M¨¢s de 1.500 universidades de EE UU imponen c¨®digos de conducta en los campus
Los alumnos presentan decenas de demandas para pedir la libertad de expresi¨®n
Las universidades de Estados Unidos, en un tiempo baluartes de la libertad de expresi¨®n, han estado dominadas en los ¨²ltimos a?os por una corriente de censura de todo lo "pol¨ªticamente incorrecto" que las est¨¢ transformando en bastiones de represi¨®n. M¨¢s de 1.500 centros han impuesto c¨®digos de conducta que proh¨ªben desde miradas provocativas o comentarios ¨¦tnico-pol¨ªtico-sexuales a p¨®sters o manifestaciones que "alguien" pueda considerar ofensivos. Para hablar sin cortapisas los estudiantes deben recluirse en "zonas autorizadas" (uno a dos por ciento del recinto universitario), so pena de castigo, expulsi¨®n, o incluso arresto.
Los rectores han querido crear un ambiente as¨¦ptico -"totalitario", seg¨²n las voces cr¨ªticas- para proteger el derecho de alumnos y profesores a no sentirse ofendidos o intimidados. Muchos temen sin embargo que ese ambiente, en el que las percepciones son subjetivas y las normas de restricci¨®n ambiguas, esterilice ideol¨®gicamente a esta generaci¨®n.
Muchos temen que ese ambiente esterilice ideol¨®gicamente a la actual generaci¨®n
"Es un esc¨¢ndalo. Las universidades est¨¢n dejando de ser centros cr¨ªticos de debate donde fluyen libremente las ideas y convirti¨¦ndose en centros de conformidad con la ortodoxia pol¨ªtica", se?ala Alan Charles Kors, profesor de la Universidad de Pensilvania y presidente de la FIRE (Foundation for Individual Rights in Education), organizaci¨®n que ha defendido a m¨¢s de 600 estudiantes contra las mordazas.
La situaci¨®n ha llegado a extremos de prohibir "comer de una forma provocativa" (Universidad de Maryland); exhibir ¨¢rboles de Navidad (Universidad de Houston) por el simbolismo religioso; una r¨¦plica de la Maja desnuda, de Goya (Universidad de Pensilvania) por posible connotaci¨®n de "acoso sexual"; o m¨²sica "rap" (Emerson College) "porque es machista e incita a la delicuencia". Desde las p¨¢ginas de The New York Times se ha calificado como "la implantaci¨®n de una atm¨®sfera totalitaria".
Pero ?cu¨¢les son las causas? La mayor¨ªa de los expertos coincide en que es una versi¨®n extrema de la correci¨®n pol¨ªtica que prevalece en la sociedad estadounidense, un paternalismo acad¨¦mico ejercido por quienes en su d¨ªa abanderaron la libertad de expresi¨®n.
"Los progresistas de los sesenta son los censores de los noventa. Es una hipocres¨ªa", subraya Emmett Hogan, analista que ha compilado un listado de cientos de universidades que coartan la libertad de expresi¨®n. Kors lo explica as¨ª: "La generaci¨®n de los sesenta esperaba que sus alumnos les vieran como l¨ªderes y al descubrir que no es as¨ª, que tienen sus propias ideas, pues han decidido controlarlos. Es una estafa generacional de proporciones ¨¦picas".
Ante la dificultad de calibrar las susceptiblidades de un alumnado racial y pol¨ªticamente diverso, las autoridades acad¨¦micas han adoptado restricciones de "amplio espectro", sacrifi-cando de paso libertades civiles. Es cierto que no todas lo han hecho en el mismo grado, pero es raro encontrar una sin limitaciones; incluso Berkeley -cuna del movimiento de derechos civiles- permite hablar contra colectivos, pero "no contra individuos".
Durante a?os, los alumnos estadounidenses han aceptado pasivamente la normativa (significarse sentaba un mal precedente), pero recientemente ha surgido un movimiento de rebeld¨ªa que empieza a parecerse al de los a?os sesenta, pero que a diferencia de aqu¨¦l ha trasladado sus reivindicaciones a los tribunales. Hay decenas de demandas, la ¨²ltima fue presentada la semana pasada por los estudiantes contra la Universidad Texas-Tech.
Las normas adoptadas por los centros superiores m¨¢s liberales
Entre las universidades de mayor prestigio de Estados Unidos, las de Johns Hopkins, Yale y Chicago destacan como los centros de educaci¨®n superior m¨¢s liberales. Aun as¨ª, la Universidad de Yale proh¨ªbe "mirar a otra parte del cuerpo que no sea la cara cuando se hable con alguien" o "usar inflexiones de voz que puedan denotar insinuaciones sexuales cuando se alabe la ropa o el aspecto de alguien".
Otras universidades de renombre como las de Harvard, Stanford o UCLA (Universidad de California en Los ?ngeles) imponen m¨¢s limitaciones. El c¨®digo de conducta de Harvard veta "comentarios despectivos, epitetos o referencias a estereotipos sociales".
La Universidad de Standford tiene tambi¨¦n una pol¨ªtica similar, pero adem¨¢s proscribe comentarios que denoten intolerancia, que este centro define as¨ª: "Una expresi¨®n se convierte en un acto de intoleracia cuando hiere a miembros de Stanford".
Respecto a la Universidad de California, en Los ?ngeles, ¨¦sta proh¨ªbe "proposiciones sexuales sutiles", "bromear usando un lenguaje basado en el g¨¦nero sexual", "o utilizar t¨¦rminos heterosexuales en vez de t¨¦rminos neutros, asumiendo que todo el mundo es heterosexual".
La expresi¨®n de "opiniones impopulares"
La demanda de la Universidad de Texas-Tech, a la que ha tenido acceso EL PA?S, solicita la abolici¨®n de normas que impiden "expresar opiniones impopulares", "discrepar con personas que puedan interpretar el desacuerdo como intimidatorio", "repartir peri¨®dicos, panfletos o invitaciones a reuniones con un mensaje no autorizado", o "dirigirse a alguien llam¨¢ndole encanto, chico o chica". Texas-Tech tiene 28.000 estudiantes y s¨®lo autoriza la libertad de expresi¨®n en un templete de menos de siete metros de di¨¢metro. El pleito lo ha puesto FIRE, tras las quejas de un grupo de estudiantes al que no permit¨ªan manifestarse contra la guerra de Irak y de otro que no puede expresar sus convicciones religiosas.
FIRE, formada por profesores e intelectuales de todo el espectro ideol¨®gico, ha lanzado una ofensiva nacional para abolir las barreras de censura. Ya ha logrado que varias universidades den marcha atr¨¢s al menos en algunos aspectos de sus c¨®digos de conducta, entre ellas las de Boston, Columbia, Cornell, Duke, Harvard, Miami y Rutgers. Como parte de esa campa?a legal tienen previsto presentar demandas en las 12 jurisdicciones federales con la esperanza de que alguna llegue al Tribunal Supremo y se cree jurisprudencia. Hasta ahora no existe legislaci¨®n que proh¨ªba ese tipo de censura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.