China reclama un lugar en el escenario globalizado del arte contempor¨¢neo
El Centro Pompidou de Par¨ªs exhibe el trabajo de los ¨²ltimos cinco a?os de 50 artistas
La creatividad china ha vivido durante el siglo XX fases de regresi¨®n, otras de proliferaci¨®n de iconograf¨ªa de un peculiar santoral pol¨ªtico, momentos de retorno a la tradici¨®n, otros de puro mimetismo de colonizado. Ahora, desde que se puso en marcha la liberalizaci¨®n econ¨®mica, los creadores viven en un contexto mundializado al que, sin embargo, les resulta muy dif¨ªcil acceder si no es desde el t¨®pico. En el parisino Centro Georges Pompidou, puede descubrirse, en la exposici¨®n Alors, la Chine? el trabajo de 50 artistas realizado en su mayor parte en los ¨²ltimos cinco a?os.
Los artistas no son prisioneros del imperativo de producci¨®n que atrapa a los arquitectos
Se accede a la exposici¨®n, abierta hasta el 13 de octubre, cruzando un arco de triunfo realizado por Chu Tan sirvi¨¦ndose de cajas de poliestireno como si de ladrillos se tratase. Y una vez dentro se descubre un espacio ¨²nico, de 1.500 metros cuadrados, en el que se acumulan fotograf¨ªas, esculturas, instalaciones, v¨ªdeos, sonidos e im¨¢genes de todo tipo, as¨ª como algunas referencias al pasado, ya sea un espejo de la dinast¨ªa Han, un enigm¨¢tico cong de jade de la cultura Liangzhu, un ejemplo de poderosa y elegante caligraf¨ªa del periodo Ming o la colecci¨®n de arte popular del viajero Fran?ois Dautresme, sensible "a esos campesinos chinos que, puesto que no ten¨ªan nada, lo inventaron todo".
Lo que m¨¢s impresiona en Alors, la Chine? no es la calidad de las obras o el car¨¢cter ins¨®lito de las propuestas -algunas lo son de verdad-, sino la variedad y la potencia que desprende el conjunto, una suerte de zoco mitad tecnol¨®gico, mitad artesano, que transmite la sensaci¨®n de estar ante un mundo cambiante. Los arquitectos tienen un papel importante en la exposici¨®n, no en vano Chang Yung Ho, Liu Jiakun, Ma Quingyun y Wang Shu construyen en un contexto casi de cataclismo, pues ?c¨®mo encauzar un movimiento demogr¨¢fico que hace que, si en 1979 s¨®lo un 19% de la poblaci¨®n viv¨ªa en ciudades, 15 a?os m¨¢s tarde ya fuese un 46%, o que ahora, entre las ciudades de Shenzhen, Cant¨®n y Zhuhai "produzcan 500 kil¨®metros cuadrados anuales de sustancia urbana"?, seg¨²n expresi¨®n del holand¨¦s Rem Koolhaas.
Los arquitectos de la nueva generaci¨®n recusan el ¨¦nfasis monumental y el sometimiento a la uniformaci¨®n exigida por el ideal colectivo oficial, procuran conciliar memoria cultural y se reclaman de una modernidad cargada de tradici¨®n y distancia. Saben, por ejemplo, que metr¨®polis y rascacielos ya no es sin¨®nimo de progreso y riqueza. Es m¨¢s, de las 33 ciudades de m¨¢s de 10 millones de habitantes previstas para 2015, 27 estar¨¢n en pa¨ªses pobres, y Tokio ser¨¢ la ¨²nica ciudad rica entre las 10 mayores.
Los artistas no son prisioneros del imperativo de producci¨®n que atrapa a los arquitectos, por la simple raz¨®n de que el pa¨ªs carece de un mercado nacional de arte. Wang Nanning describi¨® en un manifiesto la situaci¨®n calificando a los artistas de "nuevos ricos" que se han pasado a "la raza dominante del colonizador" y aceptan una situaci¨®n en la que los expertos extranjeros "visitan China en pocos d¨ªas y acuden a los talleres para seleccionar obra como quien escoge chicas para el burdel". Ese peso determinante de la mirada internacional ha privilegiado dos corrientes -el realismo c¨ªnico y el pop pol¨ªtico-; que los creadores magnificasen su pasado como disidentes pol¨ªticos y que aceptasen, seg¨²n Wang Lin, "que los movimientos art¨ªsticos de Pek¨ªn no los lancen los cr¨ªticos, sino las recepciones en las embajadas".
En el Pompidou destacan las fotos del nuevo pa¨ªs visto por Chen Lingyang o Weng Fen, la pintura de cr¨®nica desencantada de Liu Xiadong, el cartelismo ir¨®nico de Wang Guangyi, los ins¨®litos bons¨¢is comestibles de Song Dong, la instalaci¨®n de conejos con alas de Xiao Yu, o de caballos y ovejas coloreadas e hinchadas de Yang Maoyuan, o la gigantesca maqueta nost¨¢lgica de Lu Hao. Todos ellos parecen vacunados contra un pasado en el que se rindi¨® culto a lo rid¨ªculo, se racionaliz¨® la insensatez y se destruy¨® la belleza, la memoria y la duda. Los cineastas, una vez acabada la par¨¢lisis obligada provocada por la Revoluci¨®n Cultural -entre 1966 y 1978 s¨®lo pudieron filmarse seis filmes: seis ¨®peras "revolucionarias"-, han sido la cara triunfante de la nueva China: Chen Kaige, Zhang Yimou, Tian Zhuangzhuang, miembros de la "clase 82" -a?o de reapertura de la escuela-, revisaron la historia, mientras que Zhang Yuan, Ning Ying, Xiao Wu o Wang Xiaoshuai captan el reci¨¦n fabricado universo urbano. Los m¨²sicos, de Tan Dun a Chen Qigang, tambi¨¦n son objeto de gran atenci¨®n en esta panor¨¢mica sobre la creaci¨®n reciente en China, que, de igual modo, comporta espect¨¢culos teatrales, una muestra m¨¢s numerosa que convincente de videocreaciones y algunas deslumbrantes performances pirot¨¦cnicas.
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