Cine arrancado de la vida
EL BONAERENSE
Direcci¨®n y gui¨®n: Pablo Trapero. Int¨¦rpretes: Jorge Rom¨¢n, Mim¨ª Ard¨²h, Dar¨ªo Levy, V¨ªctor Hugo Carrizo, Hugo Anga nuzzi, Graciana Chironi, Luis Vicat, Roberto Posse. Argentina, 2002. G¨¦nero: dramas. Duraci¨®n: 95 minutos.
Pero aquel recio y notable filme lib¨¦rrimo e incatalogable no es un documental, al menos no del todo, porque de su interior, de su oscura zona subterr¨¢nea, emerge e inunda todas sus arrugas el flujo de una leve pero muy bien trabada ficci¨®n, a mitad de camino entre el realismo y el surrealismo, entre el poema y el panfleto. Es lo que cabe ahora decir de la segunda pel¨ªcula, El bonaerense, de este pesimista, observador desde dentro de las rinconadas oscuras de la cat¨¢strofe que vive su pueblo. En El bonaerense la c¨¢mara de Pablo Trapero se sumerge en el interior de la mugre de un cuartelillo de la polic¨ªa local de Buenos Aires, de donde el cineasta, arrastrado por el poeta de fondo que tira de ¨¦l, arranca de la nada otra pieza insustituible para el entendimiento de la tragedia de Argentina.
El conjunto de retratos que (en forma de retablo) Pablo Trapero compone de la gente exasperada, violenta, m¨ªsera y miserable, que se agolpa en los cuarteles de este cuerpo directamente derivado de la pobreza de cuya vigilancia le encargan, es un seco golpe entre los ojos de quienes se sienten a buen recaudo, protegidos de ese foco de peste humana, demasiado humana para soportarla. Y esta gente huir¨¢ de los cines cuando en ellos vea la explosi¨®n de verdad que expulsa esta dura ficci¨®n arrancada de cuajo de la vida.
Tiene El bonaerense textura de filme de acera y calle, la concisi¨®n de la mirada solidaria y asustada de quienes no temen mirar de frente al destino de la inmensa mayor¨ªa de los hombres, un magn¨¢nimo y magn¨ªfico antiespect¨¢culo. La veracidad de los int¨¦rpretes, casi todos naturales, es extraordinaria. Son gente viva, que se entromete, vigila, alterna y despoja a quienes la rodean en los confines subterr¨¢neos donde patrulla, el pozo de la sociedad malherida, turbada y perturbada que protegen: el nudo de v¨ªboras de una polic¨ªa cercada por el pudridero de la sociedad en descomposici¨®n a la que vigila. Y contamos con otra m¨ªnima aventura del realismo, impagable dentro de la invasi¨®n del cine-trola que hoy manda en el mundo.
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