2.000 palestinos son expulsados de sus casas en Bagdad
Un d¨ªa fueron los protegidos de Sadam Husein y ahora est¨¢n pag¨¢ndolo caro. Expuestos a un sol infernal sobre la hierba seca de un campo de f¨²tbol en las afueras de Bagdad, cerca de 2.000 palestinos expulsados de sus casas malviven hacinados en tiendas de campa?a desde la ca¨ªda del dictador iraqu¨ª. "Cuando Bagdad cay¨® en manos de los americanos, el due?o de la casa en que viv¨ªamos nos ech¨®", recuerda Iman Abdelkader, de 30 a?os, que vive en una tienda con su marido, cuatro hijos y otros parientes. "Llevamos aqu¨ª tres meses, con este calor y en estas condiciones tan penosas, y no sabemos qu¨¦ va a ser de nosotros".
El caso de la familia de Iman se repite en todas las tiendas del campamento. Desde finales de los a?os cuarenta, tras la creaci¨®n del Estado de Israel y como expresi¨®n de apoyo a la causa ¨¢rabe, Irak proporcion¨® viviendas en condiciones ventajosas a todos los refugiados que llegaban a Bagdad desde Palestina. Al caer el dictador, el 9 de abril pasado, muchos propietarios iraqu¨ªes que hab¨ªan sido obligados por el r¨¦gimen a alquilar sus casas a los palestinos a bajo precio aprovecharon para expulsar a sus inquilinos, en ocasiones por las bravas. "Nos amenazaron con pistolas y Kal¨¢shnikov para que nos fu¨¦ramos", recuerda Iman. "Hay gente muy mala que dice que los palestinos somos los responsables de los problemas del pa¨ªs".
El club deportivo Haifa, fundado por palestinos procedentes de esa ciudad de la costa mediterr¨¢nea (hoy parte de Israel) a finales de los a?os cuarenta, decidi¨® acoger a los expulsados e instalar el campamento en su campo de f¨²tbol. Poco a poco han ido estableci¨¦ndose all¨ª m¨¢s y m¨¢s familias -siguen llegando a un ritmo de cinco o seis diarias-, hasta sumar unas 300. El campamento ha crecido tanto que las tiendas, con el s¨ªmbolo de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), han tenido que extenderse a un solar contiguo.
Quiz¨¢ celosos de los privilegios de que disfrutaban bajo el r¨¦gimen de Sadam, muchos iraqu¨ªes se?alan ahora a los palestinos como informantes de los temibles servicios secretos de la dictadura. Algunos no ocultan su desprecio por los nuevos refugiados y hablan hasta de justo castigo. El m¨¢ximo responsable del campamento, Qusai al Madi, niega las acusaciones de colaboracionismo. "Ha habido mucha manipulaci¨®n informativa", sostiene. "Se dice que ¨¦ramos unos privilegiados y que ¨¦ramos amigos del r¨¦gimen; es falso. Los palestinos sufrimos durante el r¨¦gimen igual que los iraqu¨ªes".
Sentado en un despacho del club Haifa bajo un retrato de Yasir Arafat, fotos de Jerusal¨¦n y banderas palestinas e iraqu¨ªes entrecruzadas, Al Madi explica que el administrador estadounidense de Irak, Paul Bremer, ha prometido un alojamiento digno a los refugiados en un plazo de dos semanas. Pero el jefe del campamento desconf¨ªa. "No tenemos esperanza", dice. "?Qu¨¦ han hecho hasta ahora los americanos? ?Qu¨¦ est¨¢n ofreciendo al pueblo iraqu¨ª?".
Aunque los palestinos niegan haber tenido una relaci¨®n privilegiada con ¨¦l, Sadam parece disfrutar de cierta popularidad en el campamento. Su retrato cuelga todav¨ªa en las paredes del club Haifa y algunos ni?os llevan camisetas con su fotograf¨ªa. Durante la guerra contra EE UU, una brigada palestina combati¨® junto al Ej¨¦rcito iraqu¨ª y los fedayines de Sadam cerca de Kut, y sufri¨® varias bajas.
La ONG espa?ola Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) trabaja para mejorar las condiciones de vida en el campamento. Seg¨²n su responsable en Bagdad, Lara Contreras, los refugiados est¨¢n bien organizados y son pr¨¢cticamente autosuficientes, aunque la mayor¨ªa, especialmente los ni?os, se encuentran todav¨ªa bajo un fuerte choque emocional por haber sido expulsados de sus casas de forma violenta.
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