.