Veterinarios sin Fronteras y otros grupos ecologistas denuncian las importaciones de salm¨®n chileno
Buena parte del salm¨®n congelado que se consume en Espa?a proviene de Chile. Se trata de una industria que provoca contaminaci¨®n org¨¢nica y qu¨ªmica, y que tiene a sus empleados en p¨¦simas condiciones laborales, seg¨²n denunci¨® Juan Carlos C¨¢rdenas, director del centro Ecoc¨¦anos Chile, en el marco de las Jornadas para la Soberan¨ªa Alimentaria que tuvieron lugar en la Casa del Mar, de Barcelona, organizadas por Veterninarios sin Fronteras y otras ONG catalanas.
El pa¨ªs suramericano es el segundo productor y exportador mundial de salm¨®n de cultivo, s¨®lo por detr¨¢s de Noruega. Adem¨¢s, es el principal exportador a Espa?a de la especie denominada salm¨®n atl¨¢ntico. "El salm¨®n m¨¢s barato que se encuentra en los supermercados es el que viene de Chile. El Gobierno chileno ha dado toda clase de facilidades a las empresas transnacionales, incluida la desregulaci¨®n laboral y medioambiental", asegur¨® C¨¢rdenas.
La industria salmonera chilena naci¨® hace 20 a?os en una regi¨®n del sur denominada Los Lagos, una de las m¨¢s pobres del pa¨ªs, habitada por comunidades tradicionales de campesinos. El 84% de lo que se produce all¨ª es salm¨®n para exportar. "Esta industria naci¨® con tres promesas: constituir una respuesta a los problemas de hambre y desnutrici¨®n, reducir la presi¨®n sobre los recursos pesqueros y generar trabajo estable y de calidad". Ninguna de estas promesas se ha cumplido, seg¨²n C¨¢rdenas. "El 21% de la poblaci¨®n chilena vive hoy en d¨ªa en situaci¨®n de pobreza y la mayor¨ªa siguen estando en esta zona", asegur¨®.
El 60% de los trabajadores de las empresas salmoneras son mujeres de origen campesino, que filetean el salm¨®n en las plantas procesadoras. Cobran un salario medio de 158 d¨®lares al mes, lo que, seg¨²n el portavoz de Ecoc¨¦anos, no da para vivir dignamente. Las jornadas laborales var¨ªan entre 12 y 14 horas, y se trabaja siempre de pie. Seg¨²n C¨¢rdenas, "se trata de las mismas empresas que en otros pa¨ªses tienen jornadas laborales m¨¢s cortas y pagan 10 veces m¨¢s a sus empleados. Pero en Chile la mano de obra es muy barata y la legislaci¨®n laboral favorece a la industria". El secreto del modelo chileno, en su opini¨®n, no es otro que "la sobreexplotaci¨®n".
Los directivos de las empresas han salido al paso de estas afirmaciones. Rodrigo Infante, gerente de la Asociaci¨®n de Productores de Salm¨®n y Trucha de Chile, ha afirmado que en el plano laboral la ¨²nica comparaci¨®n "seria" que corresponde hacer es entre la salmonicultura y otras industrias que operan en la misma zona. "Y se observa que los salarios que pagamos nosotros son mucho mayores que los de otras actividades", a?ade.
Fondos contaminados
La contaminaci¨®n costera es otro de los problemas que ha generado la industria salmonera en Chile. "Un 80% de toda la pesca de Chile se utiliza para hacer harina de pescado, en parte para alimentar al salm¨®n". Para producir un kilo de salm¨®n se requieren entre 1,3 y 2 kilos de harina, para cuya fabricaci¨®n se necesitan 10 kilos de pescado. Lo ins¨®lito, afirma Ecoc¨¦anos, es que una parte del alimento no es consumido por el salm¨®n y se deposita en el fondo del mar, al igual que sucede con los excrementos, se descompone y contamina la costa. Para combatir las enfermedades de los salmones, la industria pisc¨ªcola chilena utiliza 75 veces m¨¢s antibi¨®ticos que la noruega, de lo que se derivan perjuicios para la salud de los consumidores, como muestran algunos estudios.
El salm¨®n no exist¨ªa en esta parte del oc¨¦ano Pac¨ªfico hasta que, hace un par de d¨¦cadas, lleg¨® la industria salmonera. Se calcula que cada a?o escapan al mar 900.000 ejemplares. "Han empezado a colonizar los r¨ªos y se extienden en una zona muy amplia. El impacto puede ser fatal ya que incorporaron enfermedades que no exist¨ªan en Chile", seg¨²n C¨¢rdenas.
Ecoc¨¦anos, que desde 1998 promueve la conservaci¨®n y el uso sostenible de los recursos marinos, pide a los consumidores espa?oles que pregunten de d¨®nde viene y c¨®mo fue producido el salm¨®n que compran. "Los consumidores deben presionar a las empresas para que aumenten los est¨¢ndares laborales y ambientales".
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