?Keynes, despierta, se han vuelto locos!

La econom¨ªa est¨¢ llena de paradojas en su relaci¨®n con la pol¨ªtica y con la realidad. A principios de los noventa eran hegem¨®nicos en Europa los socialdem¨®cratas y la coyuntura era buena; entonces se firm¨® el Tratado de Maastricht, que comprend¨ªa las condiciones m¨¢s ortodoxas para guardar los equilibrios macroecon¨®micos (inflaci¨®n y d¨¦ficit bajos, deuda contenida, tipos de cambio estables y tipos de inter¨¦s reducidos). Una d¨¦cada despu¨¦s, los dominantes son los conservadores -algunos de las cuales se autocalifican de liberales-, Europa lleva dos a?os intentando salir del estancamiento y para lograrlo han llegado a la conclusi¨®n de que tienen que aplicar una pol¨ªtica econ¨®mica con dos ejes: recorte de impuestos (para estimular el consumo) y mayor gasto p¨²blico en infraestructuras e I+D (para cebar la bomba, reducir el paro y estimular la demanda). Un programa t¨ªpicamente keynesiano.

La venganza es un plato fr¨ªo. ?Qu¨¦ reconocimiento para el viejo Keynes volver a ver sus recetas despu¨¦s de tantos a?os de experimentos fracasados! El paradigma m¨¢s aproximado de sociedad ideal es, para los neoliberales, EE UU... que en estos momentos aplica la reducci¨®n de impuestos (para las clases m¨¢s favorecidas) y la multiplicaci¨®n del gasto p¨²blico en defensa y seguridad. Resultado: m¨¢s de 400.000 millones de d¨®lares de d¨¦ficit p¨²blico, casi ?el 5% del PIB! Y sin anatemas.

Para evitar la peor coyuntura posible -recesi¨®n, deflaci¨®n, paro...- la UE se dispone a hacer oficial esa f¨®rmula de policy mix, que consiste en bajar los impuestos y construir infraestructuras multimillonarias en euros. Menos ingresos y m¨¢s gasto p¨²blico, igual a m¨¢s d¨¦ficit. Adi¨®s al Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que no solamente pretend¨ªa tener un d¨¦ficit p¨²blico inferior al 3% del PIB, sino, al mismo tiempo, tender poco a poco al equilibrio presupuestario (d¨¦ficit cero). Ni lo uno ni lo otro. Alemania, Francia e Italia, los pa¨ªses m¨¢s importantes de la UE, hablan mucho m¨¢s de crecimiento que de estabilidad. A Pedro Solbes, el comisario de Econom¨ªa, no le queda m¨¢s remedio que actuar de guardi¨¢n de la ortodoxia y recordar que el Pacto de Estabilidad sigue vigente y que el que lo abandone ser¨¢ multado con hasta el 0,5% de su PIB (lo cual, para mayor paradoja, aumentar¨ªa su d¨¦ficit en el mismo porcentaje). ?Qu¨¦ pasar¨ªa si Solbes dijera: "Adelante, olvid¨¦monos del d¨¦ficit p¨²blico"? Pues que ¨¦ste, en vez de rondar el 3%, se multiplicar¨ªa. Hay otro modelo, el espa?ol, que practica el d¨¦ficit cero al mismo tiempo que se queda definitivamente rezagado respecto a la media europea en los aspectos relacionados con la sociedad de la informaci¨®n (cumbre de Lisboa) y respecto al modelo social (gasto social en relaci¨®n al PIB) como acaba de recordar en su memoria el Consejo Econ¨®mico Social.

Adem¨¢s de Keynes, hay otro rehabilitado de su misma cuerda: Jacques Delors, antiguo presidente de la Comisi¨®n Europea, que en 1993 present¨® un Libro Blanco sobre infraestructuras, boicoteado por el Ecofin (reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa de la UE) y olvidado por el Consejo Europeo. Una d¨¦cada despu¨¦s, Delors ve c¨®mo se desempolvan sus proyectos y se seleccionan 22 de ellos, con una inversi¨®n aproximada de 600.000 millones de euros, a gastar hasta el a?o 2020. La comisaria de Transportes, la espa?ola Loyola de Palacio, antigua militante del PP, ha declarado a Le Monde: "Hoy, los problemas de transporte, la congesti¨®n de los grandes ejes, la falta de infraestructuras, cuestan medio punto de crecimiento anual a los Quince". Y pronto entrar¨¢n otra docena de pa¨ªses en la UE.

?C¨®mo financiar esos 600.000 millones de euros? A trav¨¦s de los cr¨¦ditos, avales e instrumentos financieros del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que ha de actuar como im¨¢n de las inversiones privadas, y con proyectos que puedan autofinanciarse mediante peajes o tasas pagadas por los usuarios (no por los contribuyentes).

Solbes ha dicho que se proponen "gastar m¨¢s sin aumentar los d¨¦ficit". Otra mentira piadosa de un comisario t¨¦cnicamente impecable, que tiene que jugar su papel.