"Los buenos edificios estimulan las emociones esenciales"
V¨ªctor L¨®pez Cotelo (Madrid, 1948) pasa medio a?o en M¨²nich, donde da clases desde los a?os setenta. Tiene despacho abierto en Madrid y buena parte de sus encargos actuales en Santiago de Compostela, donde se encuentra la vaquer¨ªa que, transformada, ampliada y reinventada, ha sido convertida en 21 viviendas. Ese proyecto de combinaci¨®n org¨¢nica y geom¨¦trica, de invenci¨®n paisaj¨ªstica con las nuevas conexiones entre edificios y de mezcla entre lo rural y lo urbano se ha hecho con el Premio Manuel de la Dehesa de la VII Bienal de Arquitectura Espa?ola. L¨®pez Cotelo, que tiene asumida cierta incomprensi¨®n hacia su trabajo, confiesa ser el primer sorprendido. Se considera autor de una arquitectura "que no interesa porque hoy los pol¨ªticos prefieren las obras m¨¢s vistosas, aunque eso sea como la gente que va a comer y cree que la comida buena tiene que ser azul".
"Lo aut¨¦ntico es diferente por escaso, no por raro"
PREGUNTA. Con todo ha ganado el Premio de la Bienal por la reconversi¨®n de una vaquer¨ªa en viviendas. ?Todo edificio puede convertirse en vivienda?
RESPUESTA. No me plante¨¦ as¨ª el tema. Hab¨ªa un lugar, con un car¨¢cter y una historia. Hab¨ªa que hacer algo compatible con lo que exist¨ªa donde, adem¨¢s, pudiera vivir la gente.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s importante en una vivienda?
R. Para empezar, la luz. Es fundamental. Luego viene el espacio y la arquitectura, la verdad, que es lo que da dignidad a una vivienda.
P. ?La arquitectura es la verdad?
R. Algunas arquitecturas, las que son buenas, las inteligentes, las que hacen que los usuarios se sientan bien. ?Cu¨¢ndo est¨¢s enamorado? Cuando te lo dice el coraz¨®n. As¨ª de f¨¢cil. Lo que ocurre es que nos enga?amos. Hay quien cree que est¨¢ bien en un sitio porque se lo dicen los otros. Uno est¨¢ bien donde puede hacer vida propia, no manipulada. La buena arquitectura es la que estimula las emociones esenciales del ser humano.
P. ?Es posible hacer eso desde las condiciones draconianas de las viviendas de protecci¨®n oficial?
R. El problema de una vivienda no radica en la econom¨ªa. Lo importante no es el dinero que hay para hacerla. Lo que suele ocurrir es que existen planes urban¨ªsticos previos -que nadie sabe por qu¨¦ se hicieron as¨ª y que nacieron sin ninguna voluntad- que determinan la ubicaci¨®n de un edificio. ?se es el problema. No las ochenta mil pesetas del metro cuadrado. Con ese dinero se puede hacer buena arquitectura.
P. ?C¨®mo se podr¨ªa evitar eso?
R. Con la participaci¨®n ciudadana. En M¨²nich, los ciudadanos salvaron de la desaparici¨®n al estadio ol¨ªmpico. Se debe consultar a la gente que va a vivir en un lugar antes de cambiarlo.
P. ?Qu¨¦ hace avanzar la arquitectura?
R. La inteligencia y la responsabilidad. Cuando la gente entra en un buen edificio lo reconoce al instante, aunque no tenga ni idea de arquitectura. Pero hay miedos. Muchos creen que la buena arquitectura es algo raro y, en general, creen que para opinar van a tener que decir cosas que no saben, cuando s¨ª saben que les gusta la plaza de su pueblo, y eso es saber de arquitectura.
P. Siempre ha defendido una autor¨ªa silenciosa.
R. Lo importante es saber detectar el problema y solucionarlo. Querer ponerse por delante del problema es absurdo. Un arquitecto debe tener un talante dubitativo y, a trav¨¦s de la duda, comenzar a resolver. El artista no se adelanta a la realidad. Capta la realidad que a lo mejor los dem¨¢s no notan.
P. Se muestra partidario de los edificios que descubren nuevos mundos (ofrecen o exigen una mirada diferente), pero contrario a los que alardean de otros mundos (gritan que son diferentes).
R. Un edificio tiene que luchar por ser aut¨¦ntico. Lo aut¨¦ntico es diferente porque es escaso. Pero no por ser raro se es diferente. Raros hay ya muchos y todos terminan por ser iguales. Las arquitecturas en las que el autor est¨¢ presente en cada esquina me parecen insoportables.
P. Los dos ganadores de la bienal reflejan dos mundos distintos. De un lado su proyecto, asentado en el terreno y mezclando lo urbano y lo rural. De otro, el de Alejandro Zaera, la arquitectura de los flujos creadora de edificios-paisaje. ?Los considera un fiel reflejo de la arquitectura de hoy?
R. El de Zaera seguro. Mi arquitectura tiene tantos flujos como la de Zaera, lo que pasa es que hoy hay un tipo de edificios que busca reconocerse con la idea de flujo y por eso resulta m¨¢s f¨¢cilmente reconocible. Si adem¨¢s hay un enunciado previo te¨®rico que habla de los flujos, ¨¦ste parece legitimar esas formas y se convierte en una explicaci¨®n supuestamente coherente de algo en realidad caprichoso. Creo que la arquitectura se hace en el lugar, y la implantaci¨®n me parece un hecho violento, manipulador. Porque adem¨¢s la implantaci¨®n acaba clon¨¢ndose y un museo en M¨²nich termina siendo hermano de uno en Barcelona. Es el efecto Coca-Cola. Siempre es la misma y es f¨¢cil de identificar. Por eso tiene ¨¦xito y por eso gusta a los pol¨ªticos: porque es dulzona, pero siempre sabe igual. Entender de vinos ya es m¨¢s dif¨ªcil.
El espejo de la Bienal
L?PEZ COTELO obtuvo el premio Manuel de la Dehesa, en memoria del que fuera director general de Arquitectura, y Alejandro Zaera consigui¨® el instituido para los arquitectos j¨®venes en recuerdo de Enric Miralles, el gran talento prematuramente desaparecido. El jurado -presidido por Antonio Ortiz y entre cuyos miembros figuraba Rafael Moneo- design¨® como finalistas otras 20 obras, que se expondr¨¢n en Comillas, Cantabria, desde el 17 de julio hasta finales de agosto, e iniciar¨¢n despu¨¦s un recorrido por, entre otras ciudades, Madrid, Barcelona y Sevilla. En este compendio de la ¨²ltima arquitectura espa?ola figuran: el auditorio de Le¨®n, de Mansilla y Tu?¨®n; el teatro auditorio de Guadalajara, de Rojo, Fern¨¢ndez Shaw y Verdasco; las piscinas cubiertas en Boiro, de los hermanos Cano Pintos; el polideportivo del campus Jaume I en Castell¨®n, de Basilio Tob¨ªas; el Museo de la Ilustraci¨®n en Valencia, de Guillermo V¨¢zquez Consuegra; la ampliaci¨®n del Palau de la M¨²sica de Valencia, de Eduardo de Miguel; el Museo del Mar en Vigo, de Aldo Rossi y C¨¦sar Portela; el estadio de atletismo en Olot, de Aranda, Pigem y Vilalta; la rehabilitaci¨®n de unas oficinas en Madrid, de Junquera y Obal; el estadio de Ja¨¦n, de Rubi?o, Garc¨ªa M¨¢rquez y Rubi?o; unas viviendas en Sevilla, de Nieto y Sobejano; unos bloques de realojo en Madrid, de Paredes y Pedrosa; un conjunto de 25 viviendas en el Puerto de Santa Mar¨ªa, de Ram¨®n Pico y Francisco Javier L¨®pez; dos d¨²plex en Granada, de Ram¨®n Fern¨¢ndez Alonso; las casas MU en Urretxu, de Alonso y Acebo; la Caja de Ahorros de Granada, de Alberto Campo Baeza; la plaza del Desierto en Baracaldo, de Eduardo Arroyo; la biblioteca de Usera, de ?balos y Herreros; la sede de la Xunta de Galicia en Vigo, de Bonell y Gil, y las casas M&M en Bellaterra, de Rold¨¢n y Berengu¨¦.
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