Estilo de vida
Sabemos muy poco de los enormes avances que ha hecho la medicina en nuestros d¨ªas. Lo digo por propia experiencia y por lo que veo a mi alrededor. El caso de las siamesas iran¨ªes es, pese a su fracaso, un s¨ªmbolo de lo que el futuro puede traer. Todo ello se basa en much¨ªsimo trabajo y enormes sacrificios de equipos incansables. M¨¦dicos y enfermeras, por ejemplo, son una gente que, muchas veces, no duerme. No duermen para atender a quien lo necesita: la salud no sabe de horarios. Estos equipos sanitarios son la parte visible de un mundo complej¨ªsimo y contradictorio en el que la inteligencia y la dedicaci¨®n m¨¢s abnegada se solapa con la cultura del todo es negocio: la salud tambi¨¦n lo es.
De un tiempo a esta parte, he observado una gran coincidencia en todo tipo de profesionales de la medicina y tambi¨¦n en los ciudadanos m¨¢s conscientes: estar sano es prevenir. La mejor prevenci¨®n, se dice, es el estilo de vida: comer sano, dormir bien, no fumar, beber agua, hacer ejercicio. Dicho as¨ª, parece algo sencillo, pero ?qu¨¦ es comer sano? y, lo que es m¨¢s importante, ?qu¨¦ bolsillo lo resiste? Esas verduritas, esa fruta fresca, ese pescado en su punto, ese aceite de oliva, hoy son comida de yate. Todo el mundo sabe que la comida basura es lo peor para la salud, pero su precio es democr¨¢ticamente imbatible. Lo cual no quiere decir, desde luego, que existan basuras car¨ªsimas. Es un hecho: muchos pueden comer gracias a la comida basura. Que ¨¦sta sea su ¨²nica dieta no s¨®lo les puede sentar mal, sino que les va a engordar much¨ªsimo. Lo cual, a su vez, generar¨¢ traumas ps¨ªquicos y un negocio estupendo de dietas basura.
Dormir bien, segundo requisito. Para lograrlo, por no profundizar m¨¢s, hay que hacer ejercicio y ?sobre todo! no tener problemas. ?Dormir¨¢ bien un se?or sin trabajo? ?Y un joven que no puede pagar su casa? No fumar: todos de acuerdo. Pero se equivocan aquellos que piensan que es tan s¨®lo una cuesti¨®n de voluntad. El fumar tiene que ver con la personalidad, adem¨¢s de con el h¨¢bito. De paso, hay que recordar que antes de que fumar matara, cuando nadie fumaba, las grandes tabaqueras se pusieron a producir cigarrillos enloquecidamente. Pasaron, al menos, 50 a?os para percibir el peligro. Se dice que beber agua ayuda a dejar de fumar. Hoy el agua lo cura todo. Pero ?cuidado! ?No todas las aguas son iguales! Tambi¨¦n hay aguas que producen piedras en el ri?¨®n o molestias en el est¨®mago si uno las consume en exceso. Ese exceso es justamente el quid de la cosa: hay que beber dos o tres litros de agua -buena- al d¨ªa, por salud. Esta demanda de agua hace que en algunos lugares el agua sea m¨¢s cara que la cerveza o las bebidas basura.
Queda lo del ejercicio. Muy bien: basta correr un poco por la ma?ana o por la noche. O andar, que es san¨ªsimo. Parece f¨¢cil: una hora al d¨ªa. Todo gratis. Algunos y algunas, esos que tienen pluriempleo laboral y hogare?o con ni?os o abuelitos, sue?an con esa hora de ejercicio f¨ªsico diario ?a solas!, pero nunca la encuentran. Si adem¨¢s son oficinistas y est¨¢n todo el d¨ªa sentados, no hacen nada por cuidar su salud, pero ?son responsables de ello?
Todo esto viene a cuento de la insistencia de los laboristas brit¨¢nicos en considerar, -tal como explic¨® en un estupendo reportaje en este diario Milagros P¨¦rez Oliva- al enfermo culpable de su pernicioso estilo de vida. Se intenta que la gente se responsabilice de su salud y modifique conductas nocivas. Buen prop¨®sito. Es imprescindible abrir los ojos y que los individuos descubran que tienen voluntad. Pero, en muchos casos, esta batalla entre un estilo de vida sano y otro pernicioso la perder¨¢ siempre quien no pueda desprenderse de la basura por sus propios medios. Hay, pues, dos estilos de vida: el sano es hoy para quien puede pagarlo. Nada nuevo, por cierto.
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