Una muestra de esculturas invita a conocer a Dal¨ª en toda su dimensi¨®n
La exposici¨®n re¨²ne 20 piezas de bronce de la Colecci¨®n Clot
A Salvador Dal¨ª (Figueres, 1904-1989) se le conoce m¨¢s por sus excentricidades o su bigote excesivo, que por su trabajo en el campo de la escultura, porque su pintura surrealista eclips¨® durante a?os esta faceta que tambi¨¦n cultiv¨®. La Galer¨ªa Kur de San Sebasti¨¢n presenta ahora en el Hotel Jaizkibel de Hondarribia, una veintena de piezas de la Colecci¨®n Clot, que ayudan a conocer al artista en toda su dimensi¨®n.
En los a?os sesenta y setenta Dal¨ª ide¨®, por encargo del coleccionista y empresario catal¨¢n Isidro Clot, y model¨® en cera en su casa de Port Lligat, una serie de esculturas, las ¨²nicas que trabaj¨® en solitario, sin la colaboraci¨®n de artesanos, y siguiendo un ritual autoimpuesto. Los d¨ªas de sol, preferiblemente en verano, abandonaba su taller pasado el mediod¨ªa para sentarse en un gran puf al borde de la piscina. En este lugar, las mismas manos que en su d¨ªa crearon Autorretrato con beicon frito o La Maddona de Port Lligat, se afanaban entonces en amasar, alisar y moldear a su antojo cera blanca para convertirla en arte.
Cada una de estas piezas originales, que nacieron al aire libre, fue despu¨¦s fundida por el procedimiento conocido como "a la cera perdida". Porque Dal¨ª se empe?¨® en lograr un molde exacto al original, id¨¦ntico a la obra creada para despu¨¦s obtener un bronce perfecto en las mejores fundiciones de arte de Italia, Francia y Espa?a.
La exposici¨®n que presenta la Galer¨ªa Kur hasta el 19 de septiembre en el Hotel Jaizkibel re¨²ne 20 reproducciones originales de aquellas piezas creadas en libertad absoluta. Y es que, dicen que Clot, que tras la deseparici¨®n de Gala - mujer y musa del artista- se convirti¨® en el propietario de casi el 100% de las esculturas originales de Dal¨ª, dej¨® que el artista diera lo mejor de s¨ª. No le impuso sus deseos ni condicion¨® su trabajo con limitaciones tem¨¢ticas o ni de ning¨²n otro tipo.
Temas de siempre
Quiz¨¢ por eso reproduj¨® en escultura algunas de las obsesiones que ya hab¨ªa evidenciado en sus lienzos. El espectador descubre a Gala (Elena Diakonova), su mujer, amante y modelo, en cada una de las piezas con representaci¨®n femenina: desde Gala-Gradiva a Mujer desnuda subiendo la escalera. Pero tambi¨¦n ahonda en el inter¨¦s del artista por la naturaleza al contemplar piezas como Drag¨®n-Cisne-Elefante, una curiosa escultura de la que emergen las tres representaciones, seg¨²n el ¨¢ngulo desde el que se mire.
Tampoco el misticismo o el universo religioso e imperial de Salvador Dal¨ª quedan ocultos en esta exposici¨®n. Ni su incuestionable catalanismo. En la sala puede verse San Narciso de las Moscas, una pieza dedicada al patr¨®n de la ciudad de Gerona, ensalzado por la leyenda. Se dice que este santo m¨¢rtir, que recibi¨® sepultura en la localidad, liber¨® en 1285 a la poblaci¨®n mediante un milagro: lanzando bandadas de moscas surgidas de su tumba a un ej¨¦rcito de infieles que intentaba profanarla.
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