Mozart, siglo XXI
Le gustaban a Mozart los animales? Es secundario en un espect¨¢culo como Wolf. Alain Platel ha justificado la presencia casi permanente en escena de un grupo de perros como un detalle puramente intuitivo: "Un poco idiota quiz¨¢, pero aporta algo diferente", ha afirmado Platel. Lo diferente se impone, la idea de lo multidisciplinar cristaliza, la interrelaci¨®n entre las artes es irreversible.
Dos a?os de preparaci¨®n y un periodo de seis meses de ensayos ha necesitado Wolf para romper aguas. En sus primeros pasos se ha manifestado como un espect¨¢culo que provoca encendidas discusiones y se difunde boca a boca. ?En qu¨¦ consiste b¨¢sicamente? Es una nueva mirada sobre la m¨²sica de Mozart combinando canto, danza, medios audiovisuales y circo, con la inquietante presencia de una troupe de 15 perros. El Klangforum de Viena se une a los ballets C. de la B., de Gante. Nada menos que Bert Neumann se encarga de la escenograf¨ªa y Sylvain Cambreling, de los arreglos musicales. Dos buenas sopranos y una mezzo de futuro, la italiana Marina Comparato, ponen la emoci¨®n desde las voces. Y dirige, atenci¨®n, Alain Platel: ?un visionario?
El festival de Avi?¨®n presenta Wolf los d¨ªas 8, 9, 11, 12 y 13 de julio. En la Trienal del Ruhr, donde se estren¨® el pasado 1 de mayo, las 12 representaciones programadas han resultado insuficientes ante la demanda de un p¨²blico juvenil que, al fin, se ha visto motivado por un espect¨¢culo con la m¨²sica cl¨¢sica como soporte fundamental. En junio fue a la m¨ªtica Volksb¨¹hne de Berl¨ªn en la plaza de Rosa Luxemburgo. Despu¨¦s de Avi?¨®n, Wolf viaja a la ?pera de Gante en septiembre y, ya en 2004, est¨¢ anunciado en la Sadler's Well de Londres, el Kustenfestivaldesarts de Bruselas, el Festival de Holanda en Amsterdam y la Schauspielhaus de Z¨²rich, entre otros lugares, para acabar su periplo en 2005 en la ?pera Nacional de Par¨ªs, en el emblem¨¢tico marco del Palais Garnier.
?Qu¨¦ tiene Wolf para haber levantado comentarios elogiosos hasta en el mism¨ªsimo The New York Times? No es f¨¢cil de explicar. De entrada, est¨¢ la asombrosa flexibilidad de la m¨²sica de Mozart para convivir con las im¨¢genes m¨¢s ins¨®litas. Por Mozart pasan desde Peter Sellars hasta Achim Freyer o Patrice Ch¨¦reau, y su discurso humanista, lejos de replegarse, se eleva con otras miras. En Wolf es el Mozart, sobre todo, de Las bodas de F¨ªgaro -desde Voi che sapete, de Cherubino, hasta Porgi amor, de La Condesa-, de Cos¨¬ fan tutte y, en menor medida, de La flauta m¨¢gica, con la conmovedora aria de Pamina y un terceto con los muchachos. Hay tambi¨¦n fragmentos instrumentales m¨¢s desconocidos para el gran p¨²blico, pero cuidadosamente seleccionados, a los que se suma en un momento La internacional y, casi al final, A new day has come, de C¨¦line Dion.
La m¨²sica de Mozart de siempre est¨¢ ambientada de una manera nada habitual. Los decorados de Neumann consisten en una especie de galer¨ªa comercial, con sus lavander¨ªas, sus tiendas C&A y un particular bar karaoke. Es una est¨¦tica de usar y tirar, de persianas acanaladas, de luces de ne¨®n, de televisiones chillonas: una est¨¦tica de nuestros d¨ªas, al fin y al cabo. Los m¨²sicos se sit¨²an en un segundo nivel de altura dentro del entramado. En el grupo de danza hay bailarines de Sur¨¢frica, Francia, Vietnam, Argentina, B¨¦lgica, Zaire y otros pa¨ªses que no se encuentran en el mapa. Una de las bailarinas, la brasile?a Juliana Neves, es adem¨¢s acr¨®bata, y qu¨¦ acr¨®bata: un fen¨®meno que viene del Cirque du Soleil. De la escuela de Pina Bausch es la parisiense Raphaelle Delaunay, una de las estrellas del reparto, si se puede considerar que existen estrellas en un grupo tan vers¨¢til y homog¨¦neo.
El ritmo del espect¨¢culo es absolutamente trepidante. Abundan las situaciones at¨ªpicas, todas ellas inspiradas en lo que pasa en la calle, tanto las profundamente dolorosas como las que desprenden ternura. En las representaciones de Duisburg se quemaban banderas americanas e israel¨ªes, como protesta por la guerra de Irak, pero no s¨¦ si este n¨²mero se mantendr¨¢ en Avi?¨®n de la misma manera. Los cantantes son espl¨¦ndidos y qu¨¦ decir de la enorme calidad de los m¨²sicos del Klangforum. Un gran nivel art¨ªstico es imprescindible para cualquier propuesta rompedora.
Luego est¨¢n los perros, un golpe visual que desasosiega. Son 15, de diferentes razas, perfectamente amaestrados, con cometidos diversos. Consuelan a un mendigo despu¨¦s de un apaleamiento, o pasean por el escenario, y hasta por la sala, con la mayor naturalidad. Incluso uno de los m¨¢s peque?os se integra en la danza de una forma muy particular, entre los pechos de la bailarina. Est¨¢n tan metidos en el espect¨¢culo que algunos participan en los saludos finales con los cantantes, los m¨²sicos y la compa?¨ªa de danza.
La m¨²sica de Mozart se manifiesta de esta manera con otro alcance: integrada en el paisaje de la desolaci¨®n, aunque manteniendo ese toque cercano que va de la melancol¨ªa a la sonrisa, manteniendo su inigualable factor humano. Las sorprendentes im¨¢genes del espect¨¢culo han sido su mejor propaganda. Wolf irritar¨¢, seguramente, a los recalcitrantes guardianes de la ley y el orden, pero parece haber dado en la diana en el tipo de sensibilidad que demandan sectores juveniles de la sociedad actual. Al festival de Avi?¨®n llega convertido en un espect¨¢culo no inocente, instalado ya en la categor¨ªa de lo que hay que ver y escuchar para estar al d¨ªa, con el aval del impacto causado en Alemania. De lo que pueden estar seguros es de que Wolf no va a dejar indiferente a nadie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.