Schr?der acelera una reducci¨®n del IRPF
El canciller socialdem¨®crata deber¨¢ negociar su reforma con la oposici¨®n democristiana
El canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, confirm¨® ayer que su Gobierno pretende acelerar el pr¨®ximo a?o una reducci¨®n del IRPF ya en marcha, y aliviar as¨ª la carga fiscal de los ciudadanos alemanes en 18.000 millones de euros adicionales. Tras un c¨®nclave con sus ministros en las afueras de Berl¨ªn, el l¨ªder socialdem¨®crata asegur¨® que, pese a ello, Alemania cumplir¨¢ en 2004 el Pacto de Estabilidad, que proh¨ªbe un d¨¦ficit superior al 3% del PIB. Schr?der, sin embargo, no logr¨® dispersar las dudas sobre este viraje en la pol¨ªtica financiera, que a¨²n tendr¨¢ que ser aprobado por la oposici¨®n democristiana.
De la reducci¨®n del IRPF -cuyos tipos m¨¢ximo y m¨ªnimo deber¨¢n bajar, un a?o antes de lo previsto, del 48,5% actual hasta el 42%, y del 19,9% al 15%, respectivamente- se viene discutiendo ya desde hace semanas en Alemania, y la inc¨®gnita es c¨®mo pretenden Schr?der y su ministro de Finanzas, Hans Eichel, financiar este regalo a los contribuyentes. Del c¨®nclave de Neuhardenberg, un castillo en las afueras de Berl¨ªn, en el que los l¨ªderes de la coalici¨®n rojiverde se encerraron todo el fin de semana, se esperaban respuestas a este interrogante.
Pero no las hubo. Evitando entrar en detalles y sin mojarse en el espinoso tema de si ser¨¢ necesario congelar las pensiones, Schr?der y Eichel apenas enunciaron un ulterior recorte de las subvenciones p¨²blicas para el sector privado y eventuales privatizaciones. Lo que no se logre recaudar de esta manera, dijeron, se financiar¨¢ a trav¨¦s de nuevos cr¨¦ditos. ?ste es un punto crucial: el Gobierno alem¨¢n se despidi¨® ayer definitivamente de la durante cinco a?os esgrimida tesis de que no se puede seguir aumentando la deuda p¨²blica alemana -hoy por hoy, formidables 1,3 billones de euros- a costa de las siguientes generaciones.
Ahora, "despu¨¦s de tres a?os de estancamiento y en vista de una evoluci¨®n incierta", seg¨²n suspir¨® Eichel, el Gobierno est¨¢ dispuesto a soltar amarras. Si con ello lograr¨¢ reactivar la econom¨ªa dista mucho de ser seguro: por el zigzagueante curso de la pol¨ªtica fiscal y los simult¨¢neos recortes previstos en diversos subsidios, por ejemplo para la compra de viviendas, muchos economistas mantienen serias dudas al respecto.
Tambi¨¦n los guardianes del Pacto de Estabilidad -Bruselas y el Banco Central Europeo- ven con malos ojos el cambio de pol¨ªtica, y as¨ª lo hicieron saber claramente la semana pasada. Desde 2002, Alemania est¨¢ infringiendo los llamados criterios de Maastricht, y lo decidido ayer podr¨ªa conducir a que tambi¨¦n en 2004 el d¨¦ficit p¨²blico supere con creces el 3%. Schr?der y Eichel ayer negaron este punto y afirmaron que, creciendo un 2% el a?o que viene, la mayor econom¨ªa de la zona euro cumplir¨¢ con sus compromisos. En vista de la vaguedad de los planes de financiaci¨®n de la rebaja fiscal, no obstante, esto tampoco es seguro.
La aceleraci¨®n de la reforma fiscal, adem¨¢s, tiene que ser concertada con el Bundesrat, la C¨¢mara alta del Parlamento en la que toman asiento los Estados federados, que deb¨ªan de haber ingresado hasta 8.000 de los 18.000 millones que est¨¢n en la baraja. El Bundesrat es controlado por la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU), cuyos l¨ªderes ayer volvieron a calificar de chapucero el proyecto gubernamental, que complementa un primer esbozo de presupuesto para 2004 presentado el jueves. Los democristianos, de todas formas, tienen que andar con pies de plomo: decir que uno est¨¢ en contra de reducir impuestos es siempre inc¨®modo para un pol¨ªtico, y m¨¢s a¨²n si el portavoz oficioso de la calle -el diario amarillista Bild, con sus m¨¢s de 10 millones de lectores- lleva semanas vitoreando la idea.
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