Un espa?ol en el equipo USA
Rafael Escalas, el nadador que mantuvo durante casi 20 a?os el r¨¦cord espa?ol de 1.500 metros, figura en la delegaci¨®n estadounidense
Media vida en Am¨¦rica han hecho de Rafael Escalas un h¨ªbrido de dos culturas, como gr¨¢ficamente se observ¨® el mi¨¦rcoles. El hombre que mantuvo durante casi 20 a?os el r¨¦cord espa?ol de 1.500 metros, entr¨® en el Palau Sant Jordi con la delegaci¨®n del equipo estadounidense. Fue un momento especial. "Me siento orgulloso de que lleves ese logo en tu pecho", le dijo el legendario Mark Schubert -el hombre que dirigi¨® la carrera del nadador espa?ol a finales durante su etapa universitaria en California- al borde de la piscina. En el polo blanco de Escalas figuraba el anagrama de la Federaci¨®n Estadounidense de Nataci¨®n, a la que ahora sirve de manera temporal. "Estoy para ayudar al equipo en materias organizativas", dice Escalas con un acento mallorqu¨ªn que no han borrado m¨¢s de 20 a?os en Estados Unidos.
"Estoy feliz de llevar el logo americano en el pecho, pero mantengo la nacionalidad espa?ola"
"Son competitivos, no temen a nadie y sienten hasta los huesos que representan a su pa¨ªs"
Escalas pertenece a la estirpe de genios imprevistos del deporte espa?ol. En la ¨¦poca dorada del ruso Salnikov -el primer nadador que baj¨® de 15 minutos en los 1.500 metros-, Rafael Escalas era una autoridad en las pruebas de fondo. Finalista ol¨ªmpico en Mosc¨², fue tercero en los Europeos de 1981, en Split, donde bati¨® el r¨¦cord nacional con una marca de 15m.17,93s. El valor de aquel registro espectacular se mide a la luz de dos miradas: permaneci¨® como r¨¦cord espa?ol durante 19 a?os -se lo arrebat¨® Frederick Hviid en los Juegos de Sydney con 15m.14,37s- y hoy mismo figurar¨ªa como la 11? mejor marca mundial de este a?o.
Afincado en Tucson (Arizona), Escalas es un caso t¨ªpico de tr¨¢nsito vital a la americana. Despu¨¦s de terminar sus estudios de Ingenier¨ªa El¨¦ctrica en la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA), ingres¨® como investigador en la secci¨®n de componentes para sat¨¦lite de la empresa USAir. "Hac¨ªa bien mi trabajo, pero quer¨ªa comenzar algo propio", dice. Abandon¨® la empresa y se asoci¨® a la empresa de ba?adores Turbo, de la que se ha desligado hace pocos meses para fundar la compa?¨ªa Agonswim.com, tambi¨¦n dedicada a la producci¨®n y distribuci¨®n en Estados Unidos de ba?adores. Aunque Escalas reside con su mujer Jenny en Arizona, la empresa est¨¢ radicada en Valladolid, donde se fabrican y ti?en los ba?adores, "porque aqu¨ª saben m¨¢s de te?idos y de telas". En Agonswim tiene como socia a Henar Alonso, excelente nadadora en los a?os 80. Alonso dedic¨® varios a?os a la investigaci¨®n de biolog¨ªa en la Universidad de Arizona, antes de regresar a Valladolidad, su ciudad natal. El ¨¦xito del proyecto es indiscutible. En su primer a?o, Agomswim. com ha facturado por encima de un mill¨®n de d¨®lares. La relaci¨®n de Escalas con el mundillo de la nataci¨®n es, sin embargo, muy escasa. "No la sigo, as¨ª de simple", comenta. Esa lejan¨ªa no le impide trabajar con la Federaci¨®n Estadounidense. Todo viene de su etapa en la organizaci¨®n de los Juegos de Barcelona 92 y de su posterior trabajo en Atlanta 96 como responsable de competici¨®n. Le llamaron para integrarse en la delegaci¨®n norteamericana y acept¨®. No conoc¨ªa a los nadadores, ni tan siquiera a los famosos Michael Phelps y Nathalie Coughlin. No ha tardado mucho en observar en el equipo el m¨ªsmo esp¨ªritu de siempre en los nadadores estadounidenses: "Son competitivos, no tienen miedo de nadie y sienten hasta los huesos que representan a su pa¨ªs". Escalas forma parte de un engranaje perfecto. Todo en el equipo est¨¢ preparado para que los nadadores encuentren las m¨¢ximas facilidades. Responsables de prensa, supervisores, siete entrenadores y la sensaci¨®n de que no hay nada sin controlar. Es el modo americano, al que Escalas se adhiere con entusiasmo. El car¨¢cter de su empresa -venta a trav¨¦s de internet- le ha permitido sacar un par de semanas de vacaciones para integrarse en la delegaci¨®n, sin recibir un d¨®lar a cambio. Nunca ha ejercido como entrenador, ni tiene ninguna intenci¨®n de hacerlo. Apenas presta atenci¨®n al deporte, pero sabe muy bien de los ¨¦xitos espa?oles, a los que encuentra una explicaci¨®n: "Se ha producido una especie de efecto domin¨®. Los ¨¦xitos de hace 10, 15 a?os, generaron un enorme entusiasmo en la sociedad y en toda la esfera del deporte. Adem¨¢s, ya no ocurre como en mi tiempo. Cuando fui tercero en los Europeos de 1981, estaba m¨¢s preocupado del cuarto que de perseguir al primero y al segundo. Eso ha cambiado en Espa?a. Ahora se preocupan de competir por la victoria", se?ala. Con esta perspectiva, no encuentra explicaciones al estancamiento que ha sufrido la nataci¨®n espa?ola. "?Qu¨¦ sucede?", pregunta. Lo hace con curiosidad americana y con sentimiento espa?ol. Es un h¨ªbrido de dos pa¨ªses, de dos culturas: "Estoy feliz de llevar el logo americano en el pecho, pero todav¨ªa mantengo la nacionalidad espa?ola".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.