Pobre Y
Los cient¨ªficos son los verdaderos poetas de este mundo. Hay astr¨®nomos que hablan de un Universo poblado de enanas rojas (?no es un nombre de cuento de hadas?), matem¨¢ticos que inventan n¨²meros imaginarios, f¨ªsicos que buscan la medida del desorden... Todas esas frases, esos conceptos, son tan maravillosos y literarios como el mejor verso. La vida cient¨ªfica est¨¢ llena de descubrimientos que podr¨ªan ser narrados como quien narra una novela y que son una f¨¢bula esencial de lo que somos.
Eso es lo que he sentido al leer las noticias sobre la secuenciaci¨®n completa del cromosoma Y, que es donde reside la cosa de la hombr¨ªa. No s¨¦ si han visto las fotos: el cromosoma X, el femenino, es como siete u ocho veces m¨¢s grande que el masculino. Es un cromosoma de lo m¨¢s result¨®n y bien apa?ado, con la equis claramente formada, peludito, orondo, potente, satisfecho. A su lado, el cromosoma Y, que no tiene forma de y griega ni de nada, no es m¨¢s que un grumo impreciso, un bot¨®n peludo e indistinto, una pizca gen¨¦tica, un asquito de cromosoma, ustedes me perdonen. Es el m¨¢s peque?o de todos (s¨®lo tiene 78 genes, de los 30.000 que poseemos los humanos) y adem¨¢s buena parte de su material gen¨¦tico procede del cromosoma X (o sea, Ad¨¢n ha salido de Eva) y luego se ha "degenerado", o eso dicen con fatal elocuencia los cient¨ªficos.
Y a¨²n hay algo m¨¢s: resulta que todos los cromosomas vienen en parejas, de manera que se pueden cuidar y atender y "curar" amorosa y tiernamente el uno al otro. Pero el Y est¨¢ solo, completamente solo en la sopa gen¨¦tica, y por eso es tan peque?o y tan feo. Ha tenido que aprender a cuidar de s¨ª mismo y a curarse por su cuenta, aunque eso supusiera prescindir de parte de su material gen¨¦tico. El Y, chico duro, ha conseguido sobrevivir y arregl¨¢rselas bastante bien, pero pagando por ello un precio considerable. No me digan que no parece un personaje de novela... Ya ven, desde que me he enterado de que los cromosomas Y son peque?itos y esmirriados, proceden en parte de una degeneraci¨®n de nuestras lustrosas X y est¨¢n m¨¢s solos que la una, yo es que les tengo como m¨¢s apego a los varones.
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