Zapatero aplaza cualquier cese en el PSOE hasta desactivar el "golpe" a la democracia

El secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ha decidido posponer de momento el comienzo de un proceso interno de petici¨®n de responsabilidades, e incluso de medidas extraordinarias de examen a los candidatos electorales, hasta que se aclare la trama de corrupci¨®n que ha impedido al partido acceder al Gobierno de la Comunidad de Madrid. As¨ª se lo ha comunicado el l¨ªder socialista a los miembros de su ejecutiva y a los l¨ªderes territoriales. Por esta raz¨®n, Zapatero ha rechazado dos veces las ofertas de dimisi¨®n que ha planteado el secretario de Organizaci¨®n, Jos¨¦ Blanco.

"No es el momento de atraer la atenci¨®n hacia nosotros, de abrirnos un proceso, de provocar una crisis, en fin, de que s¨®lo se hable del PSOE y de posibles dimisiones cuando lo que est¨¢ en juego es que triunfe una trama econ¨®mica destinada a que los socialistas no gobiernen en Madrid y, de paso, que tarden mucho en gobernar en Espa?a". ?sta es la s¨ªntesis que diferentes interlocutores hacen de las razones de Rodr¨ªguez Zapatero.

Y por eso, el l¨ªder socialista ha rechazado la oferta de Blanco de dimitir de su cargo. Seg¨²n fuentes de la ejecutiva, Blanco ha ofrecido su puesto al menos en dos ocasiones y Zapatero le ha respondido que debe continuar y trabajar activamente en la investigaci¨®n del "golpe". El l¨ªder socialista ha defendido en su entorno a Blanco y ha considerado "injusto" que se cargue contra ¨¦l cuando "ha hecho una renovaci¨®n importante, aunque est¨¢ a mitad de camino".

Pero Zapatero sabe perfectamente que algunos miembros de su partido, y en diferentes sectores sociales, se demandan dimisiones. Algunos no dicen nombres y otros mencionan expresamente a Blanco. Tambi¨¦n se asegura que ¨¦ste est¨¢ muy afectado por lo ocurrido y, de ah¨ª que, en las numerosas reuniones que ha tenido a solas con Zapatero analizando la situaci¨®n, le haya indicado que si cree que debe dimitir no dude en ped¨ªrselo, porque lo har¨¢ de inmediato.

Pero el discurso interno de Zapatero, pidiendo unidad y asegurando que no va a "entregar cabezas, sino a pedirlas", retrajo a quienes en la ejecutiva o en el consejo territorial ten¨ªan previsto hacer un discurso interno de m¨¢s dureza. Lo cierto es que la mayor¨ªa apost¨® por el cierre de filas.

Muy pocos se?alaron que la situaci¨®n de los militantes es de "desolaci¨®n absoluta" y que lo que se escucha en la calle es que "los corruptos" estaban dentro del PSOE. "Os pido que teng¨¢is confianza, se investigar¨¢ y muy pronto la incomodidad estar¨¢ en el PP". Es la s¨ªntesis, no literal, que hacen los interlocutores consultados de la intervenci¨®n de Zapatero.

"Lo sucedido evidencia para los socialistas que los mecanismos tradicionales de selecci¨®n y control de nuestros candidatos son insuficientes y deben ser revisados y mejorados. As¨ª lo haremos". Este p¨¢rrafo est¨¢ dentro de las conclusiones de la reuni¨®n de los barones

, celebrada el pasado lunes, en el que actu¨® como portavoz el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra.

El veterano pol¨ªtico mostr¨® un apoyo cerrado a Zapatero y exculp¨® de responsabilidades al secretario de Organizaci¨®n. "Blanco ha cumplido con su obligaci¨®n, le dijeron que hab¨ªa algo extra?o en el comportamiento de Eduardo Tamayo y le llam¨® a su despacho para preguntar qu¨¦ pasaba". La explicaci¨®n de Ibarra la corrobora el diputado madrile?o y cabeza del sector guerrista de Madrid, Jos¨¦ Acosta, ya que ¨¦l fue quien telefone¨® a Blanco, el d¨ªa anterior a la votaci¨®n en la Asamblea, para advertirle de que algo pasaba con Tamayo y que deb¨ªa hablar con ¨¦l. Pero las estrechas relaciones de ¨¦ste y del jefe de filas de ese grupo llamado Renovadores por la Base, Jos¨¦ Luis Balb¨¢s, con Blanco dispar¨® las cr¨ªticas en los primeros momentos al preguntarse muchos qu¨¦ hacia Tamayo en el despacho de Blanco. Pronto se aclar¨® que lo hab¨ªa convocado para ver si hab¨ªa problemas, pero aqu¨¦l no le advirti¨® de sus intenciones.

Personas, no grupos

La petici¨®n de responsabilidades que demandan en el PSOE se inscriben en personas de relevancia pero no en grupos o familias socialistas. Desde el sector guerrista no se cree que sea el momento de dimisiones: "Adem¨¢s de ser los agredidos, ?tenemos que depurar a los nuestros? cuando, que se sepa, nadie ha actuado de mala fe", se?ala un representante cl¨¢sico.

Tampoco desde las filas de la siempre corriente cr¨ªtica Izquierda Socialista se apuesta en estos momentos por dimisiones. Al menos su portavoz, Juan Antonio Barrio de Penagos, defiende la investigaci¨®n, pero no "una catarsis". No obstante, militantes de esta corriente s¨ª querr¨ªan m¨¢s autocr¨ªtica y m¨¢s decisiones para minimizar los riesgos en la selecci¨®n de candidatos. De autocr¨ªtica tambi¨¦n habla el ex presidente de la comunidad madrile?a, Joaqu¨ªn Leguina, quien s¨ª ha expresado en alto sus cr¨ªticas a Blanco, a quien hace directamente responsable de la inclusi¨®n de Tamayo y Teresa S¨¢ez en las listas de Madrid.

"Todo el mundo sabe c¨®mo se hacen las listas y, en los sitios complicados, cuando llegan avaladas, como el caso de Madrid, por m¨¢s del 90%, mejor callarse y dar el visto bueno", se?ala un miembro del comit¨¦ federal de listas, que recuerda el d¨ªa en que el secretario general de la FSM, Rafael Simancas, se present¨® con su lista para la comunidad. Diferentes testimonios confirman que ¨¦ste pidi¨® que se respetara la lista que se hab¨ªa hecho respetando los "equilibrios". Es decir, con inclusi¨®n y con forcejeos de sectores y familias. "Una vez que cada jefe de grupo mete a los suyos, ya le da igual lo de los dem¨¢s; por tanto, seguro que nadie se quej¨® de que Tamayo y S¨¢ez fueran en la lista", se?ala un miembro de ese comit¨¦.

Pero algunos han quedado insatisfechos con la respuesta interna. "No es bueno que nos enga?emos a nosotros mismos y en la sociedad hay mucho disgusto". Zapatero pide paciencia porque cree que podr¨¢ ofrecer a su partido y a los ciudadanos las pruebas de que hay una operaci¨®n para impedir el poder a los socialistas. No ha dicho que no habr¨¢ responsabilidades internas, sino que pueden esperar.