Verg¨¹enza e hipocres¨ªa
Joaqu¨ªn Estefan¨ªa mostraba el lunes la paradoja de que los gobiernos de derechas est¨¢n aplicando ahora el keynesianismo a la pol¨ªtica macroecon¨®mica, mientras que los gobiernos de izquierda que les precedieron aplicaron pol¨ªticas ortodoxas. Ese tipo de paradoja puede observarse tambi¨¦n en Espa?a en la pol¨ªtica microecon¨®mica -aquella que se preocupa de mejorar el funcionamiento de los mercados por medio de la privatizaci¨®n, la liberalizaci¨®n de los mercados laborales y de servicios y la defensa de la competencia- aplicada por la izquierda y la derecha.
Aunque dentro de los siete a?os de Aznar y de los catorce de Gonz¨¢lez se podr¨ªan descubrir pol¨ªticas contradictorias entre s¨ª, se puede decir ya que, en contra de lo que se pudiera esperar, el balance en cuanto a privatizaci¨®n y liberalizaci¨®n del periodo socialista fue m¨¢s profundo e intenso que el del Gobierno popular. Ha pasado ya suficiente tiempo para observar que el n¨²mero de empresas privatizadas por el partido socialista fue mucho mayor que las del Gobierno popular y, sobre todo, que en el caso de la privatizaci¨®n socialista, la separaci¨®n entre empresa privada y pol¨ªtica, que es uno de los objetivos de la privatizaci¨®n, fue mucho m¨¢s radical que en el caso del Gobierno del PP. El blindaje de personas pr¨®ximas al Gobierno del PP ha distorsionado los ben¨¦ficos efectos que en una econom¨ªa de mercado trae la privatizaci¨®n. La privatizaci¨®n al 100%, una buena idea, fue desnaturalizada por la manipulaci¨®n gubernamental de las empresas privatizadas.
En el caso de las liberalizaciones, tanto desde el punto de vista de la imaginaci¨®n -la liberalizaci¨®n de horarios comerciales o alquileres en 1985, por ejemplo- como de los resultados, el periodo socialista es mucho m¨¢s rico en experiencias liberalizadoras que el popular. Frente a los resultados indiscutiblemente positivos de las liberalizaciones del transporte a¨¦reo o de la telefon¨ªa m¨®vil de los socialistas, se observan los nulos o magros resultados de las liberalizaciones de la energ¨ªa el¨¦ctrica o telefon¨ªa fija del Gobierno popular. La gente que sabe que puede elegir compa?¨ªa a¨¦rea u operadora de m¨®vil, sabe tambi¨¦n que la libertad de elecci¨®n de compa?¨ªa el¨¦ctrica concedida por el PP es una farsa. En cuanto a la flexibilizaci¨®n del mercado laboral, no hay ninguna reforma del PP que se acerque, ni de lejos, a la importancia de las de 1984 y 1994.
Pero, siendo distintas las dos pol¨ªticas, tienen un rasgo com¨²n, que es la inconsistencia entre ret¨®rica y pr¨¢ctica, y eso lleva a que en este caso la paradoja de que la izquierda es la que liberaliza y flexibiliza y la derecha no no se descubre f¨¢cilmente. Y es que el gobierno socialista no dec¨ªa lo que hac¨ªa. Su pol¨ªtica de privatizaci¨®n y liberalizaci¨®n se hizo con verg¨¹enza. Pese a que el Gobierno de Gonz¨¢lez fue el primer Gobierno de izquierda -incluso antes que el neozeland¨¦s- que situ¨® la mejora del funcionamiento de los mercados como un elemento esencial de su pol¨ªtica econ¨®mica, dedic¨® poco o nada de su tiempo a vender y airear dicha pol¨ªtica, a diferencia, por ejemplo, de lo que hace ahora Blair.
En el caso del Gobierno del PP, hay una falta de sinton¨ªa entre lo que dice y lo que hace, pero en este caso sucede al rev¨¦s, pues el PP proclama que su pol¨ªtica es liberalizadora. Si el PSOE no dec¨ªa lo que hac¨ªa, el PP dice que liberaliza y lo que hace es lo contrario, o, para ser honestos, no hace lo que dice. El primero es un caso de verg¨¹enza, y el otro, de hipocres¨ªa.
Parecer¨ªa razonable pedir consistencia entre lo que se dice y lo que se hace, acabando tanto con la verg¨¹enza socialista como con la hipocres¨ªa popular. Sin duda, lo mejor para la econom¨ªa ser¨ªa decir lo que dice el Gobierno popular y hacer lo que el Gobierno socialista hizo. Pero hay que asegurarse que la consistencia no produzca la peor de las combinaciones, que ser¨ªa mantener el vergonzante discurso socialista y la pr¨¢ctica hip¨®crita del Gobierno popular. Mucho ojo, pues, antes de pedir consistencia en pol¨ªtica econ¨®mica. mfo@inicia.es
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