D¨ªas de melancol¨ªa
Hoy tengo un d¨ªa melanc¨®lico. Estos d¨ªas son as¨ª, te pilla todo a contrapi¨¦. Te levantas y sin darte cuenta ya est¨¢s atrapado, y a¨²n no has echado mano al zumo de naranja o al vaso de agua, y quiz¨¢ ni siquiera te hayas limpiado la cara. Y es in¨²til que quieras escapar, m¨¢s vale aceptarlo y pasar el d¨ªa sacando punta a los recuerdos alegres, que no todo va a ser tristeza;y habr¨¢ que resignarse a esperar tiempos mejores, que llegar¨¢n.
Pero que nadie se asuste, que mi melancol¨ªa tiene que ver con el Tour, por supuesto, ?sino a santo de qu¨¦ iba a venir yo a contarlo aqu¨ª?
Yo quiero estar en el Tour, no quiero estar aqu¨ª, donde estoy ahora mismo, en un avi¨®n a 8 kil¨®metros en vertical de la tierra firme m¨¢s cercana. Yo quiero estar all¨ª, y esto no es ninguna pataleta. Quiero estar ahora, en este mismo momento en el control de salida, disfrutando del ambiente inimitable de la carrera francesa. Quiero firmar aut¨®grafos a los ni?os que me dan la brasa, que nos cortan la conversaci¨®n entre amigos. Quiero pasar calor, ese calor asfixiante y h¨²medo del centro de Francia que derrite la carretera. Quiero maldecir ese rugoso asfalto franc¨¦s que agarra mi bici como una lapa. Quiero sufrir esos latigazos cada vez que se pasa un sprint bonificado. Quiero sentir ese dolor de enc¨ªas despu¨¦s de que el primer valiente del d¨ªa se lance bajo el kil¨®metro cero. Quiero sentir de nuevo esa tensi¨®n que te consume, ese miedo a las ca¨ªdas que te mantiene alerta durante toda la etapa, y esa extra?a sensaci¨®n aliviadora que te atrapa cuando expulsas con fuerza la primera bocanada de aire apenas cruzas la l¨ªnea de meta. Quiero que mi est¨®mago rechaze esa barrita energ¨¦tica aplastada y derretida que me meto con calzador entre los dientes. Quiero so?ar con ese refresco burbujeante y enlatado que me espera impaciente en el avituallamiento, quiero lanzarme en el descenso, quiero atacar en el repecho, quiero aprovechar mi oportunidad...
Yo quiero estar all¨ª, y no aqu¨ª en un maldito avi¨®n aporreando las teclas de mi ordenador y escuchando Riders on the storm mientras sobrevuelo los Alpes camino de Viena para correr una carrera que no es el Tour.
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