Demasiados gases

Los datos sobre emisiones en Espa?a de di¨®xido de carbono, a efectos pr¨¢cticos el m¨¢s importante gas de efecto invernadero, muestran una situaci¨®n preocupante. Seg¨²n los compromisos del Protocolo de Kioto, Europa deb¨ªa disminuir sus emisiones de forma global, aunque algunos pa¨ªses, como Espa?a, pod¨ªan aumentarlas debido a su bajo nivel de partida; en concreto, nuestro pa¨ªs se comprometi¨® a no superar en el periodo 2008-2012 un 15% de incremento en las emisiones sobre la cifra de 1990, tomada como referencia. Pues bien, los datos parecen indicar que a la mitad del camino, en 2002, se ha llegado a un aumento del 38%, dos veces y media superior al tope fijado. Debe advertirse que no son datos oficiales y que deben cotejarse con los que facilite el Ministerio de Medio Ambiente antes de llegar a conclusiones definitivas. Pero la historia reciente deja poco lugar al optimismo.

Reducir emisiones implica cambiar h¨¢bitos de consumo energ¨¦tico, incidir en el ahorro y diversificar las fuentes de energ¨ªa primaria. En el transporte, por ejemplo, un sector que contribuye de forma decisiva al aumento de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, los cambios son dif¨ªciles, pero, justamente, la dificultad del problema exige una actitud m¨¢s en¨¦rgica y activa por parte del Gobierno. Todav¨ªa no existe la anunciada Estrategia Nacional para el Cumplimiento del Protocolo de Kioto, y las autoridades parecen poco concernidas con esta cuesti¨®n. En ¨¦ste como en otros asuntos el Gobierno hace grandes declaraciones, pero una vez enviado el mensaje y obtenida su rentabilidad pol¨ªtica no se pasa a la acci¨®n.

La emisi¨®n inmoderada de gases de efecto invernadero no s¨®lo es un grave peligro global para el equilibrio clim¨¢tico. Puede acarrear tambi¨¦n cuantiosas p¨¦rdidas una vez que se fijen las modalidades de contraprestaci¨®n para los pa¨ªses que incumplan el Protocolo, bien teniendo que adquirir costosos derechos de emisi¨®n a terceros pa¨ªses, bien teniendo que satisfacer las multas que se impongan. La reducci¨®n de las emisiones que contaminan la atm¨®sfera no es s¨®lo responsabilidad del Gobierno: afecta tambi¨¦n a las empresas y al p¨²blico en general, que no acaba de ser consciente de la importancia de ahorrar energ¨ªa. Pero es indudable que es el Gobierno quien debe tomar la iniciativa. Y es esa iniciativa la que se echa en falta.