De oro
El presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, va a celebrar en Sevilla sus bodas de oro. Bodas de oro sacerdotales, no como presidente de Cajasur que, sean las que sean, desde luego son de oro. Miguel Castillejo no se para en barras, no tiene inconveniente en montar manifestaciones a favor y homenajes a s¨ª mismo, seguramente como parte de su estrategia de defensa ante las innumerables denuncias sobre su gesti¨®n y beneficios al frente de Cajasur. Miguel Castillejo se va a regalar una misa, una gran misa, no crean, nada menos que en la Catedral de Sevilla, que ser¨¢ seguida de un banquete en el Palacio de Exposiciones y Congresos, donde calculan que se van a reunir unas cinco mil personas, convocadas por una llamada Hermandad de la Sagrada Familia, integrada por empleados de Cajasur, que recibe fondos de su Obra Social y cuyo destino, por cierto, est¨¢ siendo investigado por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. Nunca ha sido la austeridad virtud del cura Castillejo, m¨¢s bien al contrario, por eso no deber¨ªa extra?ar que se haya preparado unas bodas de oro dignas de su nombre, el del oro, quiero decir. Sin embargo, s¨ª extra?a a los cristianos limpios de coraz¨®n que la parte m¨¢s importante de esa celebraci¨®n sea una misa concelebrada, nada menos que por el arzobispo de Sevilla y varios obispos andaluces m¨¢s. Cuando hay tanta autoridad al lado de alguien no suele haber muchos dispuestos a hacer o¨ªr su voz en contra, sin embargo, s¨ª se ha atrevido a hacerlo el ex secretario general del Arzobispado Francisco Navarro, quien ha declarado su disconformidad con las celebraciones que, seg¨²n dice, son consideradas por muchos sacerdotes como una provocaci¨®n y un esc¨¢ndalo. Dicen algunos de esos sacerdotes disconformes que es, cuando menos, antiest¨¦tico, que los obispos se hayan sumado a la celebraci¨®n, teniendo en cuenta el duro enfrentamiento del presidente de Cajasur con el anterior obispo de C¨®rdoba, Francisco Javier Mart¨ªnez, que nunca comparti¨® las maneras de Castillejo al frente de la caja cordobesa. Esta celebraci¨®n vuelve a ser un pulso, o sigue siendo parte del pulso que mantiene con todo el mundo Miguel Castillejo. Celebraci¨®n de oro con todo el esplendor del ceremonial eclesi¨¢stico a su servicio. No deja de resultar curioso.
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