A pie por la costa de Asturias

De la Tina Mayor al Eo, pronto se podr¨¢ ir de paseo. Es decir, los m¨¢s de 200 kil¨®metros que recortan la costa asturiana se podr¨¢n recorrer en el coche de San Fernando, un ratito a pie y otro andando. O en bicicleta. En realidad, ya se puede caminar por m¨¢s de la mitad de los senderos naturales; en algunos otros tramos faltan retoques, y otros se encuentran en los diversos periodos de tramitaci¨®n o en construcci¨®n. Es la Senda Costera, que corre paralela a la costa entre dos r¨ªas: la Tina Mayor, que forma la desembocadura del r¨ªo Cares-Deva, que hace frontera con Cantabria, y la desembocadura del r¨ªo Eo, que hace frontera con Galicia.

Sin coches, sin contaminaci¨®n, con la vista puesta en la mar, a un lado, o en la monta?a, al otro. Paseando entre monumentos naturales como los Bufones de Buelna o la costa jur¨¢sica de Tere?es; entre playas como las de Torimbia, la del Silencio o Miracielos. Bordeando puertos como los de Llanes, Lastres o Viav¨¦lez; faros como los de Tapia de Casariego, Luarca, Torres o San Emeterio, o monumentos naturales como la playa interior de Gulpiyuri, la de Cuevas del Mar o los acantilados de Santa Ana; prehist¨®ricos como el ?dolo de Pe?a T¨², las cuevas de Tito Bustillo o del Pindal o la Necr¨®polis del Monte Areo, llena de d¨®lmenes; arquitect¨®nicos como las casas de indianos de Colombres, la capilla de San Antol¨ªn de Bed¨®n o los palacios de Revillagigedo o Camposagrado... En fin, con vistas a los Picos de Europa o las bra?as donde pastorean a¨²n los vaqueiros de alzada o contemplando un partido de tenis o una corrida de toros en las playas de Luanco o de Cand¨¢s.

Desde hace a?os, la Uni¨®n Europea pretende que, adem¨¢s de poder circular en autom¨®vil sin sem¨¢foros desde las columnas de H¨¦rcules hasta las estepas laponas, los amantes de la naturaleza puedan pasear tranquilos, evitando coches, ruidos y dem¨¢s contaminantes. Existen tramos abiertos ya en los pa¨ªses europeos que miran hacia el Atl¨¢ntico, pero en Espa?a no eran muchos los caminos preparados para este fin.

Los tramos ya operativos a principios de 2003 estaban principalmente en los extremos de la costa asturiana, pero en lo que va de a?o se han inaugurado varios trayectos que van completando la ruta de la costa norte. Cuando, en 1997, el Gobierno del Principado inici¨® las obras de infraestructura de esta senda con el acondicionamiento de caminos, se?alizaci¨®n, ¨¢reas de descanso, fuentes y paneles informativos, arranc¨® por la zona oriental para empalmar con la ruta que viene de Europa. De Bustio, a la orilla del Cares-Deva, se parte hacia Llanes, pudiendo contemplar, al paso por el llamado Camino Real, las ruinas del monasterio rom¨¢nico de Santa Mar¨ªa de Tina, continuando hacia los acantilados donde se encuentra el faro de San Emeterio y la cueva prehist¨®rica del Pindal. Seguimos entre prados hasta la playa de Vidiago y el monumento prehist¨®rico de Pe?a T¨², y antes de llegar a Llanes contemplaremos desde el mirador de La Boriza las playas de Andr¨ªn y Ballota.

Por el Bau y la playa de Gulpiyuri

Luego vienen los arenales de Cu¨¦, Tor¨® y Puerto Chico, hasta alcanzar una de las zonas m¨¢s espectaculares de toda la senda: el puerto llanisco -donde Agust¨ªn Ibarrola ha pintado los ins¨®litos Cubos de la memoria- y el paseo de San Pedro, un camino tapizado de verde hierba desde donde las olas traen el mejor aroma del Cant¨¢brico y desde donde se contemplan los rocosos muros de la sierra del Cuera. El placer de la hierba se prolonga durante un largo recorrido, aunque con tramos a¨²n en construcci¨®n, que nos har¨¢ llegar a un sinf¨ªn de playas -Poo, San Mart¨ªn, Palombina, Borizu, Miracielos, Toranda, Torimbia, San Antol¨ªn..., cerca de una veintena, donde Jos¨¦ Luis Garci y Gonzalo Su¨¢rez ruedan sus pel¨ªculas-, adem¨¢s de a otras bellezas naturales como la ensenada del Bau, con la iglesia de Barro reflejada en sus aguas, o la ins¨®lita playa interior de Gulpiyuri, con las olas del mar rodeadas de prados.

Sigue la costa dando alegr¨ªas al caminante con peque?as o grandes r¨ªas, con playas largas y estrechas o amplias y abiertas, con puertos hist¨®ricos, acantilados entre Tere?es y Villaviciosa plagados de huellas y f¨®siles de dinosaurios (18 yacimientos y un museo a punto de inaugurarse). Se alcanza Gij¨®n y despu¨¦s el cono del cabo Pe?as. Y entramos, con tramos reci¨¦n abiertos como el de San Juan a Bayas, en los municipios de Carre?o, Goz¨®n, Castrill¨®n, Soto del Barco, Muros del Nal¨®n o Cudillero, donde lo marinero llena el ambiente. Y luego las costas de Vald¨¦s, Navia, El Franco, Coa?a, Tapia de Casariego, Castropol o Vegadeo, con vestigios de la antiqu¨ªsima cultura celta. Y pueblos como Luarca, construida en torno a los meandros de un arroyo, o aprovechadas pen¨ªnsulas, como Tapia, Figueras o Castropol, separadas ¨¦stas por el capricho de una r¨ªa.