?Delincuentes o excluidos?
La presencia de 150 familias gitanas en Sestao, punto clave en la negociaci¨®n del gobierno local
Las negociaciones pol¨ªticas para formar gobierno municipal en Sestao van a tener un punto determinante sobre la mesa: qu¨¦ hacer con las casi 150 familias gitanas que viven agrupadas en la parte baja del pueblo junto a otras 418. La plataforma Vecinos por Sestao ha irrumpido con fuerza en el pueblo, logrando ser pieza clave al obtener tres ediles en las pasadas elecciones. En primera l¨ªnea de sus exigencias est¨¢ la expulsi¨®n de los gitanos "conflictivos" y terminar con el programa de inserci¨®n laboral que la Asociaci¨®n Secretariado General Gitano (ASGG) desarrolla en Sestao desde hace dos a?os. Su pretensi¨®n chocar¨¢ con las conclusiones de un estudio municipal que propone la integraci¨®n en el mercado de trabajo de ese colectivo, as¨ª como con los propios resultados del plan: 21 contratos laborales entre los 150 participantes.
Para los vecinos de Sestao, su pueblo est¨¢ divido en la parte alta y la baja. En la baja se encuentran los barrios de Chavarri, Urb¨ªnaga, Simondrogas, Rivas y Los Ba?os, en los que malviven 551 familias repartidas en 540 pisos construidos hace m¨¢s de 100 a?os, y en donde la herrumbre de las antiguas f¨¢bricas y el paso del tiempo han dejado 79 viviendas en ruinas, 85 vac¨ªas, y el resto con una imagen de desolaci¨®n y degradaci¨®n.
Entre los residentes hay 133 familias gitanas y otras 18 de otras etnias. Los servicios sociales del municipio calculan que unas 19 de esas familias son "problem¨¢ticas y conflictivas", y casi la totalidad vive en Rivas y Sim¨®ndrogas, la zona m¨¢s degradada, seg¨²n un estudio encargado por el Ayuntamiento para la rehabilitaci¨®n urbana y social de la zona.
En este escenario urbano es donde se desarrolla la guerra contra la poblaci¨®n gitana. Como en todos los conflictos contra un colectivo ¨¦tnico nadie reconoce su car¨¢cter racista. "Estamos contra la delincuencia y la inseguridad. Y se da la circunstancia de que son gitanos los que atemorizan y los que delinquen. En Sestao ha habido toda la vida gitanos, algunos se integran y otros no, y a ¨¦stos hay que echarlos. Algunos se han comprado pisos o han tirado la puerta abajo. Se aprovechan de la picaresca. Buscan la vida f¨¢cil a costa de ayudas, sin aportar nada a la sociedad. No dejan vivir a nadie", argumenta I?aki Asensio, portavoz de Vecinos por Sestao. Asensio eleva a 130 el n¨²mero de familias "conflictivas" que hay que expulsar del pueblo para que termine esta situaci¨®n "insostenible". Por eso, reconoce con claridad que va a utilizar el peso de los 2.974 votos para negociar con el alcalde, Alberto Lozano, (PNV-EA, 7 ediles) no s¨®lo la expulsi¨®n de los gitanos sino el cierre de la oficina de la ASGG, que en 2002 recibi¨® 42 millones de euros de subvenci¨®n. "La existencia de ese programa no tiene sentido. Es imposible intentar integrarles laboralmente si no les ense?as antes a levantarse de la cama, a lavarse, a integrarse socialmente. La experiencia de la ASGG no ha dado resultado. Est¨¢ claro que la ASGG no tiene cabida en Sestao", sentencia.
El anuncio de la apertura de la oficina de la organizaci¨®n intercultural, con una trayectoria de m¨¢s de 30 a?os, ya estuvo precedida del sonido de los tambores de guerra de las movilizaciones vecinales que rechazaban la presencia gitana en el barrio. "Nuestro programa Acceder se desarrolla en 34 municipios de Espa?a durante el per¨ªodo 2001-2006, a trav¨¦s de un convenio anual con el consistorio, que complementa el aporte del Fondo Social Europeo, que financia el 45%.Nuestra labor es prestar servicios de acogida, informaci¨®n, orientaci¨®n, y acompa?amiento a la formaci¨®n y el empleo para personas gitanas", explica Javier P¨¦rez, responsable en el Pa¨ªs Vasco.
Su expulsi¨®n, "delirante"
Junto a ¨¦l trabaja Vicky Su¨¢rez, la coordinadora del programa, y quien trata con los gitanos. "Antes ten¨ªan miedo de que se concentraran los gitanos. Pero ahora reconocen que no habido ni un problema. ?Que no viene nadie? Claro que vienen. Y eso a pesar de que estamos muy lejos de donde viven. No se les pone f¨¢cil. De todas formas, este es un proceso a largo plazo. Toca a la relaci¨®n con el trabajo; a sus cambios culturales, a todo", se?alan al un¨ªsono. A ambos les resulta "delirante" la petici¨®n de que se eche a las familias gitanas del pueblo. Los problemas de los barrios bajos de Sestao no tienen que ver con los gitanos sino con la exclusi¨®n social. Reconocen que puede haber grupos conflictivos pero excluyen a la mayor¨ªa. "Para esos, lo mismo que para el resto. Que se les aplique la ley. El que comete un acto delictivo tendr¨¢ que pagarlo, pero no el resto del colectivo. Los propios gitanos se suelen quejar de que pagan justos por pecadores. El problema es que se ha creado una bolsa de pobreza tremenda en la zona que genera exclusi¨®n. Pero los gitanos no son los ¨²nicos delincuentes", subrayan.
Joven, gitano y en paro
El 98% de las personas que ha acudido durante los dos ¨²ltimos a?os a la oficina que la Asociaci¨®n Secretariado General Gitano (ASGG) tiene abierta en Sestao son gitanos. Su perfil medio es el de un joven desempleado de entre 16 y 25 a?os, responsable de una unidad familiar, y con ganas de dejar el mercadillo o la chatarra para encontrar un trabajo fuera de su propia comunidad.
Su formaci¨®n es muy precaria y son contados los que tienen el graduado escolar; la mayor¨ªa s¨®lo tiene estudios primarios. Los intereses est¨¢n el sector de la construcci¨®n y carpinter¨ªa en el caso de ellos, y en el sector de la hosteler¨ªa y como dependientas, en el de ellas. Los hombres persisten m¨¢s en la formaci¨®n pero las mujeres encuentran antes trabajo.
La formaci¨®n que imparten los t¨¦cnicos no se limita al asesoramiento y formaci¨®n. Lo mismo explican c¨®mo rellenar un impreso, que les dicen c¨®mo vestirse para una entrevista. Les ense?an el funcionamiento del Metro o el autob¨²s y les dan a conocer la distribuci¨®n por n¨²meros de las calles de Bilbao. "No conocen el mundo real", dicen en ASGG.
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