?Educar deleitando?
Siempre suave en el verbo, hasta cuando ataca alg¨²n espantable enemigo, Margarita Rivi¨¨re llama malentendido a lo que es, en realidad, el mayor embuste de nuestros d¨ªas, la cultura generada por los medios de comunicaci¨®n masiva. En su pr¨®logo, Jos¨¦ Vidal Beneyto es m¨¢s contundente: el enga?o y la mentira son seg¨²n ¨¦l las "componentes vertebrales" del asunto. Ambos escritores van m¨¢s all¨¢ de la dudosa noci¨®n de que la sociedad de la informaci¨®n lo es de la desinformaci¨®n. Hay, piensan, distorsi¨®n dolosa, tergiversaci¨®n sistem¨¢tica de lo verdadero y lo honesto.
Lo que preocupa a esa periodista atribulada (aunque siempre encantadora en sus angustias) que es Margarita Rivi¨¨re es la conocida transformaci¨®n de la comunicaci¨®n en algo m¨¢s que transporte de noticias, im¨¢genes, relatos y pasatiempos. Lo grave es su mudanza radical en primer agente educador de las gentes. Mal educador, seg¨²n ella, y el m¨¢s descollante. El malentendido es pensar que la informaci¨®n medi¨¢tica informa. No informa, educa.
EL MALENTENDIDO: C?MO NOS EDUCAN LOS MEDIOS DE COMUNICACI?N
Margarita Rivi¨¨re
Icaria. Barcelona, 2003
186 p¨¢ginas. 13 euros
La producci¨®n medi¨¢tica de la (mala) educaci¨®n halla en este incisivo, ¨¢gil y brioso ensayo otra entrega de munici¨®n para sus detractores. El drama de esta peleona grey es que acumula razones y da asaltos, incansable, a la fortaleza medi¨¢tica, sin que ¨¦sta se resquebraje ni sus industriosos ocupantes se inmuten. No ceden un paso. Mucho antes de los devastadores ataques lanzados por Neil Postman en su Morir de diversi¨®n (televisiva) comenz¨® la guerra de los cr¨ªticos y pensadores contra la cultura medi¨¢tica como educadora maligna. No ha mucho que Sartori y Bourdieu descargaban sus andanadas en vano. Lo curioso (o si a ustedes place, lo triste) de todo ello es la falta de una propuesta alternativa viable. La autora, que se suma a esta caudalosa tradici¨®n cr¨ªtica, es muy diestra en denunciar. A pesar de su posici¨®n ideol¨®gica, de un progresismo con ribetes de libertario, si no lo entiendo mal, no sugiere m¨¢s alternativa que concluir que todo depende de que "los medios de comunicaci¨®n comprendan que su papel va mucho m¨¢s all¨¢ de la educaci¨®n del hombre/producto y reflejen, con fidelidad, la pluralidad de la realidad".
?stos son sentimientos piadosos aunque vengan avalados por un an¨¢lisis penetrante y riguroso. Los medios son corporaciones con gente al frente de ellas. Est¨¢n casi todos esencialmente interesados en vender, manipular y tenernos s¨®lo por consumidores. ?Por qu¨¦ habr¨ªan de comprender? Por otra parte, ir "mucho m¨¢s all¨¢" de confundir al ser humano como producto y como consumidor no lo arregla todo. (?Ir d¨®nde?) Civilizaciones ha habido -la medieval, la china, la hind¨²- que han ido mucho m¨¢s all¨¢ pero en las que no querr¨ªa verse uno metido ni en pintura. Son preguntas que quedan en el aire. Pero El malentendido cumple su cometido. Echa m¨¢s le?a al fuego redentor. Esperemos que la fogata nos purifique: que nos eduque de veras.
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