Alonso anda sobrado

Es probable que David Coulthard, de 32 a?os, que ha corrido 150 grandes premios y ganado 13, se est¨¦ preguntando ahora c¨®mo se adelanta a Fernando Alonso, de 21, con 26 carreras y a¨²n sin victorias. Es probable tambi¨¦n que Michael Schumacher, de 34, cuya carta de presentaci¨®n no cabe en unas l¨ªneas, se pregunte c¨®mo el espa?ol le cerr¨® el paso en la ¨²ltima curva en un ejercicio de insolencia. Extraordinario, el asturiano fue el cuarto en el GP de Europa, en N¨¹rburgring, donde gan¨® Ralf Schumacher y hubo fases de caos.

Rebajaba Alonso el grado de euforia creado a su alrededor, que anuncia con cierta ligereza que su primer triunfo est¨¢ al caer. Como si no existieran los Ferrari, los McLaren, los Williams... Como si subir al podio ya fuera una obligaci¨®n para ¨¦l. "Ser el sexto ser¨ªa un ¨¦xito", avisaba; que su Renault ten¨ªa, y tiene, 810 caballos, 70, 80, 90 menos que otros monoplazas, como el de Coulthard. No se consigue evolucionar el motor de un coche de un d¨ªa para otro. Es una tarea que lleva meses y est¨¢ repleta de riesgos. En la cita austriaca, Renault se la jug¨®, sac¨® al asfalto un motor con 10 caballos m¨¢s y Alonso no acab¨® porque se le revent¨®.

El caso es que si ser el sexto era considerado un ¨¦xito por el propio Alonso, ser el cuarto equivaldr¨ªa al acabose. Y eso que el fin de semana no auguraba buenas noticias. Su b¨®lido no estaba fino y Alonso recelaba del circuito. Pero, mil¨¦simas de segundo despu¨¦s de que el color rojo desapareciera de los sem¨¢foros, ya hab¨ªa adelantado a quien le anteced¨ªa, el franc¨¦s Olivier Panis.

Conseguido el primer prop¨®sito, Alonso intent¨® rebasar tambi¨¦n a su compa?ero, el italiano Jarno Trulli. Y lleg¨® a sobrepasarle durante unas d¨¦cimas de segundo en la tercera curva. Pero acab¨® cediendo. Y no por falta de ganas, que en la f¨®rmula 1 el primer rival es el propio colega. Ocurri¨® sencillamente que su Renault llevaba cinco litros m¨¢s de combustible que el de Trulli y pesaba m¨¢s.

As¨ª dibuj¨® la escuder¨ªa francesa la estrategia. Ser¨ªa Trulli el primero en desviarse hacia los boxes. Fue en la vuelta 15?. Dos despu¨¦s le toc¨® el turno a Alonso, que iba el s¨¦ptimo. Ocho segundos dur¨® la operaci¨®n de repostaje y cambio de ruedas. En su regreso, hab¨ªa recuperado una posici¨®n, la de Trulli, con problemas en el motor.

Por delante viajaba el McLaren de Kimi Raikkonen, perseguido por el Williams de Ralf Schumacher, que hab¨ªa tenido la osad¨ªa de adelantar a su hermano. Entonces, el coche de Raikkonen comenz¨® a echar humo. La retirada del finland¨¦s puso a Ralf en cabeza y a Alonso quinto.

En la vuelta 38?, despu¨¦s de abandonar Trulli, el espa?ol visit¨® de nuevo el garaje: 8,3 segundos. Y en la 43? se produjo la escena del d¨ªa. Juan Pablo Montoya, tercero, se fue a por Michael Schumacher y quiso adelantarle en una curva. El colombiano se fue por el ¨¢ngulo largo y se puso en paralelo. Meti¨® gas a fondo y su Williams rebas¨® t¨ªmidamente al Ferrari. Seg¨²n la reglas, un corredor debe ceder cuando el rival le ha superado por medio coche. En ello estaba Montoya cuando el aler¨®n delantero izquierdo de Schumacher toc¨® su rueda y el coche del alem¨¢n sali¨® despedido. El incidente fue investigado por los comisarios, que no encontraron nada punible en la acci¨®n de Montoya.

Alonso se coloc¨® entonces el cuarto. Quedaban 16 vueltas y pis¨¢ndole los talones andaba Coulthard a los mandos de un McLaren que supera los 900 caballos. Estaba el brit¨¢nico a un segundo, a cinco d¨¦cimas, a tres... Lo intent¨® en cuanta curva encontr¨®. Pero Alonso le cerr¨® todos los huecos en lo que result¨® un formidable ejercicio de resistencia. A tres vueltas del final, en la recta que precede a la chicane (dos curvas entrelazadas), Coulthard dio un volantazo para no chocar con el Renault y su McLaren vol¨® a la arena.

Pero no acabaron ah¨ª las emociones fuertes para Alonso. A seis segundos viajaba Schumacher, que ven¨ªa como un tiro. A falta de tres curvas, se puso a su altura. Y en la ¨²ltima, tambi¨¦n en la chicane, intent¨® adelantarle por dentro. Pero Alonso, cuyo Renault iba muy lento al haber perdido tracci¨®n trasera, gir¨® el volante, le cerr¨® el paso y entr¨® en la meta el cuarto, un puesto que sabe a podio, a victoria, en el pen¨²ltimo ejercicio de fe de un piloto que anda sobrado.