Generaci¨®n maldita
Ante los chismes y t¨ªteres de la prensa del coraz¨®n, yo me siento estafada. La vida tiene una deuda conmigo, pertenezco a una generaci¨®n maldita: s¨®lo por el hecho de firmar unos papeles est¨¢s casada hasta que la muerte nos separe. ?Jo, aguanta al machito!
Yo envidio a las mujeres de la nueva generaci¨®n. Si est¨¢n con su pareja es porque se aman (sin m¨¢s contratos), son aut¨®nomas, independientes y, por suerte, no son motivo de cr¨ªtica. Me alegro, me alegro mucho por ellas. Ya era hora de que el machito perdiera el salto y, aunque a m¨ª no me toque, siento que esta juventud me est¨¢ quitando la espina que yo no he podido quitarme. Pero, ?qui¨¦n me devuelve mi adolescencia y mi juventud? Nadie.
Queridas j¨®venes: si le¨¦is esto, una se?ora desencantada de la vida espera de vosotras que se¨¢is capaces de sacarle la espina que toda la vida ha llevado dentro.
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